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Dolor postoperatorio agudo

Robert W. Hurley y Christopher L. Wu

Puntos clave

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1.

El proceso de nocicepción no tiene características de

conexiones rígidas, sino que es un proceso dinámico y

plástico (neuroplasticidad) con múltiples puntos de

activación y modulación. Una aferencia nociva persistente

puede resultar en una sensibilización neuronal

relativamente rápida y, posiblemente, en dolor crónico.

2.

El dolor postoperatorio, sobre todo cuando está mal

controlado, produce efectos agudos perjudiciales

(respuestas fisiológicas adversas) y efectos crónicos

(recuperación a largo plazo retrasada y dolor crónico).

3.

Al prevenir la sensibilización central, la analgesia preventiva

puede disminuir el dolor agudo y crónico. Aunque estudios

experimentales apoyan de forma mayoritaria el concepto

de analgesia preventiva, los ensayos clínicos son equívocos

debido a aspectos metodológicos.

4.

Al permitir una dosificación individual de los agentes

analgésicos, el uso de la PCA (intravenosa o epidural)

puede proporcionar varias ventajas sobre la analgesia

tradicionalmente proporcionada por el personal (p. ej.,

inyecciones intramusculares) en el tratamiento del dolor

postoperatorio.

5.

La incidencia de depresión respiratoria por opioides no

parece ser significativamente diferente entre las distintas

rutas de administración (intravenosa frente a

intramuscular frente a subcutánea frente a neuroaxial). La

monitorización adecuada de los pacientes que reciben

analgésicos opioides es fundamental para detectar

pacientes con efectos secundarios relacionados con los

opioides como la depresión respiratoria. Es discutible si

aquellos que reciben analgésicos opioides neuroaxiales

requieren monitorización en una unidad de cuidados

intensivos, aunque existen publicaciones que demuestran

el uso relativamente seguro de dosis únicas e infusiones

continuas de opioides neuroaxiales en las plantas

normales de cirugía bajo unas condiciones de

monitorización apropiadas.

6.

El uso racional de agentes coadyuvantes, como los AINE,

puede mejorar la analgesia postoperatoria y disminuir los

efectos secundarios relacionados con los analgésicos.

7.

Comparada con los opioides sistémicos, la analgesia

epidural perioperatoria puede conferir varias ventajas,

entre ellas facilitar el retorno de la función gastrointestinal

y disminuir la incidencia de complicaciones pulmonares,

episodios adversos relacionados con la coagulación y,

posiblemente, sucesos cardiovasculares, sobre todo en

pacientes o intervenciones de alto riesgo. Sin embargo,

los riesgos y beneficios de la analgesia epidural deben

evaluarse en cada paciente, y han de emplearse

protocolos adecuados de monitorización cuando se utilice

analgesia epidural postoperatoria.

8.

La analgesia epidural no es una entidad genérica, ya que

las diferentes localizaciones del catéter (catéter-incisión

congruente frente a catéter-incisión incongruente), las

duraciones de la analgesia postoperatoria y los regímenes

analgésicos (anestésicos locales frente a opioides) pueden

afectar de forma diferencial a la morbilidad perioperatoria.

9.

El tratamiento del dolor postoperatorio debe ser

individualizado en poblaciones especiales (p. ej., en

pacientes de cirugía ambulatoria, ancianos, con tolerancia

a opioides, pediátricos, obesos, con apnea obstructiva del

sueño), que pueden tener distintos aspectos anatómicos,

fisiológicos, farmacológicos o psicosociales.

©

2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

Consideraciones fundamentales

Durante las 3 últimas décadas ha tenido lugar una revolución en el

tratamiento del dolor postoperatorio agudo. Un amplio reconoci-

miento del infratratamiento del dolor agudo por parte de médicos,

economistas y expertos en política sanitaria ha dado lugar al desa-

rrollo de un protocolo de práctica clínica nacional para el trata-

miento de dicho dolor agudo por la Agency for Healthcare Quality

and Research (antiguamente la Agency for Health Care Policy and

Research) del Department of Health andHuman Services de Estados

Unido

s 1

. En este documento clave se refleja un reconocimiento del

inadecuado tratamiento del dolor perioperatorio de forma histórica,

la importancia de un buen control del dolor, la necesidad de fiabi-

lidad para proporcionar una adecuada analgesia postoperatoria por

parte de las instituciones de atención sanitaria y una declaración

sobre la necesidad de implicar a especialistas en casos concretos.

Además, varias asociaciones profesionales (p. ej., laAmericanSociety

of Anesthesiologist

s 2

, la Joint Commission on Accreditation of

Healthcare Organizations) han desarrollado protocolos de prácticas