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Las causas uterinas más frecuentes son atonía y retención de pro-

ductos placentarios. Otras causas uterinas son la rotura y la inver-

sión uterina. Las causas no uterinas consisten en desgarros

vaginales, hematomas perineales y coagulopatía materna.

Atonía uterina

La atonía uterina es la causa más frecuente de hemorragia pos-

parto, y está producida por la contracción ineficaz del músculo

uterino en el puerperio. Los factores de riesgo son un trabajo de

parto prolongado, un útero sobredistendido (macrosomía o

embarazos múltiples), infecciones, gran multiparidad y la admi-

nistración de fármacos que relajan el útero (anestésicos haloge-

nados, agonistas

b

-simpaticomiméticos y sulfato de magnesio).

El tratamiento incluye la oxitocina; como los bolos de este fármaco

pueden producir hipotensión, es preferible la infusión continu

a 289 .

La carboprost trometamina, un análogo 15-metil de la prosta-

glandina F

2

a

, es también un potente uterotónico que se puede

utilizar. Sus efectos secundarios son náuseas, vómitos y bronco-

constricción. Este fármaco se administra vía intramuscular por el

anestesiólogo o directamente en el útero por el obstetr

a 290 .

Además, los derivados de la ergotamina (ergonovina y metilergo-

novina) son también potentes agentes uterotónicos que se admi-

nistran por vía intramuscular. Como estos fármacos pueden

desencadenar una hipertensión grave, deben evitarse en pacientes

con enfermedad hipertensiva. La compresión con una sutura qui-

rúrgica («sutura de B-Lynch») es una técnica importante en el

tratamiento de la hemorragia posparto asociada con atonía

uterina, ya que puede evitar la necesidad de realizar una histerec-

tomía obstétrica

291 .

Otras complicaciones

Prolapso del cordón umbilical

El prolapso del cordón es poco frecuente; se produce en sólo el

0,4% de los partos en cefálica a término. Las presentaciones anó-

malas, como nalgas completas o transversa, conllevan un riesgo

más alto, y tienen una incidencia de hasta un 6% y de más del 20%,

respectivamente. El diagnóstico de sospecha se produce cuando

existe una bajada brusca de la FCF, especialmente al romper las

membranas en el caso de una paciente con una presentación

anómala conocida o en una paciente con polihidramnios. El diag-

nóstico de certeza se realiza por la palpación del cordón umbilical

en la exploración vaginal, asociado o no a una bradicardia fetal. El

tratamiento consiste en la reposición manual del cordón y en evitar

la compresión del cordón por la presentación contra el anillo

pélvico. Hay que realizar una cesárea de urgencia. Se puede recurrir

a una técnica regional si el catéter epidural ya está colocado o si es

posible llevar a cabo la técnica espinal de forma rápida en decúbito

lateral. En el caso de que se observe compromiso fetal, normal-

mente se realiza anestesia general.

Parto múltiple

Las gestaciones múltiples se han incrementado con el aumento de

la reproducción asistida. La frecuencia de una gestación múltiple

de orden mayor también ha aumentado de forma significativa. En

estas pacientes están aumentadas tanto la mortalidad y la morbili-

dad perinatal como la materna. Estos embarazos se asocian con

una incidencia más alta de parto prematuro, presentación anómala,

preeclampsia, prolapso de cordón, necesidad de cesárea, atonía

uterina y hemorragia posparto. Muchos de los cambios fisiológicos

maternos durante el embarazo están exagerados, lo que tiene una

gran importancia para el anestesiólogo. La CRF se encuentra con-

siderablemente reducida por el gran tamaño del útero y una CRF

reducida da lugar a hipoxemia precoz en el caso de apnea o hipo-

ventilación. Además, la compresión aorto-cava es más dramática

debido al mayor peso y tamaño del útero. La atonía uterina y el

riesgo de hemorragia posparto también son mayores que en los

embarazos simples. Dependiendo de la presentación fetal, los ge­

melos pueden nacer vía vaginal; sin embargo, la mayoría de los

obstetras exigen una presentación cefálica en el primer gemelo. Si

el gemelo B no tiene una presentación cefálica, el obstetra puede

realizar una versión cefálica externa, un parto de nalgas, o una

cesárea. La analgesia epidural es útil en estas situaciones, ya que

proporciona la analgesia necesaria y se puede convertir rápida-

mente para realizar una cesárea urgente.

Rotura uterina

La rotura uterina es una complicación que puede ser mortal y cuya

incidencia está aumentando. Puede producirse en úteros con cica-

trices previas o puede ser el resultado de una manipulación uterina,

de un traumatismo o de un uso excesivo de oxitocina. Hay que

señalar que la incidencia de rotura uterina asociada al parto vaginal

tras una cesárea (PVTC) parece ser más alta de lo que en principio

se creía. Su incidencia durante un PVTC es de aproximadamente

el 1

% 292 .

Entre estas roturas, la tasa de morbilidad seria o mortali-

dad materna o fetal es del 10-25%. A partir de estos datos, la ACOG

recomienda que para una prueba de parto tras una cesárea debe

estar disponible, de forma inmediata y durante todo el trabajo de

parto, un médico capaz de monitorizar el parto y realizar una

cesárea urgente en caso de ser necesario. Este documento también

recomienda la disponibilidad inmediata de un anestesiólog

o 293 .

El

anestesiólogo, con pacientes en prueba de PVTC, debe estar pen-

diente de los signos o síntomas de rotura uterina. Los síntomas

pueden ser poco específicos, pero casi siempre incluyen bradicar-

dia fetal. Además, suele presentarse una hipotensión materna aso-

ciada a la pérdida de la función en los monitores de presión uterina.

El tratamiento obliga a realizar una laparotomía urgente, normal-

mente bajo anestesia general.

Inversión uterina

La inversión uterina es una causa muy rara de hemorragia posparto

en la que el fondo uterino se invierte a través del cuello en la

vagin

a 294 .

Suele producirse hipotensión antes de que se ocurran

pérdidas sanguíneas significativas. El tratamiento de la inversión

uterina se basa en la fluidoterapia necesaria para la madre y en

restituir el útero a su posición normal. La relajación uterina puede

ser necesaria para recolocar el útero; para lo que se han utilizado

fármacos

b

-simpaticomiméticos, magnesio y nitroglicerina. La

elección del fármaco depende de la estabilidad hemodinámica

materna. Por ejemplo, en el caso de hipotensión grave de la madre,

el sulfato magnésico es de elección frente a la nitroglicerina. Si los

esfuerzos iniciales para recuperar el útero resultan infructuosos,

hay que realizar una inducción de secuencia rápida con presión

cricoidea e intubación endotraqueal. El uso de agentes halogenados

también puede producir relajación uterina, lo que ayuda al obstetra

a recolocar el útero.

Anestesia para cirugía no

obstétrica durante el embarazo

Se estima que en torno al 2% de las mujeres embarazadas se

someten a cirugía no obstétrica anualmente en Estados Unidos. La

mayoría de estos procedimientos no son electivos y algunas veces

Anestesia en obstetricia

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Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

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