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en este ensayo no alcanzó significación estadística hasta haber trans-

currido 3 años desde la cirugía. El European Asymptomatic Carotid

Surgery Trial, que es el más amplio realizado hasta el momento, repro-

dujo en gran medida los resultados del Asymptomatic Carotid Athe-

rosclerosis Study, pero en un entorno algo más práctic

o 373 .

En este

ensayo se verificó que los pacientes con una estenosis carotídea asin-

tomática (

70%) en la ecografía tratados mediante una endarterecto-

míainmediatajuntoatratamientomédicomostrabanunadisminución

del riesgo de ictus a los 5 años en comparación con los pacientes que

sólo recibieron tratamiento médico (6,4% frente al 11,8%). Es impor-

tante destacar que la mitad de este beneficio a los 5 años se correspon-

día con ictus mortales o incapacitantes.

Aunque los ensayos aleatorizados de referencia han definido

con claridad a los individuos con probabilidades de beneficiarse de

una endarterectomía carotídea (y han marcado las referencias para

el desarrollo de líneas de actuación prácticas basadas en pruebas en

todo el mundo), se ha sugerido que el incremento significativo de

endarterectomías carotídeas realizadas en la última década puede

deberse en parte a la extrapolación de los resultados de los ensayos

a pacientes y situaciones que no estaban contemplados de forma

directa en los mismo

s 362,374 .

Por ejemplo, en el North American

Symptomatic Carotid Endarterectomy Trial y en el Asymptomatic

Carotid Atherosclerosis Study sólo participaron pacientes menores

de 80 años, y se seleccionaron en ambos casos de forma cuidadosa

los centros y los cirujanos participantes para optimizar los resulta-

dos de la cirugía. Además, en el análisis de subgrupos del Asymp-

tomatic Carotid Atherosclerosis Study no se pudo demostrar un

beneficio significativo en las mujere

s 359

. Con la introducción de una

segunda modalidad de tratamiento intervencionista como la angio-

plastia carotídea percutánea con colocación de endoprótesis (que se

comenta más adelante), este tema se ha vuelto aún más complejo.

Morbilidad y mortalidad perioperatorias

Aunque los ensayos aleatorizados que se acaban de mencionar han

demostrado un efecto protector de la endarterectomía carotídea

sobre el ictus homolateral, entre los determinantes fundamentales

de beneficio para cualquier paciente deben estar el índice de episo-

dios perioperatorios y la supervivencia a largo plazo esperable. La

tasa de complicaciones perioperatorias de la endarterectomía caro-

tídea necesita ser muy baja (

3% o inferior) para mantener los

efectos beneficiosos de la cirugía sobre el tratamiento médic

o 363

. En

una revisión sistemática de 51 estudios (1980 a 1995) se mencionó

una mortalidad global del 1,6% con un riesgo de ictus o muerte del

5,6% después de una endarterectomía carotídea para la estenosis

carotídea sintomátic

a 375 .

Otra revisión sistemática de 25 estudios

(1980 a 1995) describió una mortalidad a los 30 días del 1,3% para

la estenosis asintomática y del 1,8% para la estenosis sintomátic

a 376

.

El riesgo global de ictus o muerte fue del 3,4% para la estenosis

asintomática y del 5,2% para la sintomátic

a 376

. La incidencia de ictus

perioperatorio es máxima en pacientes en los que se diagnostica un

ictus, menor en pacientes con ataques isquémicos transitorios y

mínima en pacientes asintomáticos. Las deficiencias neurológicas

son más frecuentes en los pacientes con una hipertensión preope-

ratoria mal controlada o en pacientes con hipertensión o hipoten-

sión postoperatoria. Más de la mitad de estas deficiencias aparecen

una vez que han transcurrido más de 4 horas después de la cirugía.

La incidencia de IM perioperatorio en pacientes que van a some-

terse a una endarterectomía carotídea oscila entre el 0 y el 4

% 377,378 .

El IM es la principal causa de mortalidad perioperatoria y tardía

después de la endarterectomía carotídea. En trabajos recientes se

sugiere la posibilidad de llevar a cabo con seguridad una endarte-

rectomía carotídea en pacientes muy ancianos y en aquéllos consi-

derados de alto riesgo, porque la frecuencia combinada de ictus o

muerte serán comparables a las descritas en ensayos aleatorizados

(North American Symptomatic Carotid Endarterectomy Trial y

Asymptomatic Carotid Artery Study

) 379-381

.

