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Fisiología renal

Robert N. Sladen

Puntos clave

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1.

Para atravesar la barrera de filtración entre el plasma y el

líquido tubular, una molécula debe pasar sucesivamente a

través del las fenestraciones del endotelio, la membrana

basal glomerular y la hendidura de filtración. El endotelio

capilar limita el paso de células, mientras la membrana

basal glomerular filtra las proteínas plasmáticas. Las tres

capas contienen glucoproteínas de carga negativa, que

retrasan el paso de otras proteínas de igual carga. Por

tanto, la barrera de filtración es selectiva tanto para el

tamaño como para la carg

a 1

.

2.

Un determinante básico del filtrado glomerular (FG) es la

presión de filtración glomerular, que depende no sólo de

la presión de perfusión de la arteria renal, sino también

del equilibrio entre el tono arteriolar aferente y eferente.

En el caso de una disminución de la presión o del flujo

sanguíneo en la arteriola aferente, los bajos niveles de

catecolaminas, angiotensina y arginina vasopresina (AVP)

inducen sobre todo una constricción arteriolar eferente,

que mantiene la presión de filtración glomerular. Esto se

refleja en un aumento de la fracción de filtración (FF)

calculada, que es el FG expresado como una fracción del

flujo plasmático renal (FPR): FF = FG/FPR. La elevación

de los niveles de catecolaminas y angiotensina (pero no

de AVP) aumenta el tono arteriolar aferente y disminuye

la presión de filtración glomerular (y el FG) de forma

desproporcionada con el FPR, por lo que la FF disminuye

(v.

fig. 8-4 )

.

3.

La retroalimentación tubuloglomerular puede ser un

mecanismo primario de la autorregulación rena

l 3

. Cuando

el FG aumenta, llega más NaCl al túbulo distal. La mácula

densa detecta el aumento del cloruro y desencadena la

liberación de renina a partir de la arteriola aferente

adyacente. Se elabora angiotensina y se produce

constricción arteriolar, que disminuye el FG. Durante la

isquemia del asa gruesa ascendente cesa la reabsorción

de NaCl, se pierde la capacidad del túbulo para

concentrar la orina y, en teoría, se produce una poliuria

refractaria. Thurau y Boyla

n 5

sugirieron que un mayor

aporte de NaCl a la mácula densa desencadena una

constricción arteriolar mediada por angiotensina, que

disminuye el FG, causa oliguria, conserva el volumen

intravascular y protege al organismo de la deshidratación:

la llamada suficiencia renal aguda.

4.

La autorregulación permite al riñón mantener un ajuste de

los solutos y el agua con independencia de las amplias

fluctuaciones de la presión arterial. Resulta notable que la

diuresis no está sujeta a autorregulación. La resorción

tubular de agua determina la tasa de flujo urinario y está

estrechamente relacionada con la presión hidrostática en

los capilares peritubulares. La hipotensión, ya sea

inducida o involuntaria, produce una disminución de la

diuresis que sólo puede corregirse cuando se normaliza la

presión arterial.

5.

El túbulo tiene una gran capacidad de reabsorción de

agua y NaCl. Cada día se filtran 180 l de un ultrafiltrado

glomerular libre de proteínas, del cual se reabsorberá casi

el 99% del agua y del sodio. Muchas otras sustancias

filtradas se reabsorben por completo, pero algunas, como

la glucosa, presentan una tasa máxima de reabsorción

tubular (máximo tubular). La reabsorción tubular de

glucosa aumenta a un ritmo igual al de la carga filtrada.

6.

La capacidad del riñón para concentrar orina depende de

la interacción de al menos tres procesos: 1) la producción

de un intersticio medular hipertónico por el mecanismo de

contracorriente y reciclaje de la urea, 2) la concentración

y posterior dilución del líquido tubular en el asa de

Henle y 3) la acción de la hormona antidiurética (ahora

conocida como AVP) que aumenta la permeabilidad al

agua en la última parte del túbulo distal y en los tubos

colectores.

7.

La creatinina sérica refleja el balance entre la producción

de creatinina por el músculo y la excreción de creatinina

por el riñón, que depende del FG. La tasa de generación

de creatinina varía dependiendo de la masa muscular,

actividad física, ingesta proteica y catabolismo. Sin

embargo, cuando estos procesos están en equilibrio y la

función renal es estable, la creatinina sérica es un útil

marcador del FG. La relación entre creatinina sérica y FG

es inversa y exponencial. Cuando la creatinina sérica se

duplica indica una disminución a la mitad del FG. Un

aumento de la creatinina sérica de 0,8 a 1,6mg/dl puede

no llamar demasiado la atención, pero indica una

disminución del 50% del FG. Un aumento mucho mayor de

4 a 8mg/dl también representa una descenso del 50% del

FG, pero esta vez la insuficiencia renal está bien

establecida (v.

fig. 8-11 )

. Tras una lesión transitoria (p. ej.,

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