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Traumatismos en ancianos

Lesiones muy similares tienen mucha peor evolución en el anciano

que en pacientes más jóvenes (

v. cap. 61 ) 212

. La menor reserva car-

diopulmonar es la causa de que en los pacientes ancianos haya una

mayor incidencia de necesidad de ventilación mecánica en el post­

operatorio y un mayor riesgo de insuficiencia multiorgánica después

del shock hemorrágico. Se debe tener en cuenta la posición del

paciente durante la cirugía para evitar lesiones por compresión. Para

mantener un adecuado aporte de oxígeno a los tejidos se recomienda

un control más estricto en la administración de los líquidos y un

hematocrito más elevado. Un riesgo significativo es la disfunción

miocárdica postraumática, sobre todo si la frecuencia cardíaca está

elevada como consecuencia de la hemorragia, el dolor o la ansiedad.

Cuando se requieren intervenciones quirúrgicas complejas o las pér-

didas de sangre son importantes, puede estar indicado el uso de ETE

o de un catéter en la arteria pulmonar para el control del aporte de

líquidos y del tratamiento inotrópic

o 94 .

Aunque se ha recomendado

el tratamiento con ß-antagonistas de forma profiláctica en pacientes

ancianos que van a someterse a cirugía mayor programad

a 213

, su

función en el control de estos pacientes cuando presentan un trau-

matismo no se conoce. El paciente anciano puede tener disminuidas

sus necesidades analgésicas en el postoperatorio y responder a los

fármacos sedantes de forma inapropiada con agitación. La profilaxis

contra la trombosis venosa profunda, así como la fisioterapia pulmo-

nar intensa, es particularmente importante en pacientes que no van

a poder ser movilizados en el postoperatorio inmediato.

Testigos de Jehová

El paciente traumatológico que rechaza la utilización de hemoderi-

vados requiere un control especial. La identificación y el control

precoz de la hemorragia son obviamente muy importantes; la hipo-

tensión controlada para limitar la hemorragia puede ser apropiada.

Debe disminuirse el uso de flebotomías preoperatorias e intraopera-

torias, pudiendo para ello utilizar dispositivos pediátricos. La utiliza-

ción de la recuperación de sangre, intraoperatoria o postoperatoria a

través del drenaje, debe ser discutida con el paciente; algunos testigos

de Jehová permiten el uso del recuperador de sangre siempre que

exista una continuidad entre el sistema y su árbol vascular durante

todo el proces

o 214

. Se puede valorar la utilización de albúmina y otros

derivados de las proteínas plasmáticas. La monitorización hemodi-

námica está indicada desde el principio para controlar el efecto del

tratamiento con coloides, vasopresores e inotropos en el manteni-

miento de un nivel adecuado de aporte de oxígeno a los tejidos. En

algunas publicaciones se ha demostrado la utilidad del rFVIIa y de

los transportadores artificiales de oxígeno en los testigos de Jehová

para el control de la hemorragia y el mantenimiento del aporte de

oxígeno; no obstante, estos fármacos no están todavía autorizados con

estas indicaciones, por lo que puede ser difícil su administració

n 215 .

La utilización de eritropoyetina en el postoperatorio para estimular

el crecimiento de hematíes puede acortar el período de anemi

a 216 .

Cuidados postoperatorios

Urgencias y extubación

Después de la cirugía, en un paciente que ha sufrido un traumatismo

continúa un período de seguimiento en el que el anestesiólogo suele

estar implicado, bien en la unidad de cuidados postanestésicos

(UCPA) o bien en la UCI

(v. cap. 75)

. Es preciso confirmar que se ha

realizado una adecuada reanimación después del traumatismo y

continuar con las pruebas diagnósticas que completen la inspección

secundaria. Es deseable que el efecto de los fármacos anestésicos

haya desaparecido, particularmente en los pacientes que tenían un

nivel de consciencia alterado o cualquier otra evidencia de TCE antes

de la cirugía, ya que la existencia de modificaciones con respecto al

preoperatorio indica un nuevo escáner y el diagnóstico de posibles

alteraciones tóxicas o metabólica

s 15 .

Aunque es urgente la evaluación de la función neurológica en el

postoperatorio, la extubación precoz de un paciente traumatológico no

siempre está indicada. En muchos pacientes se necesita continuar con

un soporte ventilatorio debido a que existe un traumatismo sobre el

SNC, un traumatismo torácico o pulmonar, una transfusiónmasiva, un

edema de las vías respiratorias superiores o un estado de embriaguez.

En el

cuadro 62-11

se enumeran los criterios de extubación tras una

intervención de urgencia en el paciente traumatológico. Si existe alguna

duda sobre el cumplimiento de dichos criterios, es mejor trasladar al

paciente intubado a la UCPA o a la UCI. Mientras que el paciente se

estabiliza, se administra la analgesia y sedación que sea necesaria. En

aproximadamente 12-24 horas será posible confirmar el éxito de la

reanimaciónydeltratamientoquirúrgico,laestabilidadhemodinámica,

el control analgésico y la resolución de cualquier estado de embriaguez,

por lo que la mayoría de los pacientes podrán, entonces, ser extubados

con facilidad y seguridad. Aquellos que permanezcan intubados tienen

mayor riesgo de desarrollar un SDRA y una insuficiencia multiorgá-

nica, y necesitarán varios días más de cuidados intensivos.

Control del dolor agudo

El tratamiento del dolor de los pacientes traumatológicos representa

un reto para el médico por la localización múltiple de las lesiones, la

duración de los cuidados, la difícil situación emocional y, con fre-

cuencia, el abuso previo de otras sustancias (

v. cap. 77).

Como ocurre

con el control del dolor en otras circunstancias, estos pacientes

2072

Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

Cuadro 62-11

 Criterios de extubación del paciente

traumatológico en quirófano o en la unidad de cuidados

postanestésicos

Nivel de consciencia

Resolución del estado de embriaguez

Capacidad para obedecer órdenes

Colaborador

Dolor controlado

Anatomía de la vía respiratoria y reflejos

Capacidad para toser y morder

Capacidad para proteger la vía respiratoria de una aspiración

Sin edema de la vía respiratoria o inestabilidad

Mecánica respiratoria

Volumen corriente y frecuencia respiratoria adecuados

Fuerza normal

Necesidad de una F

io

2

>

0,50

Estabilidad sistémica

Reanimación adecuada

Pocas posibilidades de necesitar una nueva intervención

quirúrgica

Normotermia, sin signos de sepsis