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anestesia local o regiona

l 428,430,431

. Los pacientes que van a someterse

a una endarterectomía carotídea con un bloqueo del plexo cervical y

que manifiestan cambios neurológicos intraoperatorios tienen seis

veces más riesgo (6,6% frente al 1,1%) de sufrir un ictus postopera-

tori

o 428

. Cuando se compara con la anestesia general, la anestesia

regional para la endarterectomía carotídea se puede asociar a una

elevación de las concentraciones sanguíneas de catecolamina

s 432 .

Se

ha descrito una incidencia elevada de taquicardia en pacientes que

iban a someterse a una endarterectomía carotídea con anestesia regio-

na

l 421 .

Hasta la fecha no se han realizado estudios prospectivos alea-

torizados a gran escala para ver si la evolución neurológica o cardíaca

es distinta con la anestesia regional frente a la general. La decisión

final de optar por una técnica u otra debe basarse en la experiencia

del cirujano y el anestesista, y en las preferencias del paciente.

Control del dióxido de carbono y la glucosa

La reactividad cerebral vascular frente al dióxido de carbono forma

parte del complejo sistema autorregulador para controlar el flujo san-

guíneo cerebral. La autorregulación cerebral normal responde ante los

cambios agudos de la Paco

2

mediante una disminución del flujo san-

guíneo cerebral (es decir, vasoconstricción) con la hipocapnia y un

aumento del flujo sanguíneo cerebral (es decir, vasodilatación) con la

hipercapnia. En los pacientes con una estenosis u oclusión de la arteria

carótida, el flujo sanguíneo cerebral homolateral puede alterarse por

un flujo sanguíneo colateral intracerebral inadecuado. Cuando existe

una circulación colateral inadecuada, con la consiguiente hipoperfu-

sión cerebral, los vasos de resistencia cerebrales de los territorios hipo-

perfundidos se dilatarán en un intento de mantener el flujo sanguíneo

cerebral. Estos vasos de resistencia dilatados de forma crónica tendrán

mostrarán una respuesta del flujo sanguíneo cerebral disminuida o

ausente (parálisis vasomotora) al dióxido de carbono. El deterioro de

la reactividad vascular frente a la hipercapnia pueden desempeñar un

papel notable en el desarrollo de un ictus homolateral a la localización

de la estenosis u oclusión carotíde

a 433,434 .

Aunque podría esperarse que

el deterioro de la reactividad frente al dióxido de carbono pudiera

incrementar el riesgo de isquemia cerebral tras el pinzamiento de la

arteria carótida, los resultados de la monitorización cerebral intraope-

ratoria indican que no existe esta relació

n 435

. El deterioro de la reacti-

vidad cerebrovascular frente al dióxido de carbono mejorará de forma

significativa tras la endarterectomía carotíde

a 435

.

El control de la ventilación y del dióxido de carbono durante

la anestesia general es motivo de debate. La hipercapnia puede oca-

sionar un fenómeno de «robo» (es decir, cortocircuito de la sangre,

alejándose de los territorios hipoperfundidos con la vasculatura dila-

tada) y en general se evita. La hipocapnia, con su vasoconstricción

cerebral asociada, ha sido aconsejada para favorecer la inversión de

este fenómeno de robo. Sin embargo, se dispone de pocas pruebas

clínicas de este efecto de robo «invertido

» 436 .

Además, los datos expe-

rimentales no respaldan el uso de la hipocapnia como maniobra

terapéutica para lograr una redistribución favorable del flujo sanguí-

neo durante la isquemia cerebral foca

l 437

. De hecho, en este modelo

animal de isquemia cerebral focal, la hipocapnia (Paco

2

de 23mmHg)

aumentó en realidad el tamaño de la región con riesgo de sufrir

isquemi

a 437

. Por eso, se suele intentar mantener la normocapnia o una

ligera hipocapnia durante la endarterectomía carotídea.

Existen pruebas de un aumento de lesiones isquémicas en el

tejido nervioso cuando la isquemia se asocia a hiperglucemia. Datos

recientes del Hospital Johns Hopkins demostraron que una glucemia

superior a 200mg/dl el día de la intervención en el momento de la

endarterectomía carotídea se asociaba a un aumento del riesgo de ictus

perioperatorio o de ataques isquémicos transitorios, IM y muert

e 438 .

