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balancín) indican una respiración descompensada. Los ruidos anó-

malos de la vía aérea determinan con exactitud el posible nivel de

una obstrucción, en tanto que el estridor respiratorio es indicativo

de un problema extratorácico. Por el contrario, los ruidos espirato-

rios son signos de posibles problemas en la parte inferior de la

tráquea y las sibilancias denotan alteraciones bronquiales. La

hipoxia causa en ocasiones vasoconstricción y la cianosis puede

verse enmascarada por la palidez de la piel. En la dificultad respi-

ratoria es siempre obligada la pulsioximetría.

Tratamiento prehospitalario

El soporte respiratorio pediátrico incluye mascarilla con oxígeno

suplementario y ventilación asistida con ambú o ventilación con-

trolada con una vía aérea asegurada. Debido a las diferencias en la

anatomía en función de la edad del niño y a la limitada capacidad

de los auxiliares de urgencias prehospitalarias que no son aneste-

siólogos, las dificultades en el manejo de la vía aérea son más fre-

cuentes en niños que en adultos.

Infección: asma

La laringotraqueobronquitis (crup) es una urgencia característica

de los niños de 6 meses a 3 años de edad. Debido a lo aparatoso de

los síntomas iniciales, con intenso estridor respiratorio y en oca-

siones dificultad respiratoria, generalmente durante la noche, la

patología produce una gran alarma, tanto en los niños como en sus

padres. Excepto en el caso de las infecciones menores de las vías

respiratorias altas, la historia médica no suele aportar contribucio-

nes significativas.

El tratamiento sobre el terreno del crup leve (sin retracciones)

consiste básicamente en prestación de apoyo psicológico por parte

del equipo del SMU, aplicación de oxígeno humidificado mediante

mascarilla con reserva de oxígeno y traslado del niño a una unidad

de urgencias pediátricas. Los casos más graves, con retracciones y/o

signos neurológicos, como apatía o agitación, requieren dexameta-

sona oral (0,15-0,6mg/kg) y, en un paso subsiguiente, epinefrina

nebulizada (0,5ml de adrenalina racémica al 2,25% o 5ml de adre-

nalina 1:1.000, independientemente del peso del niño

) 157

. La nece-

sidad de intubación prehospitalaria es poco habitual.

Otra infección pediátrica de las vías respiratorias altas, la

epiglotitis, es mucho más peligrosa aunque, por fortuna, muy poco

frecuente. Suele registrarse en pacientes de 2-7 años de edad y se

caracteriza por estridor respiratorio, hipersalivación, fiebre alta e

incapacidad para deglutir. El sonido de la voz queda amortiguado.

Ante este cuadro, han de evitarse maniobras que puedan generar

ansiedad, tales como la exploración o el acceso i.v. El niño debe ser

atendido en todo momento por una persona capacitada para esta-

blecer una vía aérea y ha de ser trasladado a una instalación en la

que se le pueda practicar una endoscopia. En casos muy graves se

recurre a cricotiroidotomí

a 158 .

El broncoespasmo es un síntoma frecuente en infecciones res-

piratorias pediátricas. El tratamiento oscila entre medidas de soporte,

en los casos leves, y la administración por inhalación de agonistas

b

-adrenérgicos y corticosteroides y el tratamiento farmacológico i.v.,

que a veces requiere anestesia e intubación en el status asmático. En

el broncoespasmo exacerbado el fármaco de elección es la ketamina.

Obstrucción de las vías respiratorias

por cuerpo extraño

La obstrucción respiratoria por cuerpo extraño se caracteriza por

aparición súbita de dificultad respiratoria, asociada a tos, jadeo o

estridor, sin otros signos de enfermedad.

Si el niño presenta tos activa no es necesario que el personal

del SMU realice maniobra alguna para extraer el cuerpo extraño. El

pequeño es monitorizado y se le traslada rápidamente al hospital,

indicándole que intente expulsar el cuerpo extraño tosiendo. Cuando

la tos no es eficaz es cuando se hace necesaria la intervención. Se

intenta que el niño expulse el cuerpo extraño dándole series de golpes

en la espalda (5), alternadas con compresiones (abdominales en niños

de

>

1 año y torácicas en los de

<

1 año). Si el niño pierde la conscien-

cia, han de iniciarse las medidas estándar de SV

B 159

, comprobando de

inmediato el estado de la vía mediante laringoscopia. Cuando no se

consigue la expulsión del cuerpo extraño, se puede intentar que avance

hacia el bronquio, ventilando el pulmón remanente.

Urgencias cardíacas y shock

Las alteraciones pediátricas del ritmo cardíaco que suponen riesgo

vital son la mayoría de las veces consecuencia, más que causa, de las

propias urgencias agudas. No obstante, en ocasiones se atienden

casos de arritmias, en especial en niños con problemas congénitos.

Evaluación del paciente

Tras la evaluación de la consciencia, la vía aérea y la respiración,

debe determinarse el estado circulatorio. La frecuencia cardíaca, la

calidad del pulso y el tiempo de llenado capilar son herramientas

útiles y rápidas en dicha valoración. El cuadro se completa con

mediciones de presión arterial y precarga. Para determinar si el

niño padece ya descompensación, se ha de tener en cuenta la infor-

mación adicional sobre el estado neurológico (apático o agitado).

Tratamiento prehospitalario

Arritmia

La bradiarritmia suele ser causa de hipoxia o intoxicación. Si la

frecuencia cardíaca es inferior a 60 latidos/min y el niño muestra

signos de perfusión inadecuada (inconsciencia, apnea), se deben

iniciar la reanimación y la ulterior identificación y reversión de la

causa subyacente.

La mayoría de las taquiarritmias son supraventriculares y

sólo se tratan si están descompensadas. Tras la exclusión de causas

de una posible taquiarritmia refleja, se inicia el tratamiento espe-

cífico con maniobras vagales, adenosina y, cuando el niño presenta

descompensación grave, cardioversión.

Durante la reanimación se administran adrenalina (10

m

g/

kg), atropina (0,02mg/kg) y amiodarona (5mg/kg), según las

directrices internacionales

(v. cap. 87 ) 160 .

La taquicardia ventricular/fibrilación ventricular recurrente

en un niño por lo demás sano o el patrón de torsade de pointes en

el ECG son indicativos de síndrome de QT largo, que sigue una pauta

diferenciada con respecto al protocolo universal de reanimación. En

la reanimación de este síndrome la amiodarona está contraindicada,

por lo que se administra un bolo de magnesio (3-12mg/kg

) 161

.

Shock

El shock hipovolémico inducido por pérdida aguda de sangre o

diarrea aguda es el más frecuente, seguido de los shock séptico,

cardiogénico y distributiv

o 162,163 .

La obtención de un rápido acceso vascular en una situación

de descompensación resulta esencial, aunque compleja. El acceso

venoso es la primera opción aunque, si no puede establecerse de

forma rápida, la siguiente alternativa es el acceso intraóseo. Éste

ofrece una vía de acceso venoso rápida y fiable, adecuada para

todos los medicamentos i.v. Ha de administrarse un bolo líquido

inicial de 20ml/kg, siendo preferibles los líquidos cristaloide

s 164 .

Tras reevaluar el estado del niño puede administrarse un segundo

bolo. Si después de la segunda reevaluación aún persiste el estado

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Anestesia por subespecialidades en el adulto

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