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la presentan (14,3% frente al 5,1%

) 449

. La existencia de una oclusión

de la carótida contralateral puede incrementar el índice de cambios

isquémicos significativos en el EEG hasta casi el 50% durante el pin-

zamiento de la carótid

a 447 .

Dado que la oclusión contralateral es un

factor pronóstico importante de cambios isquémicos en el EEG

durante el pinzamiento de la carótida, se ha recomendado eliminar la

monitorización del EEG en esta circunstanci

a 450

. Los cambios isqué-

micos en el EEG pueden detectarse también cuando funciona mal el

cortocircuito, en la hipotensión o en la embolia cerebral.

Cuando se emplea el electroencefalograma para monitorizar

la isquemia cerebral durante la endarterectomía de la carótida, es

obligado contar con un entorno fisiológico y anestésico estable. El

isoflurano, el desflurano y el sevoflurano producen cambios simi-

lares en el EEG con valores equipotentes y cuando se usan al 0,5

de su concentración alveolar mínima (CAM) permiten una moni-

torización más fiable de la isquemia mediante el EEG.

La utilidad clínica de la monitorización intraoperatoria de la

isquemia durante la endarterectomía carotídea con el EEG se ve

limitada por diversos factore

s 446

. En primer lugar, es posible que no

detecte infartos corticales pequeños o infartos subcorticales. En

segundo lugar, no son raros los resultados falsos negativos (es decir,

deficiencias neurológicas sin alteraciones isquémicas en el EEG

intraoperatorio). Los pacientes con antecedentes de ictus o de defi-

ciencias neurológicas reversibles pueden mostrar una incidencia

especialmente elevada de este tipo de resultados. En tercer lugar, la

monitorización del EEG no se considera específica para la isquemia

y puede verse afectada por cambios en la temperatura, la presión

arterial o la profundidad de la anestesia. En cuarto lugar, aparecen

resultados falsos positivos (es decir, ausencia de deficiencias neuro-

lógicas perioperatorias con cambios isquémicos significativos en el

EEG intraoperatorio) porque no toda la isquemia cerebral precede

de forma uniforme a un infarto. Por último, la monitorización del

EEG intraoperatorio está limitada de forma inherente, ya que la

mayoría de los ictus intraoperatorios se consideran tromboembóli-

cos y la mayor parte de los ictus perioperatorios se producen durante

el postoperatorio. En este momento no existen datos consistentes

que demuestren que la monitorización EEG sea claramente superior

a otros métodos de monitorización cerebral intraoperatorios o de

que el uso de la monitorización EEG mejore el pronóstico.

Potenciales evocados somatosensitivos

La monitorización de los PESS se basa en la respuesta de la corteza

sensitiva frente a impulsos eléctricos procedentes de la estimulación

de un nervio periférico sensitivo. La corteza sensitiva, que está irri-

gada fundamentalmente por la arteria cerebral media, se encuentra

en situación de riesgo durante el pinzamiento de la carótida. La

monitorización de los PESS puede, a diferencia de la monitorización

mediante EEG, detectar isquemia en las vías sensitivas subcorticales.

Los registros característicos de los PESS (disminución de la ampli-

tud, aumento de la latencia o ambos) aparecen cuando disminuye

el FSCr y desaparecen en primates cuando el flujo disminuye hasta

valores por debajo de 12ml/100g de tejido cerebral por minuto. No

se ha establecido una disminución de la amplitud ni un aumento de

la latencia concretas como marcadores fisiológicos de las alteracio-

nes del FSCr en condiciones quirúrgicas en los seres humanos. Los

anestésicos, la hipotermia y la presión arterial pueden influir nota-

blemente sobre los PESS y se han descrito resultados falsos negati-

vo

s 451

. Todavía no se ha establecido de forma definitiva la validez de

los PESS como monitorización intraoperatoria de isquemia cerebral

durante la endarterectomía carotídea.

Ecografía Doppler transcraneal

La EDTC permite medir de forma continua la velocidad media del

flujo sanguíneo y detectar la aparición de episodios microembóli-

cos en la arteria cerebral media (v. cap. 36). Estos parámetros tienen

importantes implicaciones clínicas, ya que se considera que la

mayor parte de las deficiencias neurológicas perioperatorias se

deben a un origen tromboembólic

o 452 .