Valoración preoperatoria

Como se comentó antes, la valoración adecuada de los pacientes con

una arteriopatía oclusiva debe tener en consideración la naturaleza

sistémica y progresiva de la aterosclerosis. La AC es frecuente en

pacientes que van a someterse a una endarterectomía carotídea y es la

principal causa de muerte precoz y tardí

a 382-384 .

Hertzer y cols. realiza-

ron angiografías coronarias a 506 pacientes programados para una

endarterectomía carotídea y detectaron una AC grave corregible en el

28%. A pesar de la incidencia elevada conocida de AC en pacientes

que van a someterse a una endarterectomía carotídea, no suele ser

preciso realizar estudios preoperatorios para valorar la función mio-

cárdica o el riesgo de isquemia. Las excepciones a esta norma serían

los pacientes con una angina inestable, un IM reciente con datos de

isquemia enprogresión, una insuficiencia cardíaca congestiva descom-

pensada y una valvulopatía significativa. Los estudios especializados

no se consideran adecuados para la mayoría de los pacientes progra-

mados para una endarterectomía carotídea, salvo que pueda modifi-

carse el plan quirúrgico, mejorarse el tratamiento perioperatorio o

disminuirse la mortalidad. Este abordaje se basa en el razonamiento

siguiente. En primer lugar, los ensayos aleatorizados han establecido

de forma definitiva que la endarterectomía carotídea puede prevenir

el ictus en pacientes seleccionados adecuadament

e 278,283,358,359 .

En

segundo lugar, aunque la angioplastia percutánea con endoprótesis de

la carótida se está convirtiendo en una alternativa adecuada para

algunos pacientes de alto riesg

o 385

, demomento la técnica de referencia

sigue siendo la endarterectomía carotíde

a 386,387 .

En tercer lugar y a

partir de las dos razones previas, parece poco probable que los resul-

tados de las pruebas especializadas condicionen una cancelación de la

intervención. En cuarto lugar, dado que la monitorización intraopera-

toria y postoperatoria y el tratamiento médico son la norma en todos

los pacientes que van a someterse a una endarterectomía carotídea, es

poco probable que las pruebas especializadas modifiquen el trata-

miento perioperatorio. Por último, no existen pruebas sólidas que

indiquen que las estrategias preoperatorias que pudieran culminar en

una angiografía coronaria, y a la larga en una revascularización coro-

naria, sean adecuadas para los pacientes que van a someterse a una

endarterectomía carotídea, ya que los índices globales de morbimor-

talidad cardíaca perioperatoria son bajos. No se ha demostrado que la

revascularización coronaria profiláctica antes de la cirugía vascular

aórtica o de la extremidad inferior disminuya la mortalidad a corto

plaz

o 35,47

. Por tanto, en pacientes con una AC asintomática o estable,

yo considero que lamejor estrategia es llevar a cabo la endarterectomía

carotídea sin pruebas adicionales. Este enfoque no tiene en considera-

ción los beneficios a largo plazo potenciales de una valoración cardíaca

preoperatoria intensiva y en último término de una revascularización

coronaria. Sin embargo, no existen pruebas convincentes de que este

beneficio exista.

Los pacientes con una AC grave y patología oclusiva grave de

la arteria carótida plantean cierto dilema terapéutic

o 388

porque con

frecuencia no está claro cuál de las dos patologías debería tratarse en

primer luga

r 389

. En primer lugar debería valorarse la gravedad de la

patología cerebrovascular y coronaria en lo relativo a síntomas clíni-

cos y lesiones anatómicas, y tomar la decisión de realizar un procedi-

miento combinado o escalonado. Un metaanálisis de 16 estudios con

844 pacientes combinados y 920 pacientes intervenidos de forma

escalonada demostró que el abordaje combinado puede asociarse a

un riesgo más alto de ictus o muert

e 390 .

El abordaje escalonado, rea-

lizando en primer lugar la endarterectomía carotídea, puede asociarse

a una morbilidad importante de origen cardíaco. Por el contrario,

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Anestesia por subespecialidades en el adulto

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