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frente al riesgo de una hipotensión transitoria cuando se decide entre

anestesia general y regional para un parto por cesárea en pacientes

con preeclampsia-eclampsia grave. Aunque las técnicas neuroaxiales

se han convertido en el método de elección para analgesia en el

trabajo de parto o anestesia en un parto por cesárea en mujeres con

preeclampsia-eclampsia grave, están relativamente contraindicadas

si la paciente presenta una coagulopatía. Se sugiere realizar una

consulta precoz con el anestesiólogo en el caso de parturientas con

preeclampsia grav

e 271 .

Si la anestesia general es necesaria en una paciente con pre-

eclampsia que se encuentra en tratamiento con SO

4

Mg, es posible

que se potencie la actividad del suxametonio; también existe una

sensibilidad aumentada a los relajantes musculares no despolari-

zantes. El magnesio tiene otra ventaja, ya que atenúa la respuesta a

los vasoconstrictores e inhibe la liberación de catecolaminas tras

una estimulación simpática.

Obesidad

(v. tambié

n cap. 54)

La obesidad en un problema de salud que está en aumento en la

sociedad de hoy en día. Los datos más recientes en Estados Unidos

incluyen tasas de prevalencia de obesidad y obesidad mórbida en

mujeres no embarazadas en edad fértil del 28,9% y 8% respectiva-

ment

e 272 .

Tanto la ACOG como el estudio más reciente de encues-

tas confidenciales sobre la mortalidad materna (Confidential

Enquiries into Maternal Deaths, CEMD) destacan en sus informes

el riesgo añadido que suponen la obesidad y la anestesi

a 247,273 .

La

obesidad se asocia a comorbilidades como la diabetes, la hiperten-

sión y el síndrome de apnea obstructiva del sueño. Las parturientas

obesas tienen un riesgo mayor de desarrollar diabetes gestacional,

preeclampsia, enfermedad tromboembólica e infección de la herida

quirúrgica. La obesidad es un factor de riesgo independiente en la

cesárea, en resultados adversos neonatales, y en el riesgo anestésico

y quirúrgico. Cambios fisiológicos del embarazo exagerados, como

la reducción de la CRF, el aumento del reflujo gastroesofágico y la

compresión aorto-cava más pronunciada, tendrán un gran impacto

en los cuidados anestésicos. También deben considerarse otros fac-

tores, como la dificultad que suponen los accesos venosos, la moni-

torización de la tensión arterial, la colocación de la paciente, el

riesgo aumentado de la cesárea y la hemorragia posparto.

Las técnicas de la anestesia regional pueden ser laboriosas

debido a las dificultades para identificar las referencias anatómicas,

y además puede ser necesario el uso de agujas espinales y epidurales

más largas. Las guías clínicas de la ACOG recomiendan la colocación

precoz de los catéteres neuroaxiales en las pacientes de alto riesgo

(como embarazo gemelar, vía aérea difícil u obesidad), incluso antes

de que se solicite la analgesia en el part

o 273

. La presencia de un

«catéter funcionante» puede potencialmente reducir las complica-

ciones anestésicas y perinatales que están asociadas a la realización

de una anestesia regional o general en una situación de emergencia.

Muchos anestesiólogos obstétricos prefieren una técnica de analge-

sia/anestesia espinal continua en pacientes obesas. Esta técnica es

más predecible y segura, y permite un control titulable tanto del nivel

como de la duración del bloqueo. La incidencia de CPPD es signifi-

cativamente menor en parturientas obesas mórbida

s 274

, lo que puede

deberse en parte al panículo adiposo abdominal que actúa como una

faja, elevando la presión intra-abdominal y, por lo tanto, reduciendo

el grado de pérdida de LCR en el lugar de la punción dural.

Muchos anestesiólogos utilizan dosis reducidas de anesté-

sico local en pacientes obesas por miedo a una extensión imprede-

cible o exagerada que pueda resultar en un bloqueo espinal alto. La

principal razón por la que se reducen las necesidades en la dosis

de anestésico local se basa en la disminución del volumen de LCR

con la presión abdominal elevada, por lo que disminuye la dilución

del anestésico. Hogan y cols. observaron que la media del volumen

de LCR era menor en sujetos con mayor índice de masa corpora

l 275 .

Por lo tanto, en una cesárea será preferible realizar una técnica

CEE que una anestesia espinal por punción única. La técnica CEE

permite utilizar una dosis menor de anestésico local y además

proporciona la calidad de un bloqueo espinal con la flexibilidad de

los suplementos epidurales para el bloqueo.

La anestesia general está asociada a un aumento en la

morbimortalida

d 203,247

debido a factores como la rápida desatura-

ción, el riesgo aumentado de regurgitación, la dificultad de mante-

ner la ventilación con mascarilla facial, la intubación dificultosa, la

dificultad en la ventilación, el posicionamiento intraoperatorio y la

cirugía prolongada.

Un abordaje multidisciplinario con una buena comunica-

ción y trabajo en equipo entre obstetras y anestesiólogos es vital en

el tratamiento de las pacientes obesas. La morbimortalidadmaterna

relacionada con la anestesia puede disminutir si se hace con ante-

lación la evaluación preanestésica y se planifica adecuadamente la

dilatación y el parto.

La hemorragia obstétrica

A pesar de que la mayoría de las pacientes toleran la pérdida

normal de sangre asociada con el parto sin sufrir consecuencias

hemodinámicas, a veces la pérdida sanguínea es excesiva y com-

promete a la madre y al feto. Las causas más comunes de sangrado

en el tercer trimestre son placenta previa, desprendimiento prema-

turo de placenta y rotura uterina. La hemorragia posparto, que

complica aproximadamente el 10% de los nacimientos, suele ser

resultado de una atonía uterina, placenta retenida, placenta ácreta

o una inversión uterina.

Desprendimiento prematuro de placenta

El abruptio placentae, un desprendimiento parcial o completo de

la placenta antes del nacimiento del feto, tiene una incidencia esti-

mada del 1,3-1,6% de los embarazos. En la

figura 59-16

se ilustra

el desprendimiento de placenta en sus diversas formas. Los factores

de riesgo asociados con el desprendimiento prematuro de placenta

1996

Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

Figura 59-16

 Ilustración que muestra el grado de desprendimiento de

placenta.

A

, Hemorragia contenida.

B

, Hemorragia externa.

C

, Desprendimiento completo de placenta.(

Reproducida de Bonica JJ,

Johnson WL: Placenta previa, abruptio placentae or rupture of the uterus.

En Bonica JJ [ed.]:

Principles and Practice of Obstetric Analgesia and

Anesthesia,

vol. 2, 1.ª ed. Filadelfia, FA Davis, 1969, pág. 1164

.)