La EDTC permite detectar

una embolización intraoperatoria en más del 90% de los pacientes

que se van a someter a una endarterectomía carotíde

a 453,454 .

La

mayor parte de las embolias intraoperatorias son características de

aire y no se asocian a una evolución neurológica adversa. La EDTC

puede aportar información útil sobre el funcionamiento correcto

o incorrecto del cortocircuito y la incidencia de embolias durante

la realización de la derivación. La embolización durante la disec-

ción de la carótida puede indicar una inestabilidad de la placa y la

necesidad de pinzar precozmente la carótid

a 454 .

La embolización

durante la disección y la sutura de la herida se asocia a ictus qui-

rúrgic

o 455 .

Un centro ha publicado que la combinación de monito-

rización mediante EDTC y angiografía conseguía disminuir la

incidencia de ictus intraoperatorio desde un 4 al 0

% 456 .

La embo-

lización postoperatoria precoz se ha detectado en más del 70% de

los pacientes después de la endarterectomía carotíde

a 445

y posee

una naturaleza exclusivamente particulad

a 457 .

La mayor parte de

los émbolos detectados mediante EDTC aparecen en las 2-3 pri-

meras horas después de la cirugí

a 458 .

Se ha demostrado que una

embolización persistente de partículas en el postoperatorio precoz

predice la aparición de trombosis y el desarrollo de una deficiencia

neurológica mayo

r 453

. También se ha confirmado que las señales

embolígenas frecuentes mediante EDTC en la fase inicial del

postoperatorio constituyen un factor pronóstico notable de isque-

mia cerebral focal homolateral en las primeras etapas del postope-

ratori

o 454 .

Las intervenciones con dextrano disminuyen y a la larga

interrumpen las embolizaciones mantenidas tras la endarterecto-

mía carotíde

a 458 .

Las microembolizaciones perioperatorias son más

frecuentes en las mujeres y en pacientes con patología carotídea

sintomátic

a 459,460 .

La monitorización con EDTC puede detectar una

oclusión asintomática precoz de la carótida y también el síndrome

de hiperperfusión tras la endarterectomía carotíde

a 461,462 .

Aunque

la monitorización mediante EDTC resulta prometedora, no se han

publicado pruebas concluyentes de que mejore el pronóstico.

Además, la tasa elevada de errores técnicos limita de forma signi-

ficativa la utilidad clínica de esta modalidad de monitorizació

n 463

.

Oxigenación cerebral

La monitorización directa de la oxigenación cerebral se puede llevar

a cabo monitorizando el bulbo venoso yugular. Dicha monitoriza-

ción permite determinar la diferencia del contenido de oxígeno

entre la arteria y la vena yugular y la saturación de oxígeno en la

sangre venosa yugular, y por tanto, aporta información sobre el

metabolismo global del oxígeno cerebral. Se obtienen muestras de

sangre venosa yugular gracias a un catéter introducido en el bulbo

yugular homolateral al lecho quirúrgico. También existen catéteres

de oximetría venosa yugular fibrópticos continuos. Las deficiencias

técnicas y metodológicas han limitado la aplicación clínica de esta

monitorización durante la endarterectomía carotídea.

Laespectrofotometríacuasi-infrarrojaesunatécnicaincruenta

que permite monitorizar continuamente la saturación de oxígeno

cerebral regional a través del cuero cabelludo y el cráneo. Al igual

que la pulsioximetría, la oximetría cerebral se basa en las distintas

características de absorción en el espectro cuasi-infrarrojo de la

hemoglobina oxigenada y desoxigenada. Sin embargo, a diferencia

de los pulsioxímetros, los oxímetros cerebrales miden la satura-

ción de oxígeno de la hemoglobina en todo el lecho tisular (es decir,

tejido cerebral y sangre arterial y venosa), que es predominante-

mente sangre venosa y que, por tanto, se aproxima a la saturación de

oxígeno en la sangre venosa. Un sensor de oximetría cerebral comer-

cializado se aplica a la piel de la frente homolateral al lecho quirúr-

gico y se mide la saturación de oxígeno cerebral regional a partir de

una muestra pequeña de la corteza frontal por debajo del sensor.

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Anestesia por subespecialidades en el adulto

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