20 isoenzimas diferente
s 207,214 .Aunque existe en muchos tejidos, los
hepatocitos metabolizan más del 95% del alcohol consumido.
Los polimorfismos génicos de la ADH explican gran parte de la
variabilidad de la relación que hay entre el consumo de etanol
(dosis) y la hepatopatía (respuesta
) 214-216 .Por ejemplo, el riesgo de
cirrosis alcohólica se relaciona directamente con polimorfismos en
el locus génico
ADH2
(es decir, frecuencia alta del alelo B
) 217 .La ADH citoplásmica es la principal enzima implicada en la
oxidación del etanol en acetaldehído. Las hepatopatías pueden
reducir la actividad de la ADH y hacer que una mayor proporción
de la oxidación del etanol se produzca en los peroxisomas a través de
la catalasa y en el retículo endoplásmico a través de la CYP2E1
inducida por el etano
l 218 .Las enfermedades hepáticas también
pueden deprimir la enzima mitocondrial aldehído-deshidrogenasa
(ALDH), que cataliza la conversión del acetaldehído en
acetat
o 215,218,219 .El déficit de ALDH lleva a un aumento de las con-
centraciones de acetaldehído en la sangre y en otros tejidos, lo que
amplifica la toxicidad intrahepática y extrahepática del alcoho
l 230 .El acetaldehído puede lesionar los tejidos por: 1) la formación de
aductos con proteínas intracelulare
s 221 ,2) la unión a la GSH, 3) el
agotamiento de los antioxidantes intracelulare
s 222 ,4) la alteración
de las membranas plasmáticas para aumentar la formación de
superóxid
o 223 ,5) la promoción de la producción de colágeno y la
fibroplasi
a 224y 6) el estímulo de la liberación de sustancias quimio-
tácticas que reclutan neutrófilos en el hígad
o 224,225.
Similitudes entre las lesiones hepáticas
por la hipoxia y el etanol
Las lesiones hepáticas causadas por la hipoxia y por el etanol son
similares en muchos aspectos. Las lesiones hipóxicas promueven la
liberación de citocinas proinflamatorias, el factor de necrosis
tumoral
a
(TNF-
a
) y las interleucinas 1 y 6. Estas sustancias
aumentan la expresión de moléculas de adhesión, reducen la velo-
cidad del leucocito, aumentan la marginación y la adherencia pla-
quetarias y reducen el flujo sanguíneo hepátic
o 226 .La isquemia
hepatoentérica libera citocinas y XO, y provoca la activación del
complemento. Esto intensifica la inflamación local y puede inducir
respuestas inflamatorias sistémicas, con la consiguiente lesión pul-
monar y cardíac
a 151,155,227,228.
De forma análoga, la lesión hepática relacionada con el
alcohol promueve la liberación de mediadores proinflamatorio
s 229 .La ingestión de alcohol puede aumentar de forma acentuada el
consumo de oxígeno, lo que podría predisponer a la lesión
hipóxic
a 207,230. Las primeras manifestaciones de la lesión inducida
por el etanol ocurren en la zona acinar 3 (la región centrolobular),
que tiene el mayor contenido de ADH y el menor aporte de
oxígen
o 90,218,231,232 .El consumo prolongado de etanol aumenta la
expresión de la NO· sintasa, aumenta la producción de NO·
y provoca una vasodilatación. Tales efectos del alcohol sobre la vía
del NO pueden constituir una respuesta adaptativa microcircula-
toria a la vasoconstricción inducida por el etano
l 233,234 .La idea de que el etanol impone un estrés oxidativo signifi-
cativo sobre los hepatocitos se apoya con fuerza en pruebas indi-
rectas (peroxidación lipídica)
235y directas (datos de resonancia con
espín electrónico
) 236 .El alcohol estimula la formación de oxidantes
y rompe las defensas antioxidantes. Aumenta el consumo de
antioxidantes mientras reduce su producció
n 213,235 .El consumo
de alcohol puede reducir la expresión génica de enzimas antioxi-
dantes debido a su hepatotoxicidad intrínseca o debido a trastornos
relacionados con el alcohol, como la malnutrició
n 237 .La principal
fuente de formación de antioxidantes tras el consumo de alcohol
es el metabolismo del alcohol en lugar del propio alcohol. El meta-
bolismo del alcohol a través de oxidasas microsomales y citosólicas
produce superóxido y otros compuestos reactivos. Tales sustancias
químicas activan a las células inflamatorias (incluidas las células de
Kupffer
) 238 ,lo que estimula la óxido nítrico-sintasa (iNOS) y la
formación de peroxinitrit
o 174en las células parenquimatosas hepá-
ticas, los macrófagos, las células endoteliales y los miocitos vascu-
lare
s 239 .El peroxinitrito (el producto de las reacciones del NO· y el
O
2
−
) es un anión inestable que oxida y nitrosila los lípidos y las
proteína
s 240-244 .Cuando se agotan los antioxidantes intracelulares
como la GSH y el
a
-tocoferol, el metabolismo del alcohol se hace
un inductor más potente de la lesión hepátic
a 235,245 .Cirrosis e hipertensión portal
La cirrosis hepática es una enfermedad crónica en la que el tejido
hepático normal es sustituido por tejido cicatricial fibroso o
nódulos regenerativos. Con el avance de la fibrosis hepática se
produce una pérdida progresiva de función hepática, y surge la
hipertensión portal. Las causas habituales de la cirrosis son el alco-
holismo, la hepatitis vírica y los trastornos metabólicos, aunque
existen otras muchas causa
s 246 .Aunque las causas de la cirrosis son
dispares, los patrones de lesión que producen son muy parecidos
y por ello indican subgrupos similares o solapados de mecanismos
moleculares. La cirrosis alcohólica y la relacionada con la esteato-
hepatitis no alcohólica presentan patrones análogos de fibrosis a
pesar de las categorías causales dispares.
Los cambios precirróticos característicos son la hipertrofia
celular, la metamorfosis grasa, la disfunción mitocondrial y lisosó-
mica, la interrupción de los procesos de transporte y almacena-
miento y el aumento de la fibroplasia. Cuando los hepatocitos de
todo el hígado están rodeados de fibrosis, existe la cirrosi
s 247 .La cirrosis puede surgir y progresar de una forma insidiosa
y asintomática. De hecho, este es un requisito para poder hablar de
cirrosis criptógena y es característica de la cirrosis inducida por la
hepatitis C, que permanece a menudo asintomática mientras se
destruye el 70% del hígado. Lo que posibilita esta situación es una
reserva fisiológica sustancial del hígado, que compensa bien la
pérdida progresiva de hepatocitos viables. La aparición de la hiper-
tensión portal señala el agotamiento de la reserva. Entre los signos
y síntomas tenemos la anorexia, las náuseas, los vómitos, las moles-
tias abdominales, la debilidad, la ictericia, los nevus en araña, la
ascitis, la esplenomegalia, un hígado duro, las varices esofágicas, el
síndrome hepatorrenal y la encefalopatía portosistémica. La fisio-
patología de este trastorno puede llevar a complicaciones devasta-
doras, como la hemorragia grave, la infección, la insuficiencia renal,
el coma y la muert
e 248 .Disfunción pulmonar
La hepatopatía avanzada causa a menudo una disfunción pulmonar.
Puede surgir la hipoxemia por varias razone
s 249,250 .En primer lugar,
son frecuentes las comunicaciones arteriovenosas intrapulmonares.
Segundo, se produce una vasoconstricción pulmonar hipóxica
secundaria a incrementos relacionados con la enfermedad de vaso-
dilatadores endógenos como el NO·, el glucagón, la adenosina y la
prostaciclina. En tercer lugar, las concentraciones eritrocitarias
de 2,3-difosfoglicerato aumentan a menudo y desplazan la curva de
disociación de la oxihemoglobina hacia la derecha. Cuarto, se
produce un desemparejado de la ventilación y la perfusión debido
a atelectasias y una fisiopatología pulmonar restrictiva, secundaria a
la ascitis y los derrames pleurales. De hecho, hay un hidrotórax
hepático (derrames pleurales sin enfermedad cardiopulmonar
coexistente) en hasta el 10% de los pacientes con cirrosi
s 251.
Disfunción renal
En los pacientes con cirrosis e hipertensión portal se produce una
disfunción renal. La filtración glomerular (FG) disminuye de forma
constante, y los túbulos renales retienen con avidez sodio sin una
lesión glomerular ni tubular manifiesta. El análisis de orina suele
ser normal, excepto por una concentración urinaria de sodio baja.
Fisiología y fisiopatología hepáticas
197
7
Sección I
Fisiología y anestesia
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito