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ción hepática, la bilirrubina no conjugada puede provocar una

NTA, ya que daña directamente el túbulo renal.

Disfunción cardiovascular

Los síndromes colestásicos inducen cambios hemodinámicos que

son parecidos, aunque menos acentuados, que los asociados a la

cirrosis y la hipertensión portal. El gasto cardíaco aumenta y la

resistencia vascular periférica disminuye. El flujo venoso portal

puede reducirse a medida que aumenta la resistencia venosa portal.

Sin embargo, los mecanismos por los que la colestasis altera los

parámetros cardiovasculares no se comprenden del todo y su

estudio se ve dificultado por varias razones. Primera, la bilis es un

líquido heterogéneo con composiciones variables y muchas formas

diferentes de bilirrubina y sales biliares. Segundo, los constituyen-

tes individuales de la bilis ejercen efectos cardiovasculares diferen-

tes. Tercero, las diferentes causas de síndromes colestásicos llevan

a trastornos fisiopatológicos dispares, lo que puede confundir las

acciones cardiovasculares directas e indirectas de los constituyen-

tes específicos de la bilis.

Los efectos cardíacos directos de las sales biliares (primarias,

conjugadas y secundarias) se han estudiado en preparaciones car-

díacas de rata aisladas para obviar los posibles efectos cardiovas-

culares indirectos de los constituyentes biliares. En músculo

ventricular aislado, las sales biliares, en concentraciones similares

a las de los pacientes con ictericia colestásica, ejercen efectos ino-

trópicos negativos. Reducen: 1) la tensión máxima, 2) la velocidad

de aumento de la tensión, 3) la duración de la contracción y 4) la

duración del potencial de acción.Las acciones electrofisiológicas del

taurocolato, medidas con técnica de

patch-clamp

de detección del

voltaje en miocitos ventriculares, son reducciones de la corriente

lenta de entrada y aumentos ligeros de la corriente de salida del

potasio. Tomados en conjunto, estos datos indican que las sales

biliares inducen efectos inotrópicos negativos, lo que podría alterar

las corrientes de la membran

a 305 .

Los experimentos en animales muestran que las concentra-

ciones sanguíneas altas de sales biliares (colemia) pueden bloquear

los efectos cardiovasculares de sustancias como la norepinefrina, la

angiotensina II y el isoproterenol. Es posible que la colemia ejerza

tales efectos al interrumpir complejos de receptores en las mem-

branas plasmática

s 305-307 .

Por otra parte, la colestasis aguda puede

reducir la contractilidad cardíaca sin afectar a los receptores adre-

nérgicos

b

, como se ha visto en estudios con animales en los que

se indujo una colestasis aguda ligando los conductos biliare

s 306 .

Después de 3 días de colestasis extrahepática, la contractilidad

miocárdica estaba deprimida globalmente, pero los receptores

adrenérgicos

b

estaban intactos.

Los estudios realizados en animales muestran que la coles-

tasis puede alterar las respuestas reflejas circulatorias homeostáti-

ca

s 307 .

Por ejemplo, la extracción del 10% del volumen sanguíneo

de las ratas sanas ejerce pocos efectos sobre la presión arterial,

mientras que la extracción del mismo volumen de sangre de las

ratas con colestasis provocó una reducción de la presión arterial de

un 50%. Los animales normales compensaron la pérdida de sangre

movilizando el 15% del volumen sanguíneo de los lechos vascula-

res pulmonar y esplácnico, pero los animales con colestasis movi-

lizaron sólo el 7% del volumen pulmonar de sangre y nada de la

sangre esplácnic

a 307 .

Estos datos muestran que la colestasis induce

una disfunción de los reservorios sanguíneos fisiológicos. No

está claro si estas observaciones tienen importancia para los

pacientes con colestasis. Una precaución final para los pacientes

con trastornos colestásicos: la descompresión del árbol biliar puede,

por sí sola, provocar un colapso cardiovascular significativ

o 308

.

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Fisiología y fisiopatología hepáticas

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Sección I

Fisiología y anestesia

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