abierto, es el denominado síndrome posperfusión o mononucleosis
postransfusiona
l 84 .La evidencia de la transmisión del CMV es más
convincente cuando el receptor presenta seroconversión y un sín-
drome similar a la mononucleosis varias semanas después de la
transfusión.
La transmisión del CMV por transfusión puede causar pro-
blemas clínicos significativos en ciertos grupos de pacientes, como
los neonatos prematuros, los receptores de trasplantes y aquellos
con esplenectomí
a 85. Para evitar las infecciones en los pacientes de
alto riesgo se ha recomendado utilizar de forma ocasional sangre
leucorreducida, eritrocitos congelados sin glicerol y la detección
selectiva de los donantes para detectar la ausencia de anticuerpos
contra CMV (v. los apartados «Leucorreducción de las transfusio-
nes de hematíes» y «Síndrome de inmunodeficiencia adquirida»).
El riesgo de seroconversión es de alrededor de un 0,14% de forma
global, o de un 0,38% por unidad de sangre de donante seroposi-
tivo. Wilhelm y cols
. 86concluyeron que no era necesario adminis-
trar hemoderivados procedentes de donantes CMV seronegativos
a la mayoría de los pacientes que reciban transfusiones sanguíneas.
Estos autores siguen empleando sangre CMV seronegativa para
evitar la infección en los bebés pretérmino o neonatos.
Se considera que los componentes del plasma, como el
plasma fresco congelado y el crioprecipitado, los componentes de
donantes seronegativos y los componentes leucorreducidos son
seguros respecto al CMV.
Otras enfermedades infecciosas asociadas
a transfusión
Muchas otras enfermedades infeccionas pueden, en teoría, trans-
mitirse por transfusión sanguínea, pero sólo unas pocas revisten
auténtico interés y son la infección por
Yersinia enterocolitica
, la
sífilis, el paludismo, la enfermedad de Chagas, la Enfermedad de
Creutzfeldt-Jacob variante (ECJv), el parvovirus B19 y el síndrome
respiratorio agudo grave (SRAG) (v.
tabla 45-12).
En los últimos años de la década de 1980, Tripple y cols
. 87describieron 7 casos de sepsis mortal por
Y. enterocolitica
asociada
a transfusión. Estos investigadores también revisaron la biblio-
grafía y hallaron 26 casos de sepsis por bacterias gramnegativas
tras la transfusión de sangre completa o de concentrados de hema-
tíes. La
Y. enterocolitica
es una bacteria que puede causar, sobre
todo, molestias gastrointestinales leves. Sin embargo, en casos
graves, el paciente puede desarrollar sepsis o fallecer. Por desgracia,
el almacenamiento de sangre a 4 °C, con fosfato como amortigua-
dor, aumenta su crecimiento.
Es improbable que se produzca sífilis postransfusional,
porque el microorganismo no puede sobrevivir durante el almace-
namiento a 1-6 °C. Los únicos hemoderivados que pueden trans-
mitir la sífilis son los que se almacenan a temperatura ambiente.
Los concentrados de plaquetas son los productos que tienen mayor
posibilidad de estar implicados en esta enfermedad infecciosa
porque suelen almacenarse a dicha temperatura.
El paludismo postransfusional no ha sido nunca un causa
significativa demorbilidad en los receptores de sangre. Sin embargo,
esta enfermedad puede aparecer, sobre todo si no se excluyen los
donantes que sean posibles huéspedes. Por consiguiente, los bancos
de sangre interrogan a fondo a los donantes sobre antecedentes de
viajes o migración desde zonas endémicas para el paludismo.
Se han comunicado casos de otras enfermedades que se
transmiten por transfusión de sangre, como infecciones por her-
pesvirus, mononucleosis infecciosa (es decir, el virus de Epstein-
Barr), toxoplasmosis, tripanosomiasis, leishmaniasis, brucelosis,
tifus, filariasis, sarampión, salmonelosis y fiebre de Colorado por
garrapatas.
Al igual que en el caso del paludismo, se teme que hay varios
microorganismos infecciosos capaces de transmitir enfermedades
a través de transfusiones de sangre para los que no se dispone de
análisis sanguíneos (
tabla 45-13 ). Sin una prueba específica, se
utiliza la detección selectiva de donantes con criterios cada vez más
restrictivos. Por ejemplo, en el año 2003 en Estados Unidos no se
aceptaron los donantes con sospecha de SRAG, o que hubieran
viajado a ciertos países del Sudeste Asiático. Incluso a pesar de que
no existen casos de infección por Enfermedad de Creutzfeldt-Jacob
variante por transfusiones de sangre, el virus puede transmitirse
por la sangre en modelos animales, por lo que se emplean normas
muy estrictas con los donantes que han viajado a o vivan en Ingla-
terra y otros países europeos. En este punto surge la duda de si esta
política cada vez más restrictiva para las donaciones aumenta el
riesgo de carencia de suministro de sangr
e 88(v. el apartado «Sus-
tancias sintéticas transportadoras de oxígeno»).
Otros fenómenos adversos por transfusión
sanguínea
Enfermedad injerto contra huésped por transfusión
La enfermedad injerto contra huésped por transfusión aparece
cuando los linfocitos del donante que proceden de los hemoderi-
vados transfundidos reaccionan con los del receptor e inician una
reacción inmunitaria contra el tejido del huésped. En este grupo
de riesgo se encuentran los pacientes con compromiso inmune.
Además, las donaciones directas de los familiares de primer y
segundo grado también son de riesgo, ya que los linfocitos tras-
fundidos con haplotipos HLA compartidos pueden no ser recono-
cidos y eliminado
s 89 .Aparece un exantema generalizado, leucopenia
y trombocitopenia. El resultado suele ser sepsis y el fallecimiento
del paciente. Una medida que puede evitar que se desarrolle esta
enfermedad es la irradiación de la sangre, aunque se ha descrito un
caso en el que a pesar de filtrar los leucocitos sí ocurri
ó 90 .Lesión pulmonar aguda relacionada con la transfusión
La lesión pulmonar aguda relacionada con la transfusión (LPART)
es ahora la causa principal de mortalidad asociada a transfusión
(v.
tabla 45-6), aunque es probable que no se diagnostiquen ni se
notifiquen todos los caso
s 91-93. Esta lesión se manifiesta como
edema pulmonar no cardiogénico. Desde el punto de vista clínico,
los signos y síntomas comienzan 1-2 horas después de la transfu-
sión y se mantienen durante 6 horas. Es típica la aparición de fiebre,
disnea, exudado en el tubo endotraqueal e hipoxia grave. Durante
la anestesia, suele presentarse como una disminución persistente
de la saturación sanguínea de oxígeno. La radiografía de tórax
muestra los signos característicos del edema pulmonar, pero sin
sobrecarga circulatoria (es decir, hipertensión auricular izquierda).
Todos los hemoderivados, sobre todo el plasma fresco congelado,
Terapia transfusional
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Sección III
Control de la anestesia
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Tabla 45-12
Enfermedades infecciosas transmisibles, en teoría, por
transfusiones de sangre para las que no hay pruebas de detección, 2004
Enfermedad
Riesgo
Paludismo
<
1:1.000.000 en Estados
Unidos
Chagas
<
1:1.000.000
Síndrome respiratorio agudo grave (SRAG) ¿?
Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob variante 3 casos (¿?) en el Reino Unido