de estos agentes pueden constreñir o incluso cerrar el ductus arte-
riosus fetal en estadios tardíos del embaraz
o 299 .Parada cardíaca en el embarazo
La parada cardíaca durante el embarazo es rara y tiene muy mal
pronóstico (v.
cap. 87). Casi un 10% del total de las muertes mater-
nas registradas en el Reino Unido se producen por parada car-
díac
a 247 .El personal sanitario debe estar familiarizado con los
cambios fisiológicos del embarazo, ya que dificultan el diagnóstico
y tratamiento de la parada cardíaca en esta población. Una resuci-
tación con éxito de la madre requiere una RCP precoz y efectiva
con algunas modificaciones en los principios del soporte vital
básico (SVB) y el soporte vital avanzado (SVA). A partir de las
20 semanas de gestación, el útero grávido puede comprimir la vena
cava e impedir el retorno venoso en decúbito supino. Los efectos
de la compresión aorto-cava deben ser minimizados con la incli-
nación lateral izquierda del útero, ya sea realizando un desplaza-
miento manual o colocando una cuña bajo la cadera derecha.
Modificación del soporte vital básico
En el caso de una paciente embarazada inconsciente hay que aplicar
presión cricoidea continua durante la ventilación con presión posi-
tiva para minimizar el riesgo de regurgitación. Como el diafragma
y el contenido abdominal están elevados por el útero grávido, las
compresiones torácicas deben realizarse más arriba de lo habitual,
ligeramente por encima del punto medio esternal.
La desfibrilación debería realizarse siguiendo las directrices
del soporte vital avanzado estándar. No hay evidencias que demues-
tren que las descargas tengan efectos cardíacos adversos en el feto.
La monitorización fetal y materna debe ser retirada antes de admi-
nistrar las descargas eléctricas.
Modificación del soporte vital cardiovascular avanzado
En una parada cardíaca, debe asegurarse la vía aérea lo antes posible
para minimizar el riesgo de regurgitación (v. también
cap. 87). La
vía aérea puede estar edematosa y puede ser necesario utilizar un
tubo endotraqueal menor (0,5-1,0mm más pequeño).
Las pacientes embarazadas pueden presentar hipoxemia
más rápidamente que las mujeres no embarazadas debido a la
reducción de la CRF y al aumento de los requerimientos de oxígeno.
Tal vez sea necesario disminuir el volumen corriente administrado
debido a la elevación del diafragma.
Existe falta de información en la literatura sobre el uso de
fármacos durante la resucitación de estas pacientes. Las recomen-
daciones actuales sobre fármacos y dosis son seguir los protocolos
estándar de SV
A 300 .Diagnóstico diferencial
Es necesario considerar las causas estándar de la parada cardíaca
y las específicas del embarazo. Éstas pueden incluir embolismo de
líquido amniótico, pérdida masiva de sangre, complicaciones de la
preeclampsia, síndrome coronario agudo, disección aórtica, embo-
lismo pulmonar grave, sobredosis iatrogénica de fármacos (p. ej.,
sulfato magnésico) o toxicidad por anestésicos locales. El gluconato
cálcico, 1 g intravenoso, es el fármaco de elección en la toxicidad
por magnesio. En la parada cardíaca debida a toxicidad por anes-
tésicos locales se toman las medidas estándar del SVA, y se puede
utilizar una emulsión lipídica al 20
% 301 .Cesárea perimortem
La mejor opción para la supervivencia de fetos que tienen más de
24 semanas de gestación es realizar la cesárea no más de 5 minutos
después de la parada cardíaca materna. Por lo tanto, la decisión de
hacer una cesárea de emergencia debe tomarse cuanto antes.
Existen pocas posibilidades de resucitación de la madre hasta que
se vacía el útero, lo que restaura el retorno venoso y el gasto car-
díaco. El vaciamiento del útero también mejora la distensibilidad
torácica y, con ello, mejora la ventilación matern
a 302 .Cirugía laparoscópica
Se han publicado series de procedimientos laparoscópicos diagnós-
ticos y quirúrgicos realizados con éxito durante el embarazo (v.
cap. 58 ) 303. Un estudio retrospectivo de procedimientos laparoscópi
cos comparados con cirugías abiertas durante los dos primeros tri
mestres del embarazo ha demostrado una reducción significativa
en los requerimientos anestésicos y en la duración de la estancia
hospitalari
a 304 .Ciertos cambios fisiológicos del embarazo pueden
tener impacto en el tratamiento anestésico durante la cirugía lapa-
roscópica. La ventilación mecánica de una paciente embarazada
puede ser difícil debido al desplazamiento del diafragma hacia el
tórax antes de la insuflación abdominal. Se puede utilizar la cap-
nografía para guiar la ventilación durante el neumoperitoneo con
CO
2
, y evitar así el riesgo de acidosis respiratoria si el CO
2
espirado
se mantiene en 32 mmH
g 305 .La intensidad de la posición de Tren-
delenburg también debe ser limitada. La presión del neumoperito-
neo debe restringirse a 15 mmH
g 306 .Analgesia para una versión
cefálica externa
Los obstetras han mostrado un interés renovado por la versión
cefálica externa (VCE) en un intento por disminuir la tasa de
cesáreas por presentación de nalgas. Estudios recientemente publi-
cados han demostrado un aumento en el índice de éxitos de la VCE,
comparado con controles históricos, cuando se proporciona anal-
gesia epidural o CE
E 307,308 .Al proporcionar una analgesia CEE a la
madre, se crea un ambiente adecuado para realizar una VCE; a
diferencia de las antiguas técnicas de anestesia regional, limita el
uso de una fuerza excesiva por parte del obstetra. Si se produce una
complicación seria durante una VCE, el catéter epidural puede
utilizarse para realizar la anestesia en una cesárea urgente y evitar
las complicaciones de la anestesia general.
Cirugía fetal
Los avances en el diagnóstico prenatal gracias a la tecnología
moderna (ultrasonografía, ecocardiografía fetal, RM fetal, amnio-
centesis, muestreo de la sangre umbilical y muestreo de las vello-
sidades coriónicas) y el desarrollo de técnicas de cirugía fetal
abierta permiten hoy en día tratar patologías fetales que, de otra
manera, podrían causar lesiones progresivas e irreversibles, incluso
una posible muerte intraútero si no se tratara
n 309 .Dichas patologías
incluyen la hernia diafragmática congénita, la hidronefrosis, el sín-
drome de transfusión gemelo-gemelo y el hidrotórax.
Es importante que el anestesiólogo entienda la lesión fetal y
el abordaje quirúrgico, ya que determinan el tipo de cuidado anes-
tésico que debe ofrecerse a la madre. Las cuestiones clave para el
anestesiólogo son la seguridad materna, la relajación uterina, la
inmovilidad fetal y la anestesia. La monitorización intensiva de la
actividad uterina y el uso de agentes tocolíticos (como anestésicos
Anestesia en obstetricia
2001
59
Sección IV
Anestesia por subespecialidades en el adulto
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