Por tanto, hasta que se disponga de datos adicionales, podría resultar

beneficiosomantener una glucemia inferior a 200mg/dl en los pacien-

tes que fueran a someterse a una endarterectomía carotídea. Si la

hiperglucemia se trata con insulina preoperatoria o intraoperatoria,

debería vigilarse de forma estrecha la glucemia, sobre todo durante la

anestesia general, para evitar los peligros de la hipoglucemia.

Monitorización neurológica y perfusión

cerebral

La monitorización intraoperatoria de la isquemia o la hipoperfusión

cerebral y, más recientemente, de las embolias cerebrales durante la

endarterectomía carotídea, resulta controvertida (v. cap. 36). Las téc-

nicas de monitorización consisten en determinaciones de la presión

en el muñón de la carótida interna, mediciones del FSCr, monitori-

zación del EEG y los PESS y ecografía Doppler transcraneal (EDTC).

También se están valorando otras técnicas, como la oximetría cerebral

y la monitorización del bulbo venoso yugular. La justificación para la

aplicación de esta monitorización se basa en la necesidad de prevenir

los ictus intraoperatorios. La principal utilidad clínica de la monito-

rización cerebral es identificar a los pacientes con necesidad de deri-

vación de la carótida. En segundo lugar, permite identificar a pacientes

que puedan beneficiarse de técnicas de aumento de la presión arterial

o de cambios en la técnica quirúrgica. A pesar de los grandes esfuer-

zos en investigación, sólo se dispone de datos limitados para respaldar

la suposición de que la monitorización cerebral mejora realmente el

pronóstico del paciente tras la endarterectomía carotídea.

Presión del muñón

La presión del muñón de la carótida interna representa la presión

retrógrada secundaria al flujo colateral a través del polígono de

Willis por la arteria carótida contralateral y el sistema vertebroba-

silar. Las ventajas de la monitorización de la presión en el muñón

carotídeo es que es barata, se obtiene con relativa facilidad y está

disponible de forma continua durante el pinzamiento carotídeo

(presión dinámica del muñón). A pesar de estas ventajas, pocos

centros recurren a la monitorización de la presión del muñón

porque se ha cuestionado su precisión para determinar la adecua-

ción del flujo colateral y la necesidad de derivación selectiv

a 431,439-441 .

Aunque se desconoce la presión crítica del muñón, las presiones

inferiores a 50 mmHg se asocian a hipoperfusión.

Flujo sanguíneo cerebral regional

Las determinaciones del FSCr durante la endarterectomía carotídea

se obtienen mediante la inyección carotídea homolateral o intrave-

nosa de xenón radiactivo y el análisis de las curvas de desintegración

obtenidas a partir de detectores localizados en la zona de la corteza

homolateral irrigada por la arteria cerebral media. Las determinacio-

nes se obtienen típicamente antes, durante e inmediatamente después

del pinzamiento de la carótida. Esta tecnología, combinada con la mo­

nitorización del EEG, ha aportado información importante sobre la

relación entre los datos de isquemia cerebral en el estudio del FSCr y el

EEG y el FSCr crítico asociado a diversos anestésico

s 310,311

. El FSCr

crítico varía en función del anestésico inhalatorio empleado. En los

pacientes que reciben óxido nitroso con un anestésico inhalatorio, el

FSCr es aproximadamente 20, 15, 10 y 10ml/100g de tejido cerebral

por minuto en el caso del halotano, enflurano, isoflurano y sevoflu-

rano, respectivament

e 310-312 .

El gasto y la experiencia necesarias para

realizar e interpretar estas determinaciones del flujo sanguíneo han

limitado la aplicación de esta tecnología a unos pocos centros.

Electroencefalografía

Muchos centros defienden la monitorización intraoperatoria del EEG

para detectar la aparición de isquemia cerebral y la derivación selectiva

posterior (v. cap. 36

) 442-444 .

Para ello se emplea un registro de EEG

completo de 16 canales y un monitor de EEG procesado (disposición

espectral comprimida). Aunque el monitor de EEGprocesado se inter-

preta con más facilidad, es menos sensible que el monitor de EEG no

procesado. En el 7,5-20% de los pacientes monitorizados durante el

pinzamiento de la carótida bajo anestesia general se producen cambios

isquémicos importantes en el EE

G 316,443,445-450

. La aparición de cambios

significativos en el EEG se produce con más frecuencia en pacientes

con patología de la carótida contralateral comparados con los que no

Anestesia para la cirugía vascular

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Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

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