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Técnicas de dilución del indicador

Al contrario que los métodos de depuración, las medidas del flujo

sanguíneo hepático mediante los métodos de dilución del indica-

dor no se ven afectadas por la enfermedad hepática. Tras inyectar

un marcador radiomarcado (p. ej., albúmina yodada) en el bazo, se

determina el flujo hepático a partir de las curvas de dilución del

indicador. Estas curvas se obtienen tomando muestras continua-

mente de una de las venas hepáticas o mediante un recuento

externo con una cámara

g

. Para que esta técnica sea válida, el

indicador debe ser resistente a la eliminación hepática y estar mez-

clado de forma uniforme en la inyecció

n 145 .

Medidas directas

Las sondas de flujo electromagnético ofrecen medidas directas del

flujo sanguíneo a través de la arteria hepática o la vena port

a 146

. Pero

los procedimientos para implantar la sonda pueden alterar el flujo

sanguíneo hepático. Por ello, las sondas suelen dejarse colocadas

tras la implantación, y el flujo se mide después con telemetría.

Métodos radiográficos y endoscópicos

Las técnicas radiográficas y endoscópicas ofrecen a menudo alter-

nativas terapéuticas a la cirugía. La colangiopancreatografía retró-

grada endoscópica (CPRE) y la colangiografía transhepática

percutánea (CTHPE) se usan para evaluar los trastornos hepato-

biliares. La CPRE proporciona un acceso intraductal al árbol biliar

y al conducto pancreático. Su principal uso es el diagnóstico y

tratamiento de trastornos biliares extrahepáticos como la litiasis

biliar, los tumores, la estenosis inflamatoria o las fugas de anasto-

mosis quirúrgicas. Una papilotomía por vía endoscópica satisfac-

toria puede eliminar la necesidad de extraer mediante cirugía

cálculos del colédoc

o 147 .

La CPRE es menos cruenta que la cirugía,

pero puede provocar complicaciones importantes, sobre todo la

pancreatitis. La exploración con radioisótopos y ecografía detectan

lesiones ocupantes de espacio del árbol hepatobilia

r 147,148 .

La

CTHPE es un medio de evaluar los conductos biliares intrahepá-

ticos de los pacientes con una colestasis intrahepática o ictericia

inexplicadas. Los conductos biliares intrahepáticos dilatados en la

CTHPE indican un bloqueo mecánico de los conductos intrahepá-

ticos. Cuando no existe tal bloqueo, la causa más probable de coles-

tasis intrahepática es una enfermedad del parénquima hepático.

La esofagogastroscopia es una técnica importante para

evaluar y tratar las varices submucosas en los pacientes con cirrosis

e hipertensión portal. La esplenoportografía proporciona informa-

ción sobre el estado de las venas esplénicas y portales. La venografía

portal, a través de una tomografía computarizada tridimensional

con múltiples filas detectoras, puede crear mapas vasculares que

son superiores a los obtenidos con la angiografía clásic

a 149 .

Estos

mapas vasculares muestran la extensión y localización de las comu-

nicaciones colaterales portosistémicas, entre las que pueden estar

alteraciones en venas paraumbilicales y de la pared abdominal,

varices esofágicas y derivaciones esplenorrenales y gastrorrenales.

Fisiopatología hepática

Mecanismos de muerte celular

Necrosis

La muerte hepatocelular es a menudo el resultado de la hipoxia o

la anoxia. La hipoxia reduce el ATP intracelular. Esto estimula la

glucogenólisis y la glucólisis anaerobia, lo que aumenta el ácido

láctico y reduce el pH intracelular. Los descensos muy rápidos del

ATP inician una serie de acontecimientos subcelulares que culmi-

nan en la necrosis hepatocelular. Tales acontecimientos son el fallo

brusco de las bombas iónicas dependientes de la energía que man-

tienen el equilibrio intracelular hídrico y la homeostasis electrolí-

tica. La membrana plasmática pierde su función y los hepatocitos

se hinchan rápidamente y se rompen liberando su contenido. Estos

restos celulares, que contienen enzimas hepáticas y productos quí-

micos reactivos, como peróxidos lipídicos, aldehídos y eicosanoi-

des, incitan una respuesta inflamatoria. La liberación de citocinas

y sustancias quimiotácticas recluta neutrófilos circulantes en el

hígado y potencia la inflamación hepática.

