están implicados como factores causantes. No existe tratamiento
específico, salvo interrumpir la transfusión e iniciar medidas de
soporte en una unidad de cuidados intensivos. En estos casos hay
que interrumpir inmediatamente la transfusión e informar al banco
de sangre para que preparen sangre de un donante diferente y
pongan en cuarentena todas las unidades procedentes del donante
implicado. Se repasarán los registros y se evaluarán los resultados
del estudio del HLA del paciente, si es posible. La mayoría de los
pacientes se recupera en un plazo de 96 horas. Sin embargo, la
LPART sigue siendo una de las tres causas más frecuentes de falle-
cimiento relacionado con la transfusión.
Reacción ocular adversa
En 1997 se notificaron 112 casos de eritema conjuntival bilateral
que aparecía dentro de las 24 horas siguientes a la transfusión. Los
Centros de Control y Prevención de Enfermedades estudiaron
otros 49 casos en 1997 y 1998, y concluyeron que eran reacciones
tóxicas a los productos químicos o al material usados en los sis-
temas de filtración de la recogida de sangre, sobre todo con los
filtros de leucorreducción
94 .Inmunomodulación relacionada con la transfusión
Más de 150 estudios clínicos han intentado relacionar la transfusión
de sangre alogénica con la recidiva de tumores extirpados, infec-
ciones postoperatorias y activación viral, llegando a la conclusión
de que los efectos adversos pueden estar causados por la inmuno-
modulación relacionada con la transfusión. Aunque las conclusio-
nes de estos estudios son contradictorias y no concluyentes, se
tiende a la leucorreducción universal de los hematíes (v. el apartado
siguiente, «Leucorreducción de las transfusiones de hematíes»
) 95 .Leucorreducción de las
transfusiones de hematíes
Uno de los mayores cambios que se han producido en la medicina
transfusional de los últimos 10 años ha sido el uso generalizado de
concentrados de hematíes leucorreducidos a nivel internacional, lo
que incluye Europa Occidental, Reino Unido y Canadá. En Estados
Unidos, a partir del año 2004 más del 50% de los concentrados
administrados estaban leucorreducidos. Aquí surge la pregunta de
por qué se emplea cada vez más la sangre leucorreducida.
Existen algunas indicaciones claras para ello. Se puede
reducir la probabilidad de una reacción febril, sobre todo en
pacientes que ya están aloinmunizadas por el embarazo. El uso de
sangre leucorreducida también puede disminuir el riesgo de aloin-
munización HLA por las transfusiones de sangre, lo que puede ser
muy útil para minimizar la refractariedad a las transfusiones de
plaquetas, así como el riesgo de CMV.
Se ha considerado seriamente, o implementado, la leucorre-
ducción universal debido a algunos de sus beneficios previsibles,
como una menor transmisión de la ECJv, menos inmunomodula-
ción mediada por leucocitos e, incluso, la disminución de la morta-
lidad postoperatoria. En el año 2001 se debatieron los pros y los
contras de la leucorreducción universa
l 96,97. Durante el año 2004 no
se confirmaron dichos beneficios a pesar de los numerosos estudios
que lo intentaro
n 98 .Como resumieron con acierto Corwin y AuBu-
cho
n 98 ,se ha usado el planteamiento «puede que ayude y no hará
daño» para justificar la leucorreducción universal. Pero esta estrate-
gia puede resultar cara. La contaminación bacteriana de las plaque-
tas, la LPART y las reacciones hemolíticas agudas pueden provocar
una mayor morbimortalidad que no se reducirá de forma significa-
tiva por la leucorreducción (v.
tabla 45-6 ). Sin embargo, la medicina
transfusional se encamina hacia la leucorreducción universal.
Tratamiento con hemoderivados
Un avance fundamental en el campo de los bancos de sangre ha
sido el desarrollo del tratamiento con hemoderivados. La descrip-
ción detallada de los distintos pasos del fraccionamiento está más
allá del objetivo de este capítulo, pero en la
figura 45-10se puede
ver un resumen del esquema mediante el que se obtienen diversos
hemoderivados. La filosofía esencial se basa en el concepto de que
el mejor tratamiento para los pacientes es recibir solo la fracción
específica de sangre que les falta. Esta idea ha sido problemática
para los equipos quirúrgicos, que suelen preferir sangre completa.
Concentrado de hematíes
Los concentrados de hematíes contienen la misma cantidad de
hemoglobina que la sangre completa, pero se ha extraído la mayor
parte del plasma. El hematocrito es del 40% en la sangre completa
y del 70% en los concentrados de hematíes
( tabla 45-13 ). En tér-
minos generales, la sangre completa aporta capacidad de trans-
porte de oxígeno y expansión del volumen sanguíneo intravascular.
Aparte de las hemorragias graves, la mayoría de las indicaciones
para una transfusión de eritrocitos pueden tratarse eficazmente
con concentrados de hematíes, conservando el plasma y sus com-
ponentes para otros pacientes (v.
fig. 45-10 ). Muchos bancos de
sangre han seguido de forma meticulosa este principio, por lo que
la sangre completa solo puede obtenerse en los quirófanos con una
petición especial. En esencia, la opinión de los bancos de sangre es
que, salvo en situaciones raras (p. ej., shock hipovolémico), no se
necesita sangre completa.
Debido a esta tendencia, algunos hospitales no tienen sangre
completa disponible.
Los concentrados de hematíes se administran con mayor
facilidad si se reconstituyen con cristaloides o coloides, aunque no
todos los cristaloides son apropiados. Si la solución contiene calcio,
1524
Control de la anestesia
III
Tabla 45-13
Comparación entre sangre completa y concentrados
de hematíes
Parámetro
Sangre completa
Concentrado
de hematíes
Volumen (ml)
517
300
Masa eritrocitaria (ml)
200
200
Hematocrito (%)
40
70
Albúmina (g)
12,5
4
Globulina (g)
6,25
2
Proteínas totales (g)
48,8
36
Sodio plasmático (mEq)
45
15
Potasio plasmático (mEq))
15
4
Ácidos plasmáticos
(cítrico-láctico) (mEq)
80
25
Cociente donante/receptor
1 unidad por
paciente
1 unidad cada
4-6 pacientes
De Landers DF, Hill GE, Wong KC y cols.: Blood transfusion-induced
immunomodulation.
Anesth Analg
82:187, 1996.