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en la arteria pulmonar está elevada, generalmente acompañada por

descensos en el índice cardíaco. El diagnóstico intraoperatorio se

basa en hallazgos clínicos después de descartar otras causas de

hipoxia. Las partículas de grasa en la orina no son diagnósticas,

pero la existencia de infiltrados pulmonares en la radiografía de

tórax confirma la presencia de afectación pulmonar y la necesidad

de un control de la ventilación adecuado con oxígeno, niveles altos

de PEEP y, posiblemente, el mantenimiento de la ventilación mecá-

nica a largo plaz

o 181,182

. El tratamiento se basa en el diagnóstico

precoz, administración de oxígeno y fluidoterapia de forma con-

trolada. A veces está indicado realizar una modificación en el pro-

cedimiento ortopédico, como sustituir el enclavado intramedular

del fémur por un fijador externo.

El síndrome compartimental agudo en las extremidades se

define como una «situación en la que el aumento de presión en un

espacio limitado compromete la circulación y la función de los tejidos

en ese espacio

» 183

. En cirugía traumatológica, la causa más frecuente

del síndrome compartimental es el edema secundario a lesión mus-

cular y la formación de hematoma. Aunque se asocia conmás frecuen-

cia a lesiones traumatológicas, también puede producirse como

consecuencia de otras muchas causas asociadas al traumatismo, como

lesión por reperfusión, quemaduras, sobredosis farmacológica y una

compresión prolongada sobre la extremidad

( cuadro 62-10 )

. Las frac-

turas que se asocian más frecuentemente a un síndrome comparti-

mental son las de tibia (40%) y las de antebrazo (18%

) 184,185

. Un 23%

se debe a lesiones de partes blandas sin fractura asociad

a 185

.

Los síntomas clásicos del síndrome compartimental han sido

descritos como ausencia de

p

ulso,

p

alidez,

p

arálisis,

p

arestesias y

dolor

(pain)

(las «cinco P» en inglés). Estos hallazgos se asocian

con un síndrome isquémico establecido, y la fasciotomía en este

estadio ya no tiene buenos resultados. La aparición precoz de dolor

intenso puede ser la primera manifestación clínica y puede confun-

dirse fácilmente con el dolor debido a la propia lesión y a la cirugía.

Además, el dolor con el movimiento pasivo o la parestesia puede

ser la queja inicial, que puede enmascararse cuando hay un nivel

de consciencia alterado por los cuadros asociados del paciente.

La fasciotomía está generalmente indicada cuando la presión

compartimental se acerca a 20-30 mmHg por debajo de la presión

diastólica en cualquier paciente en el que empeore su situación

clínica, con un documentado aumento de la presión tisular, con

lesiones de partes blandas o con una historia de 4 a 6 horas de

isquemia de una extremidad. La fasciotomía profiláctica puede

estar indicada en pacientes con un tiempo de isquemia caliente

mayor de 4 a 6 horas, ligadura venosa en la región poplítea o en la

parte distal del muslo y lesiones por aplastamiento.

El síndrome por aplastamiento es la manifestación de una

lesión producida por ese mecanismo y se produce como consecuen-

cia de una presión continua y prolongada ejercida sobre una o más

extremidade

s 186

; con frecuencia se trata de pacientes que han estado

atrapados en una única posición durante mucho tiempo. La lesión

muscular secundaria a isquemia produce mioglobinuria, que puede

dar lugar a una insuficiencia renal aguda y a alteraciones electrolí-

ticas posteriores. El tratamiento en el momento crítico consiste en

la administración de cristaloides; en casos de rabdomiólisis grave

puede producirse un déficit global de líquido corporal de 15 litro

s 187

.

Crear una diuresis osmótica con manitol y la alcalinización de la

orina con bicarbonato sódico para prevenir la precipitación de la

mioglobina en los túbulos renales es un tratamiento controver-

tid

o 188,189

. En el Shock Trauma Center, el tratamiento que se realiza

en la insuficiencia renal secundaria a rabdomiólisis consiste en un

tratamiento continuo sustitutivo y hemofiltració

n 190

. La mayoría de

estos pacientes recuperan totalmente su función rena

l 191

.

Traumatismos de partes blandas

La valoración de las lesiones de partes blandas es muy importante

para el control del paciente traumatológico. El revestimiento mus-

cular es necesario para la viabilidad de cualquier intervención orto-

pédica, pero puede peligrar si se produce arrancamiento en el

momento de la lesión, isquemia por aumento de la presión com-

partimental o crecimiento bacteriano en las heridas abiertas. El

tratamiento quirúrgico urgente de las partes blandas lesionadas

está claro: cualquier tejido muerto o desvitalizado debe desbridarse

y la herida debe ser minuciosamente lavada para disminuir la carga

de bacterias contaminantes. Cuando la afectación del músculo o de

la fascia es importante, es necesario realizar el desbridamiento

seriado a intervalos de 1 a 3 días para disponer de unos márgenes

de tejido totalmente viable. Los vendajes con presión negativa en

grandes heridas se están usando cada vez más, ya que mantener

una presión negativa continua sobre la superficie de la herida

elimina los contaminantes y estimula el flujo de sangr

e 192 .

Cuando

en todos los márgenes de la herida se ha conseguido un tejido

viable, se puede pensar en preparar el cierre definitivo. Éste puede

ser tan simple como un pequeño injerto de piel de poco espesor o

tan complejo como un traspaso con injerto libre de músculo y

fascia desde una zona del cuerpo que no esté lesionada, con las

correspondientes anastomosis arteriales y venosas.

Los vendajes más superficiales pueden ser cambiados a la

cabecera del paciente con una ligera sedación; sin embargo, los

pacientes con vendajes de heridas profundas pueden necesitar

anestesia general. La necesidad de intervenciones frecuentes debe

ser considerada a la hora de elegir la técnica anestésica. Cuando

sea apropiado, el uso de un catéter epidural continuo tanto para

analgesia como para realizar anestesia durante la intervención

realmente facilita el cuidado de estos pacientes. La anestesia en

injertos de tejido libre requiere una atención especial, ya que estas

operaciones pueden prolongarse. Es importante vigilar la perfu-

sión de los vasos del injerto, manteniendo al paciente caliente,

2068

Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

Cuadro 62-10

 Factores de riesgo para el desarrollo

de un síndrome compartimental

Ortopédicos

Fracturas y reparación quirúrgica

Vasculares

Lesión por reperfusión

Hemorragia y formación de hematoma

Isquemia por lesiones arteriales y venosas

Partes blandas

Lesión por aplastamiento

Quemaduras

Compresión prolongada bajo inmovilización

Iatrogénicos

Yesos y vendajes circulares

Uso de dispositivos neumáticos antishock

Administración intraósea de líquidos en niños

Lavado pulsátil con extravasación

Extravasación de las zonas de punción arteriales o venosas

Otros

Picadura de serpiente

Esfuerzo excesivo