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mayor de trombosis (cociente de posibilidades 20-40, riesgo abso-

luto 30-75%

) 74,75

.

En la mayoría de casos, se manifiesta clínicamente como una

trombocitopenia que aparece 5-14 días después de iniciar el trata-

miento. No obstante, con la exposición previa a la heparina, la

trombocitopenia o la trombosis puede debutar al cabo de un día.

En algunos casos publicados, la trombosis se presentó simultánea-

mente con la trombocitopenia, sin signos premonitorios. Aunque

el proceso sigue siendo un diagnóstico clínico, los exámenes de

laboratorio proporcionan pruebas confirmatorias. Son útiles las

pruebas tanto funcionales (es decir, análisis de la liberación plaque-

taria de serotonina o agregación plaquetaria inducida por hepa-

rina) como cuantitativas (es decir, análisis de inmunoadsorción

ligado a enzimas [ELISA] sobre fase sólida) para los inmunocom-

plejos de PF4/heparin

a 75 .

Evidencias recientes sugieren que, en

ausencia de trombocitopenia o trombosis, la presencia exclusiva de

anticuerpos anti-PF4/heparina puede predecir un desenlace

advers

o 76,77

.

Es preciso considerar el diagnóstico en cualquier paciente

que experimente trombosis o trombocitopenia (absoluta o relativa

[reducción del recuento de plaquetas

50%]) durante o después

de la administración de heparina. En los casos de sospecha, se

debe interrumpir inmediatamente la heparina (esto incluye hepa-

rina no fraccionada, catéteres lavados con heparina o catéteres

heparinizados y heparina fraccionada). Al mismo tiempo se admi-

nistrará otro tratamiento anticoagulante no heparínico. En la

mayoría de casos la heparina se sustituye por un inhibidor directo

de la trombina (p. ej., bivalirudina, lepirudina o argatrobán) hasta

que pueda obtenerse una prolongación adecuada del INR con

anticoagulantes orales

78,79 .

En general, los inmunocomplejos PF4/

heparina se eliminan de la circulación al cabo de 3 meses. Si es

posible, debe evitarse la futura exposición de los pacientes a la

heparina no fraccionada; no obstante, en diversos artículos se

describe una reexposición perioperatoria limitada a heparina no

fraccionada tras pruebas de laboratorio que aseguran la ausencia

de inmunocomplejos.

Monitorización de la coagulación

Tradicionalmente, la monitorización o control perioperatorio de la

coagulación se ha centrado en 1) pruebas preoperatorias para iden-

tificar a los pacientes con mayor riesgo de hemorragia periopera-

toria y 2) control intraoperatorio del tratamiento con heparina

durante la cirugía cardíaca y vascular. Según se ha descrito previa-

mente, las pruebas preoperatorias sistemáticas carecen de valor

predictivo y no son rentable

s 30 .

No obstante, pueden ser aconseja-

bles en pacientes con antecedentes médicos de diátesis hemorrá-

gica o cuya intervención puede asociarse con una elevada incidencia

de hemorragia o coagulopatía.

Debido a la conocida respuesta farmacocinética y farmaco-

dinámica a la heparina durante la cirugía cardíaca y vascular, es

habitual el control de la anticoagulación. Los factores específicos

del paciente que afectan a la respuesta a la heparina incluyen la

edad, el peso corporal, la volemia y las concentraciones plasmáti-

cas/de membrana de antitrombina, el cofactor II de la heparina, el

factor 4 plaquetario y otras proteínas plasmáticas que se unen a la

heparina. Por lo tanto, los pacientes experimentan respuestas anti-

coagulantes muy diversas a dosis idénticas de heparina, basadas en

el peso corporal. De cualquier manera, dicho control debe efec-

tuarse aunque sólo sea para prevenir la complicación excepcional,

pero potencialmente letal, de la omisión accidental de la adminis-

tración de la heparina antes del bypass cardiopulmonar o de la

cirugía vascular.

La prueba perioperatoria ideal de laboratorio de la coagula-

ción debería ser simple, precisa, reproducible, específica desde un

punto de vista diagnóstico y rentable. En la actualidad ninguna

cumple estas expectativas; sin embargo, la integración de los resul-

tados de múltiples formas de monitorización puede proporcionar

conocimientos diagnósticos inestimables sobre las coagulopatías

perioperatorias.

Pruebas de laboratorio habituales

de la coagulación

Tiempo de tromboplastina parcial activada

El TTPa valora la integridad de la vía intrínseca y común de la

hemostasia mediada por el plasma. Determina el tiempo (en

segundos) necesario para que acontezca la formación del coágulo

tras mezclar una muestra de plasma del paciente con fosfolípidos,

calcio y un activador de la vía intrínseca de la coagulación (es decir,

celite, caolín, sílice coloidal o ácido elágico). En la mayoría de casos

los déficits de factor de coagulación son detectables con concen-

traciones de factor inferiores al 30-40% de lo normal; no obstante,

la sensibilidad de los reactivos para el TTPa varía con las concen-

traciones, lo que requiere una determinación específica de los

límites «normales» de cada institució

n 81 .

Su prolongación se evalúa

además con una «prueba de mezclas» del plasma problema con

plasma sano para determinar si el retraso en la formación del

coágulo es atribuible a un déficit del factor de coagulación o a un

inhibidor (es decir, heparina, anticuerpos antifosfolípido o produc-

tos de degradación de la fibrina). El estudio se efectúa mediante la

mezcla de la muestra del plasma del paciente con plasma de

donante «sano». En el caso de un déficit de factor de coagulación,

el tiempo hasta la formación del coágulo se corregirá y los análisis

secuenciales de las concentraciones de factores de coagulación

específicos permitirán la identificación del déficit. Un medio habi-

tual para confirmar la prolongación del TTPa por heparina es

efectuar un tiempo de coagulación de la trombina (TCT). En él,

se mezcla la muestra de plasma del paciente que contiene citrato

con trombina y se mide en segundos el tiempo hasta la formación

del coágul

o 39

. El mecanismo más habitual de prolongación del

TCT es la presencia de heparina o un anticoagulante inhibidor de

la trombina; no obstante, la disfibrinogenemia o los productos

de degradación de la fibrina/fibrinógeno también pueden afectar

a la formación del coágulo en este contexto.

Tiempo de protrombina

El tiempo de protrombina (TP) valora la integridad de la vía extrín-

seca y común de la hemostasia mediada por el plasma. Mide el

tiempo necesario en segundos para que acontezca la formación del

coágulo tras mezclar una muestra de plasma del paciente con factor

tisular (tromboplastina) y calcio. Al igual que con el TTPa, la sen-

sibilidad de la tromboplastina utilizada como reactivo de la prueba

varía, limitando la capacidad de comparar los resultados entre

laboratorios. Debido a la importancia de monitorizar los resultados

en pacientes en tratamiento crónico con anticoagulantes orales

(cumarínicos, como la warfarina), se introdujo el INR como un

medio de normalizar los resultados entre los diferentes laborato-

rio

s 81 .

Las tromboplastinas usadas como reactivos se examinan

frente a un estándar recombinante internacional y se les asigna un

índice de sensibilidad internacional (ISI), la pendiente de la recta

de regresión, que relaciona los valores analíticos obtenidos con

cualquier tromboplastina, frente a la de referencia. Acto seguido, se

calcula el INR= (TP del paciente/TP estándar)

ISI

, en el que el «TP

estándar» representa la media geométrica de múltiples muestras

normales del laboratorio que realiza la prueba. La instauración del

Coagulación

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Sección III

Control de la anestesia

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