Apoptosis

Al contrario que la necrosis, la apoptosis requiere energía. La

mayoría de los factores causales de enfermedad hepática (tóxicas,

víricas, inmunitarias) puede activar vías de transmisión de señales

intracelulares proapoptósicas o receptores de superficie celular

proapoptósicos como el Fas, el receptor del factor de necrosis

tumoral (TNFR) y otros miembros de la superfamilia del TNFR.

La apoptosis tiene las siguientes características ultraestruc-

turales: 1) una célula y un núcleo contraídos; 2) una cromatina

nuclear marginada y condensada; 3) burbujas en la membrana

plasmática; y 4) cuerpos apoptósicos, que constan de fragmentos

celulares rodeados de membrana y organelas intactas. Las células

epiteliales y mesenquimales engloban estos cuerpos apoptósicos,

y sus lisosomas digieren y reciclan el contenido de los mismos,

como mitocondrias intactas y ácidos nucleicos. La apoptosis y la

necrosis pueden ser acontecimientos relacionados en los extremos

opuestos de un espectro de procesos de muerte celular morfológi-

cos y mecanicistas que se solapa

n 85,150

.

El estrés oxidativo y el sistema

del glutatión

Los hepatocitos producen continuamente especies reactivas del

oxígeno. Durante el metabolismo aeróbico, las mitocondrias traba-

jan sin descanso transfiriendo electrones desde sustratos reducidos

al oxígeno molecular (O

2

); los átomos de oxígeno reducidos se

incorporan al agua. Sin embargo, pequeñas cantidades de O

2

sufren

reducciones univalentes o divalentes que dan lugar a superóxido y

peróxido de hidrógen

o 151 .

Las células no parenquimatosas del

hígado (células de Kuppfer, células endoteliales, leucocitos polimor-

fonucleares y macrófagos) también generan grandes cantidades de

especies del oxígeno reducidas y radicales nitrogenado

s 86,152-154 .

En la salud, los hepatocitos tienen muchas formas de con-

servar las concentraciones de oxidantes dentro de un margen

seguro (

<

1

m

M

) 99,155

. Sus defensas frente a la lesión oxidativa son:

1) micronutrientes, como las vitaminas E y C; 2) proteínas secues-

tradoras de metales, como la ferritina; 3) enzimas para destoxificar

especies reactivas del oxígeno, como la catalasa y la superóxido

dismutasa; 4) enzimas que destoxifican los peróxidos lipídicos,

como la glutatión-peroxidasa, y 5) péptidos ricos en tiol, como

glutatión (

g

-glutamil-cisteína-glicina). Entre las defensas antioxi-

dantes intracelulares, la más importante es el glutatió

n 150,156-160 .

El hígado es el principal lugar de síntesis del glutatión. Según

esto, los hepatocitos tienen concentraciones altas de glutatión, de

5 a 10mmol/

l 90 .

El glutatión sirve de cofactor de muchas enzimas

importantes implicadas en la eliminación de oxidantes, sobre todo

de la glutatión-peroxidasa y los intercambiadores de tiol/disulfuro.

La glutatión-peroxidasa desempeña un papel clave como destoxi-

ficador de peróxidos orgánicos y radicales libres. Otra enzima, la

GST, ayuda a eliminar los electrófilos tóxicos uniéndoles al tiol libre

del glutatión reducido (GSH). El GSH también participa en las

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Fisiología y anestesia

I