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preparado para responder ante ellas con rapidez y de forma ade-

cuada, y ayudar a que el cirujano las diagnostique.

Anestesia en la laparoscopia

Evaluación preoperatoria del paciente

y premedicación

Sin tener en cuenta las contraindicaciones quirúrgicas, las contra-

indicaciones absolutas a la laparoscopia y al neumoperitoneo son

raras, y algunas de ellas no se han establecido aún con precisión (v.

cap. 24). El neumoperitoneo no es deseable en los pacientes con

hipertensión intracraneal (p. ej., tumores, hidrocefalia, traumatis-

mos craneoencefálicos) e hipovolemia. Sin embargo, sí puede

hacerse sin peligro en los pacientes con derivación ventriculoperi-

toneal y derivación peritoneoyugular, siempre y cuando dispongan

de una válvula unidireccional resistente a la PIA utilizada durante

el neumoperitoneo. En los enfermos con glaucoma, los efectos

sobre la presión ocular no parecen tener relevancia clínica, si bien

este aspecto merece una confirmación adiciona

l 122 .

En los pacientes con cardiopatías debería valorarse la función

cardíaca a la luz de los cambios hemodinámicos inducidos por el

neumoperitoneo y por la posición del paciente, sobre todo en casos

con compromiso de la función ventricular

( tabla 58-1 )

. Los enfer-

mos con insuficiencia cardíaca congestiva grave e insuficiencia

valvular terminal corren mayor peligro de desarrollar complicacio-

nes cardíacas durante la laparoscopia que los afectados por una

cardiopatía isquémica. No se ha valorado directamente si la lapa-

roscopia es más peligrosa que la laparotomía en estos pacientes,

pero es un aspecto que merece una consideración más cuidadosa.

En estos casos, cuando se plantee la elección entre laparoscopia y

laparotomía, habrá que sopesar los beneficios postoperatorios de

la laparoscopia con sus riesgos intraoperatorios. La laparoscopia

sin gas puede ser una alternativa en estos pacientes.

Debido a los efectos secundarios que el aumento de la PIA

produce sobre la función renal, los pacientes con insuficiencia renal

deben recibir una atención especial para optimizar la hemodiná-

mica durante el neumoperitoneo, aparte de evitar la administra-

ción simultánea de fármacos nefrotóxicos.

En los pacientes con enfermedades respiratorias, parece que

la laparoscopia sería una técnica más idónea que la laparotomía

debido a la menor alteración funcional respiratoria postoperatoria.

Este efecto positivo compensa el riesgo de neumotórax durante el

neumoperitoneo y el de un intercambio gaseoso inadecuado como

consecuencia del desajuste entre ventilación y perfusión.

La profilaxis de la trombosis venosa profunda durante la

laparoscopia debería ser la misma que en la laparotomía, por la

estasis de sangre en las piernas.

La premedicación debe adaptarse a la duración de la lapa-

roscopia y a la necesidad de una recuperación rápida en los casos

ambulatorios. La administración preoperatoria de AINE puede

ayudar a mitigar el dolor postoperatorio y las necesidades de opiá-

ceos. La administración preoperatoria de clonidina y dexmedeto-

midina disminuye la respuesta al estrés intraoperatorio y mejora la

estabilidad hemodinámic

a 71,95-97 .

Colocación del paciente y monitorización

Los pacientes deben colocarse (v. cap. 26) con sumo cuidado para

evitar las lesiones nerviosas; la compresión nerviosa debería preve-

nirse con un almohadillado cuidadoso de todos los salientes óseos

y, en caso de precisar soportes para el hombro, estos deberían colo-

carse sobre las apófisis coracoides. La inclinación del paciente debe

reducirse al máximo posible, sin superar los 15-20 grados, y de forma

lenta y progresiva para evitar variaciones hemodinámicas y respira-

torias bruscas. La posición del tubo endotraqueal debe comprobarse

después de cada cambio de postura del paciente. La creación y la

retirada del neumoperitoneo deben ser suaves y paulatinas. La ven-

tilación con mascarilla antes de la intubación puede llenar el estó-

mago con gas, que debe aspirarse antes de colocar los trocares para

evitar que pueda perforarse el estómago, sobre todo en las interven-

ciones laparoscópicas supramesocólicas. La vejiga debería vaciarse

antes de una laparoscopia pélvica o de intervenciones prolongadas.

Durante la laparoscopia debe mantenerse un control conti-

nuo de la presión arterial, la frecuencia cardíaca, el electrocardio-

grama, la capnometría y la pulsioximetría. Aunque este grado de

monitorización ayuda a detectar las arritmias cardíacas, la embolia

gaseosa, el enfisema subcutáneo por CO

2

y el neumotórax, sólo

proporciona datos indirectos sobre los cambios hemodinámicos

inducidos por el neumoperitoneo. Si bien en los pacientes con

cardiopatías puede necesitarse una monitorización hemodinámica

más intensiva, el aumento de la presión intratorácica complica la

interpretación de las mediciones de la presión venosa central y de

la arteria pulmonar. La ecocardiografía transesofágica podría ser

más útil en los pacientes con cardiopatías graves (v.

tabla 58-1

). La

Petco

2

y la Spo

2

reflejan con fiabilidad la Paco

2

y la saturación de

oxígeno de la sangre arterial (Sao

2

). Sin embargo, la

a-ETCO

2

puede variar de unos pacientes a otros y en un mismo paciente a

lo largo de la laparoscopia. La Petco

2

debe vigilarse cuidadosa-

mente para evitar la hipercapnia y permite detectar una posible

embolia gaseosa. Como la

a-ETCO

2

puede aumentar más en los

pacientes con enfermedades cardíacas y pulmonares, la canulación

de una arteria radial resulta útil para medir directamente la Paco

2

en muestras de sangre arterial.

Técnicas anestésicas

En la laparoscopia se han utilizado técnicas anestésicas generales,

locales y regionales de forma satisfactoria y segura.

Anestesia para la cirugía laparoscópica

1961

58

Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

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Tabla 58-1

 Actitud terapéutica a seguir en pacientes con cardiopatía que

van a someterse a una laparoscopia

Evaluación preoperatoria: ecocardiografía

Si la fracción de eyección ventricular izquierda

<

30%

Monitorización intraoperatoria

Vía intraarterial

¿Catéter en arteria pulmonar?

Ecocardiografía transesofágica

¿Análisis continuo del segmento ST?

¿Laparoscopia sin gas?

¿Laparotomía?

Tratamiento intraoperatorio

Insuflación lenta

Presión intraabdominal baja

Optimización hemodinámica antes del neumoperitoneo (aumento de la

precarga)

Inclinación del paciente después de la insuflación

Anestesia:

remifentanilo, anestésicos y fármacos vasodilatadores

(nicardipino, nitroglicerina), cardiotónicos

Cirujano con experiencia

Tratamiento postoperatorio

Recuperación lenta de la anestesia (beneficios de la clonidina)