van hasta el momento de la extracción de los órganos, las vísceras
de los donantes con muerte cardíaca sólo pueden extraerse después
de la parada cardíaca. Esta diferencia supone siempre que el tiempo
de isquemia caliente es más prolongado, lo que puede determinar
que el estado de estos órganos no sea óptimo. La donación tras la
muerte cardíaca puede dividirse en controlada y no controlada,
según la magnitud de la isquemia caliente que experimenten los
órganos donados. La donación controlada tras la muerte cardíaca
se realiza en pacientes en los que el equipo de trasplante está espe-
rando la parada cardíaca y ya se han hecho todos los preparativos
necesarios para una rápida extracción de los órganos. Por el con-
trario, las donaciones no controladas tras la muerte cardíaca pro-
ceden de pacientes que han sufrido una parada cardíaca no prevista
y que no responden a las medidas de reanimación, momento en
que se considera una posible donación de órganos.
Además de la prolongación del tiempo de isquemia caliente,
existen problemas legales, éticos y logísticos que impiden la adop-
ción de esta forma de donación de órganos en muchos centro
s 19 .Sin embargo, estudios recientes efectuados en Suiza y Estados
Unidos mostraron resultados favorables a largo plazo en lo que se
refiere a la función del injerto en los receptores de órganos proce-
dentes de donantes tras muerte cardíac
a 20-22. Queda por ver si este
procedimiento de obtención de órganos a partir de donantes en
situación de muerte cardíaca logra una amplia aceptación entre la
comunidad del trasplante y permite aumentar de manera signifi-
cativa el número de órganos donados.
Conservación del órgano
La extracción y el trasplante de órganos sólidos producen siempre
alteraciones en el órgano donado. Se han identificado tres períodos
principales que contribuyen a estas alteraciones: 1) la conservación
ex vivo de los órganos extraídos durante su transporte (en general,
en condiciones de hipotermia) desde el donante hasta el receptor,
2) la fase de implantación (fase de recalentamiento) sin reperfusión
y 3) la fase de reperfusión inicial con reintroducción de oxígeno.
Las vías por las que cada uno de estos períodos contribuye al dete-
rioro del órgano son distintas. La conservación ex vivo consiste en
el enfriamiento inmediato y el lavado del órgano con diferentes
soluciones conservantes tras su extracción. En la actualidad, casi
todos los órganos se conservan a 4 °C sin perfusión continua tras
el lavado inicial. Sin embargo, algunos centros y algunas organiza-
ciones de obtención de órganos optan por una perfusión continua,
a veces con conservación normotérmica.
Entre las distintas soluciones de conservación en frío que se
utilizan en todo el mundo se encuentran Collins, Euro-Collins
(Fresenius, Alemania), Bretschneider/Histidin-Tryptophan-Keto-
gluterat (HTK) (Franz Koehler Chemie, Alemania), Celsior (Sangs-
tat Medical Corporation, Estados Unidos), Perfadex (Vitrolife,
Suecia) y University of Wisconsin (UW) (Du Pont, Estados
Unidos
) 23,24. Aunque es probable que esta última sea la más utili-
zada, sobre todo para los órganos intraabdominales, la solución
HTK, que es mucho más barata, se ha usado cada vez con más
frecuencia y con buenos resultado
s 25 .La mayoría de las soluciones
se modifican con aditivos (p. ej., eliminadores de radicales de
oxígeno) que parecen mejorar las condiciones de almacenamiento
de los órganos. La composición de las soluciones de conservación
de las distintas vísceras es muy variable y lo mismo sucede con las
cantidades utilizadas. Por ejemplo, la solución UW contiene
120mmol/l de potasio, mientras que la solución HTK sólo tiene
10mmol/l del ión. Estas diferencias pueden tener implicaciones
clínicas, por ejemplo, una mayor probabilidad de producir hiper-
potasemia tras la reperfusión de los órganos conservados en solu-
ción UW (sobre todo el hígado). No obstante, la hiperpotasemia se
presenta sobre todo en los casos en los que la solución de conser-
vación no se elimina mediante lavado con coloides antes de la
implantación. Con la solución Euro-Collins se utiliza habitual-
mente una solución de lavado específica para cada órgano y en la
actualidad se emplea la solución Perfadex para conservar los pul-
mones. El corazón suele conservarse en solución Celsior, pero a
veces los centros médicos disponen de soluciones específicas de
cardioplejía propias. En ocasiones se usan los perfluorocarbonos
como componentes del método bicapa para la conservación del
páncrea
s 26. Las soluciones para la conservación de órganos están
sometidas a constantes revisiones y se modifican a menudo.
El tiempo máximo de conservación en frío varía según los
órganos y las soluciones. Por lo general, los riñones pueden man-
tenerse en una solución de conservación en frío durante 24-30 horas antes del trasplante, aunque el tiempo de isquemia influye en
el pronóstico. Por el contrario, el corazón ha de injertarse en un
plazo de horas después de su extracción. También se ha prestado
cierta atención a la perfusión continua mecánica de los órganos
(por oposición a la conservación en frío
) 27. No obstante, este
método no se ha generalizado por ahora y para demostrar su apli-
cabilidad se necesitarán grandes estudios aleatorizado
s 28.
Cuidado de los donantes
vivos de órganos
El primer trasplante de un donante vivo se realizó en 1954, cuando
se trasplantó un riñón de un varón a su hermano gemel
o 29 .La falta
de tratamientos inmunosupresores eficaces en aquella época
impedía el uso de órganos procedentes de cadáver, pero con la
introducción de los fármacos inmunosupresores mejoró la supervi-
vencia a largo plazo del injerto y el uso de estos donantes experi-
mentóunarápidaaceleraciónenlamayoríadelospaísesoccidentales.
Sin embargo, en Japón no se aceptaron bien los trasplantes de
órganos de donante cadáver, sobre todo debido a problemas éticos
y culturales. En realidad, hasta 1997 no se promulgó en ese país una
ley que permitiera la donación de órganos procedentes de donantes
seleccionados con muerte cerebra
l 30 .El trasplante de órganos de
donantes vivos se ha convertido en una alternativa importante y
bien desarrollada para los pacientes con enfermedades terminales
de algunos órganos en Japón y otros países asiático
s 31. No obstante,
es necesario sopesar los beneficios, tanto para el donante como para
el receptor, en cuanto al riesgo que implica la donación y el tras-
plante de un órgano procedente de un donante viv
o 32 .En general, los donantes vivos están muy sanos y casi todos
se clasifican como pacientes de grado I o II según la American
Society of Anesthesiologists (ASA). En el pasado los donantes eran
casi siempre familiares del receptor, pero más recientemente ha ido
creciendo la aceptación como donantes de personas no emparenta-
das. Para confirmar que son candidatos a la donación, los donantes
hande someterse aunamplioestudiomédico, psicológicoy socia
l 33,34 .Muchos donantes vivos y los receptores correspondientes son des-
cartados durante el proceso de estudio, debido a razones médicas y
no médicas (p. ej., problemas sociales o psicológicos) que pueden
afectar a uno y a otro. Uno de los mayores problemas a los que se
enfrenta la donación de órganos de personas vivas es la posibilidad
de infligir una gran lesión a personas sanas que se someten a inter-
venciones quirúrgicas mayores por razones puramente altruistas.
Los aspectos éticos y psicológicos (p. ej., coacción al donante) de este
tipo de donación, sobre todo de la donación de hígados, siguen
siendo objeto de amplios estudios y controversia
s 32,35-39 .Además, la
calidad de vida tras la donación del órgano y el impacto económico
para el donante son temas de gran preocupació
n 40,41.
La donación de órganos procedentes de personas vivas tiene
ventajas significativas en relación con la donación de órganos de
1924
Anestesia por subespecialidades en el adulto
IV