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reacciones no enzimáticas de eliminación de toxinas que dan lugar

al glutatión oxidado (GSSG) y mezclas de disulfuros de glutatión

y proteínas.

La GSH es la principal forma de glutatión en condiciones

normales; es el principal determinante de la capacidad de oxido-

rreducción de los hepatocitos. El estrés oxidativo reduce las con-

centraciones de GSH al convertir la GSH en GSSG. La enzima

glutatión-reductasa ayuda a regenerar el GSH y restaura el estado

de oxidorreducción normal. El NADPH es el cofactor de la gluta-

tión-reductasa y su síntesis requiere ATP. También son necesarios

fosfatos ricos en energía para el transporte activo de la GSH a la

mitocondria. La interrupción de este proceso de transporte daña

la mitocondri

a 150 .

Por tanto, las condiciones que reducen el ATP

aumentan la proclividad de los hepatocitos a la lesión oxidativ

a 156 .

Las condiciones adversas, como la malnutrición, la hepatitis y la

lesión hepática inducida por sustancias químicas, pueden agotar

con rapidez el GSH hepático. En esta situación puede ser impor-

tante el tratamiento con sustancias ricas en tiol, como la cisteamina

(mercaptoetilamina) o la

N

-acetilcisteína. Los efectos beneficiosos

de las sustancias ricas en tiol se relacionan con su capacidad de

aumentar la síntesis de glutatión, de reponer la reserva de GSH

reducido y de restaurar la capacidad del hígado de combatir el

estrés oxidativ

o 156

.

Lesión por isquemia/reperfusión

La lesión inducida por la isquemia y la reperfusión (I/R) se debe a

la hipoxia durante el episodio de isquemia y los acontecimientos

citotóxicos que se producen durante la reperfusió

n 153,161-163 .

La

reperfusión induce la producción de sustancias químicas muy

reactivas que pueden causar necrosis o apoptosis, como el supe-

róxido, el peróxido de hidrógeno y los radicales hidroxilo. Tras

intervalos relativamente cortos de isquemia, la mayor parte de la

lesión se debe a la reperfusión. A medida que se alarga el período

de isquemia, la hipoxia aumenta la proporción de lesión por I/R.

Importancia de la xantina-deshidrogenasa/xantina-oxidasa

El hígado y los intestinos contienen grandes cantidades de xantina-

deshidrogenasa/xantina-oxidasa (XDH/XO

) 164 .

La XDH cataliza el

paso limitante de la degradación de los ácidos nucleicos usando el

dinucleótido nicotinamida adenina (NAD) en lugar del O

2

como

aceptor de electrones. Por tanto, no se producen radicales de

oxígeno en el tejido sano. Sin embargo, los trastornos isquémicos

transforman la XDH en la XO. Como en las reacciones de la XO

participa el O

2

, se producen radicales de oxígeno. Durante la reper-

fusión, los oxidantes derivados de la XO estimulan la producción y

liberación de leucotrieno B

4

y factor activador de plaquetas, lo que

favorece la adherencia y migración de los neutrófilos. Cuando se

activan, los neutrófilos pueden alterar la circulación microvascular

al liberar proteasas y romper físicamente la barrera endotelial. La

lesión hepática, independientemente de su causa, pone en peligro

el tejido extrahepático porque los hepatocitos dañados expulsan

XO y otros mediadores inflamatorio

s 151,155,165-170

. La XO entra en el

torrente sanguíneo y se une a las células endoteliales vasculares en

muchos órgano

s 164,171-173 .

Las células endoteliales producen supe-

róxido, que reacciona con el óxido nítrico (NO·) para formar

peroxinitrito (OONO

) 152,174

. El peroxinitrito es una molécula muy

reactiva que puede lesionar más los tejidos locales y alejados.

