Table of Contents Table of Contents
Previous Page  2093 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 2093 / 2894 Next Page
Page Background

de shock, es posible administrar concentrado de hematíes, en espe-

cial en víctimas de traumatismos, cosa que generalmente sólo

puede hacerse en un servicio de urgencias hospitalari

o 159 .

En con-

secuencia, en tal situación es fundamental el inmediato traslado al

hospital más próximo, reduciendo al mínimo los tiempos de per-

manencia sobre el terreno.

Alteraciones del nivel de consciencia

La alteración del nivel de consciencia es uno de los primeros signos

de descompensación en caso de insuficiencia cardíaca o respirato-

ria. Además de éstos, también las afecciones cerebrales (infección,

isquemia, traumatismos, trastornos metabólicos como el coma dia-

bético, problemas hepáticos o nefrológicos y tumores) pueden

alterar el nivel de alerta.

Evaluación del paciente

Tras la valoración de los estados respiratorio y circulatorio, ha de

procederse a una rápida evaluación neurológica. La determinación

de la puntuación en la escala de coma de Glasgow se adapta a las

capacidades del niño en función de su eda

d 165

. La calidad motora en

la escala de Glasgow tiene especial valor predictivo del pronóstico

tras una lesión cerebral traumátic

a 166

. En niños inconscientes, la

valoración repetida de las pupilas puede aportar información sobre

una posible lesión intracraneal y/o sobre la elevación de la presión

intracraneal. Es obligada la medición de la glucosa en sangre.

Tratamiento prehospitalario

Infección

Cuando se observan signos de lesión meníngea, la meningitis bac-

teriana es responsable de aproximadamente el 30% de los casos de

la misma, mientras que las meningitis vírica o aséptica son la causa

de en torno al 13% de los casos. Otros posibles diagnósticos son

neumonía (8%), otras infecciones bacterianas graves (2%), infeccio-

nes de las vías respiratorias altas u otras enfermedades autolimitan-

tes (46%

) 167

. Factores predictivos independientes de meningitis

bacteriana obtenidos de la historia clínica y la exploración del

paciente son duración del síntoma principal, antecedentes de

vómitos e irritaciónmeníngea, cianosis, hemorragia petequial y alte-

ración de la consciencia en la exploración físic

a 168

. La identificación

de esta patología, potencialmente amenazadora para la vida del

paciente, es un importante factor en la atención prehospitalaria. En

ocasiones, antes de trasladar al niño a un servicio de urgencias

pediátricas, son necesarios el manejo de la vía aérea y la reanimación

con líquidos. Si se confirma el diagnóstico de meningitis bacteriana

es necesario proceder a tratamiento antibiótico profiláctico de todas

las personas que hayan estado en contacto directo con el niño.

Convulsiones

Las convulsiones febriles, el trastorno convulsivo más frecuente en

la infancia, afectan al 2-5% de los niños entre los 6 meses y los

5 años de eda

d 169 .

Normalmente las convulsiones ya han cesado

cuando llega el equipo del SMU, que suele hallar al paciente en

estado postictal. El tratamiento antipirético previene la recidiva de

la convulsión.

Para descartar otras patologías subyacentes que puedan

inducir las convulsiones, tales como hipoxia, intoxicación, enferme-

dades infecciosas, trastornos metabólicos, traumatismos o golpe de

calor, el niño debe ser hospitalizado una vez estabilizados sus signos

vitales. Cuando las convulsiones recidivan o son repetidas (status

epiléptico), la valoración inicial ha de seguir el principio ABC. Debe

administrarse alto flujo de oxígeno y medirse la glucosa sanguínea.

A los niños a los que se les establece de inmediato un acceso i.v. se

les administra 0,1mg/kg de lorazepam. Cuando el acceso i.v. rápido

no es factible, se administra diazepam (0,5mg/kg) por vía rectal. Si,

transcurridos 10 minutos, la convulsión inicial no ha cesado o si se

ha producido otra, se administra una segunda dosis de lorazepam

(0,1mg/kg

) 170 .

El niño ha de ser evaluado repetidas veces, a fin de

comprobar que no se ha pasado por alto alguna causa subyacente

no reconocida. Durante su traslado es conveniente evitar manio-

bras epileptogénicas, como la exploración pupilar reiterada con luz

intensa.

Traumatismos

Los traumatismos son una importante causa de muerte en edades

entre 1 y 18 años. El riesgo es mayor en niños que en niñas.

Evaluación del paciente

Aunque el patrón de lesión es distinto que el de los adultos (que

presentan más lesiones de pelvis, tórax, abdomen y cráneo), la

evaluación y los principios de tratamiento son los mismos para

niños y adultos.

Tratamiento prehospitalario

Los principales elementos a tener en cuenta en el manejo de los

traumatismos pediátricos son una rápida revisión primaria, el tra-

tamiento de las alteraciones que supongan riesgo vital, según el

enfoque ABCDE, y la organización de la comunicación y el trans-

porte inmediato a un centro idóneo.

Malos tratos infantiles

Los malos tratos a niños se atienden con relativa frecuencia en

asistencia prehospitalaria

(v. cap. 72 ) 171 .

Las evidencias característi-

cas en este contexto son signos de lesión a diferentes edades, que-

maduras atípicas, abrasiones o hematomas que presenten indicios

de la forma de la mano o de algún instrumento, síndrome del bebé

zarandeado y lesiones en localizaciones inhabituales o en la parte

superior de la cabeza. Una anamnesis retardada o no concluyente

debe suscitar sospechas. Uno de los objetivos del tratamiento ha de

centrarse en garantizar el bienestar del niño. En caso de sospecha

de malos tratos es necesario informar a las autoridades competen-

tes, siguiendo en cada caso el ordenamiento local vigente, y el

paciente ha de ser trasladado al hospital o a un centro de acogida.

Manejo prehospitalario de

accidentes con gran número de

víctimas y medicina de catástrofes

Los servicios de atención prehospitalaria han de hacer frente con

frecuencia a situaciones, como accidentes en los que se ven impli-

cados múltiples vehículos, en las que el número de pacientes a los

que hay que atender simultáneamente excede la capacidad de los

equipos de rescate. Ello da lugar a una desproporción entre el

número de personas que prestan asistencia y el de víctimas. En tales

situaciones

( tabla 63-8 ;

v.

cap. 64)

debe aplicarse el concepto de

priorización

que, en este contexto, se centra en salvar el mayor

número posible de vidas cuando no es posible prestar una atención

individualizada a cada paciente. En coyunturas de este tipo, las

fronteras entre la intervención de urgencia, el accidente grave (con

elevado número de víctimas) y la situación de catástrofe se sitúan

en un permanente estado de flujo. La inmediata y más importante

obligación del primer equipo de atención prehospitalaria que llega

Anestesia en urgencias prehospitalarias y en la asistencia traumatológica

2093

63

Seccíón IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito