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Armas químicas y biológicas: la misión del anestesista

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Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

forma paradójica, se puede seguir absorbiendo líquidos, lo que

constituye la base del uso de soluciones de rehidratación oral en

los brotes masivos en los países en vías de desarrollo.

Tratamiento.

 El tratamiento del cólera consiste sobre todo en

la reposición hidroelectrolítica. Tradicionalmente, esto se ha reali-

zado por vía intravenosa, pero la práctica habitual es utilizar solu-

ciones de rehidratación oral que contengan electrólitos y glucos

a 90 .

La rehidratación precoz de esta manera evita la necesidad de ingre-

sar en la unidad de cuidados intensivos. En el caso de una epidemia

intencionada de cólera, la rehidratación oral precoz sería una prio-

ridad fundamental para las numerosas víctimas. Las tetraciclinas

han sido el tratamiento antibiótico de elección de forma tradicio-

nal, pero se han descrito resistencia

s 91 .

Muermo

El muermo es una enfermedad equina causada por el bacilo gram-

negativo

Burkholderia mallei

. Se ha considerado durante mucho

tiempo como un posible agente de guerra biológica en una forma

modificada, porque se sabe que el microorganismo es muy infec-

cioso en forma de aerosol. Las variedades aguda y crónica pueden

afectar al ser human

o 91

. El tipo septicémico aparece a los 10-14 días

de la exposición, lo que convierte al agente en uno de latencia

prolongada. Se produce una rápida aparición de fiebre elevada,

rigidez y mialgia, con linfadenopatías cervicales y esplenomegalia,

leucopenia o leucocitosis. En esta forma aparecen shock séptico e

insuficiencia multiorgánica y la mortalidad sin tratamiento es

elevada.

Tras la inhalación del microorganismo se produce la forma

pulmonar aguda, con septicemia, neumonía bilateral y necrosis

pulmonar nodular. La radiografía de tórax muestra infiltrados

miliares. Es más probable que las variedades agudas graves de la

enfermedad impliquen a los intensivistas, pero existe una forma

orofaríngea con ulceración del tabique nasal y los cornetes, rino-

rrea mucopurulenta hemática y exantema macropapular o pustu-

loso similar al de la viruela. En su variedad crónica, el muermo

puede producir linfadenopatía crónica, formación de abscesos

musculocutáneos múltiples y nódulos orofaríngeos. El tratamiento

de primera línea del muermo es una combinación antibiótica

(amoxicilina-clavulánico y sulfadiazina, 30mg/kg cada 8 horas

durante 3 semanas). Los fármacos de segunda línea son la doxici-

clina, la rifampicina y el ciprofloxacino. No existe vacuna contra la

enfermedad.

Enfermedades víricas como posibles peligros

de guerra biológica

Se han considerado varias enfermedades virales como posibles

agentes de guerra biológica. Son competencia del médico especia-

lista en enfermedades infecciosas, por lo que los anestesistas debe-

rían consultar textos especializados para mayor información.

La viruela se sitúa a la cabeza de la lista de posibles peli-

gros terroristas debido a la continua presencia de reservas de

virus en los laboratorios, que sólo se propagan mediante hués-

pedes humanos. El éxito de la campaña mundial de vacunación

provocó que la Organización Mundial de la Salud declarara la

viruela como enfermedad extinguida y se interrumpieron los

programas de vacunación masiva. Sin embargo, los estudios de

laboratorio prosiguieron, por lo que existe el temor de que

pudieran robarse cepas y utilizarse para crear una epidemia

diseminada de forma intencionada en una población mayorita-

riamente desprotegida. Pueden precisarse cuidados intensivos

para los casos que contraigan una infección secundaria grave.

Aunque el tratamiento se basa en el aislamiento y medidas de

soporte, existe interés en el empleo de los antivirales cidofovir

y ribavirin

a 92

.

El anestesista en el tratamiento

de las víctimas por agentes

de guerra química y biológica

Enfoques terapéuticos de los incidentes

de guerra química y biológica

Puede que los anestesistas se enfrenten al tratamiento de las vícti-

mas que han sufrido la exposición intencionada o accidental a

peligros de GQB dentro y fuera del hospital. Se debe tener un

sistema terapéutico que permita la seguridad de las asistencias

médicas y que proporcione el tratamiento correcto al paciente.

Dados los riesgos asociados a la liberación de sustancias de GQB,

se debería considerar el tratamiento en términos de 1) control del

incidente y 2) control de la enfermedad del paciente. Según las

cuatro propiedades de los agentes de la gama de GQB (v. la sección

de agentes de GQB sobre su historia y desarrollo), el control del

incidente se determina por la persistencia y la transmisibilidad y

el de la enfermedad del paciente por la toxicidad y la latencia.

Muchos peligros químicos presentan una persistencia muy

limitada, por lo que no se precisa descontaminación. La «persisten-

cia limitada» significa un riesgo reducido de transmisión por con-

tacto a otras personas. Sin embargo, ciertos agentes químicos tienen

una persistencia prolongada y una alta transmisibilidad. Muchos

de estos agentes no suponen una amenaza significativa por inha-

lación, pero pueden absorberse a través de los epitelios (p. ej., el

agente nervioso VX). Para tales agentes es fundamental la

descontaminación.

La mayoría de los agentes clásicos de guerra biológica pre-

sentan una persistencia baja porque se degradan con rapidez por

el entorno y dependen de la transmisión por huésped mediante un

período de incubación. En tales casos, la transmisibilidad es elevada.

El carbunco es una notable excepción. Sus esporas tienen una

persistencia muy prolongada, pero ninguna transmisibilidad infec-

ciosa. En el otro extremo, las fiebres hemorrágicas virales presentan

una persistencia muy breve, pero una elevada transmisibilidad

infecciosa.

Control del incidente

La planificación de catástrofes, que es un proceso familiar a muchos

anestesistas, proporciona un modelo adecuado de cómo enfren-

tarse a la liberación de tóxicos, que es un caso especial de catástrofe

accidental o intencionada. Los planes puestos en marcha por una

utilización terrorista de un agente de GQB pueden ser de igual

valor para el caso más probable de un escape accidental. Mole

s 93

resumió los puntos esenciales de la planificación de catástrofes del

siguiente modo:

1. Se deben valorar los riesgos. No todos los peligros enume-

rados son riesgos identificables.

2. La planificación previa es fundamental y debería unificar a

todos los servicios de urgencia (p. ej., bomberos, protección

civil, policía) que deberían participar en el control del inci-

dente de GQB.

3. Se debe realizar una respuesta secuencial, basada en simula-

cros y valoración.

Protección personal

La protección es una característica fundamental del control del

incidente, por lo que los anestesistas deberían estar familiarizados