Las sustancias terapéuticas que pueden proteger frente a la

lesión por I/R son: 1) los antioxidantes, 2) los captadores de radi-

cales de oxígeno, como la superóxido dismutasa y el dimetil sul-

fóxido, 3) los inhibidores de la adherencia y migración del

leucocit

o 175-177

y 4) los inhibidores de la XO. Por ejemplo, los estu-

dios de laboratorio han mostrado que el tratamiento con alopuri-

nol (inhibe la XO) antes de la inducción de la I/R evita los aumentos

habituales relacionados con la I/R de la permeabilidad vascular y

la necrosis de la célula epitelia

l 175,178 .

Lesión hepática durante el trasplante hepático

L

esión

por

conservación

.

 La solución de la University of

Wisconsin protege al hígado donante durante alrededor de 1 día.

Pero el uso de esta solución durante más de 24 horas puede con-

ducir a trastornos microcirculatorios (p. ej., adhesiones de leuco-

citos y plaquetas) después del trasplante hepático. Los efectos

adversos se deben a: 1) pérdida de antioxidantes hepatocelulares

con el tiempo y 2) cambios bioquímicos que llevan a la perfusión

de oxidantes reactivos durante la reperfusión del hígado trasplan-

tad

o 178 .

Las soluciones de conservación hipotérmica también

inducen cambios apoptósicos en las células endoteliales, lo que

puede determinar su destrucción tras el implante del injerto.

La patogenia de la lesión por I/R es complej

a 179-182 .

Entre sus

características están: 1) la activación de las células de Kupffe

r 183,184

;

2) la formación de X

O 170,185 ;

3) la producción de oxidantes (supe-

róxido, óxido nítrico, peroxinitrito y radicales hidroxilo); 4) la libe-

ración a la sangre de citocinas proinflamatoria

s 186 ,

y 5) la destrucción

de células endoteliale

s 187-190 .

El lavado de los injertos (tras su alma-

cenamiento en solución conservadora) con diversas soluciones de

lavado puede reducir la activación de las células de Kupffer, reducir

la lesión de las células endoteliales y mejorar la supervivencia del

injert

o 191 .

El contenido de la solución de aclarado de Carolina com-

prende antioxidantes, adenosina, antagonistas del calcio, sustratos

energéticos y glicina con un pH de 6,5. Otra forma de mejorar la

supervivencia del injerto podría ser reducir la activación de las

células de Kupffer con sustancias como la pentoxifilina, el gadolinio

o antagonistas del calcio.

Lesión bacteriana, vírica e inmunitaria

Las endotoxinas son complejos de lipopolisacáridos de la mem-

brana externa de las bacterias gramnegativas. Todas las endotoxi-

nas tienen un componente lipídico común (lípidoA), un antígeno R

nuclear y dos regiones de polisacáridos variables (un antígeno O

específico de la cepa bacteriana). El lípido A se une a lipoproteínas

de densidad alta en la sangre y otros tejidos, y media las acciones

biológicas frecuentes de las endotoxinas. Las endotoxinas se unen

más extensamente a las células de Kupffer que al parénquima hepá-

tico. Pueden inducir la lesión hepatocelular o colestásica directa o,

indirectamente, a través del estímulo de las células de Kupffer y la

liberación de mediadores proinflamatorios (p. ej., citocinas,

eicosanoides

) 192 .

Como las endotoxinas, los virus pueden provocar de forma

similar una lesión hepatocelular a través de mecanismos directos e

indirectos. Los virus hepatotrópicos y algunos virus herpes pueden

estimular la producción de citocinas que inducen efectos citotóxi-

cos dependientes de los linfocitos o los macrófagos. Los antígenos

situados en las membranas hepatocelulares pueden ser las dianas

principales de la lesión celular. Los anticuerpos frente a tales antí-

genos aumentan selectivamente en los pacientes con hepatitis auto-

inmunitaria y cirrosis biliar primaria. Otros posibles focos

antigénicos de la citotoxicidad celular son las lipoproteínas especí-

ficas del hígado y las lectinas hepáticas, que pueden ser objetivos

importantes en la hepatitis B y en otras hepatopatías.

Lesión hepática inducida por fármacos

Las reacciones adversas a los fármacos se encuadran en dos cate-

gorías generales: toxicidad relacionada con la dosis y lesión

Fisiología y fisiopatología hepáticas

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Sección I

Fisiología y anestesia

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