Table of Contents Table of Contents
Previous Page  2112 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 2112 / 2894 Next Page
Page Background

2112

Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

del tratamiento habitual. Se piensa que el edetato dicobáltico une los

iones cianuro con mayor eficacia que la metahemoglobina, a pesar

de sus efectos secundarios de hipertensión y náuseas.

Se ha creído durante mucho tiempo que la oxigenoterapia y

la ventilación no tenían cabida en el tratamiento de la intoxicación

por cianuro, porque en este trastorno la oxigenación sanguínea es

plena. Sin embargo, esta idea se ha rebatido más recientemente,

porque algunos estudios han demostrado que el oxígeno aumenta

los efectos como antídoto de las sustancias utilizadas habitual-

mente a tal efecto frente al cianur

o 75

. La

tabla 64-4

detalla las

estrategias terapéuticas actuales con antídotos.

Toxinas

Estas sustancias son compuestos de alto peso molecular que se

encuentran en el punto medio de la gama de GQ

B 19

. No se repro-

ducen y tienen características de agentes de guerra química, aunque

por convención internacional se consideran agentes biológicos. Se

producen de forma natural por bacterias y organismos que van

desde protozoos hasta reptiles (serpientes) y arácnidos (escorpio-

nes

) 76 .

Las toxinas suponen un peligro para los seres humanos por

exposición natural y deliberada, lo que ha estimulado numerosas

investigaciones sobre sus acciones y tratamient

o 77 .

Desde el punto

de vista científico, presentan un gran interés cuando se emplean

como herramientas de investigación para estudiar procesos natu-

rales como la conducción nerviosa y la transmisión neuromuscular.

En el caso de la guerra tóxica, las toxinas se han denominado con

frecuencia

armas del juicio final,

por lo que existe una gran alarma

social sobre sus acciones. Se han descrito más de 500 toxinas, pero

sólo unas pocas son adecuadas para el campo de batalla y los

ataques terroristas por las dificultades de producción y la falta

de estabilidad una vez liberadas en aerosol. Las características de

algunas toxinas habituales se muestran en la

tabla 64-5

.

En el ámbito de la guerra química, el anestesista puede

enfrentarse a toxinas de corta latencia (p. ej., las de tipo neuromus-

cular, como la toxina botulínica), que requieren soporte vital y

tratamiento inmediatos, o a otras de latencia prolongada (p. ej.,

toxinas contra el ADN, como la ricina), que provocan una grave

disfunción orgánica y plantean problemas de cuidados intensivos.

Toxina botulínica

Esta toxina se produce por el anaerobio

Clostridium botulinum

y

tiene la reputación de ser la sustancia más tóxica por unidad de

peso. A este respecto, es al menos 5.000 veces más tóxica que el

sarí

n 78 .

El botulismo es la aparición natural de la toxina en una

intoxicación alimentaria y es una enfermedad animal y del ser

humano. El microorganismo activo produce siete neurotoxinas

diferentes (de la A a la G), relacionadas desde el punto de vista

funcional. El botulismo es, en esencia, una intoxicación transmi-

tida por la ingestión de la toxina producida por la infección de

la comida por clostridios, por lo general en carnes enlatadas

de forma incorrecta. El botulismo primario (la infección directa)

es infrecuente y en la especie humana sólo afecta a lactantes. La

toxina botulínica presenta interés como agente tóxico porque puede

producirse con relativa facilidad mediante procesos de fermenta-

ción (que se han desarrollado para fabricar antitoxinas) y es estable

como aerosol, lo que en teoría permite su dispersión masiva. Los

cálculos de que 1kg de toxina podría ser suficiente para aniquilar

a todos los seres humanos del planeta se basan en este hecho.

La intoxicación botulínica puede tratarse, lo que modifica de

forma considerable su toxicidad. Se estima que menos del 10% de los

casos naturales que reciben soporte ventilatorio y contra la toxina son

mortales. Se ha publicado un documento de consenso que estudia los

riesgos de las poblaciones civiles expuestas a la toxina botulínic

a 80 .

La toxina botulínica actúa en la terminal nerviosa de las

sinapsis colinérgicas y bloquea la liberación de acetilcolina, al ser

captada en vesículas y translocada al citoplasma, donde cataliza

la proteólisis de los componentes que intervienen en la exocito­

sis mediada por calcio de dicho neurotransmisor. La inhibición

es permanente, y sólo se recupera tras la creación de nuevos botones

terminales. La toxina bloquea la neurotransmisión, las sinapsis

parasimpáticas y los ganglios periféricos. Los signos y síntomas de

la intoxicación se pueden explicar por estos hechos.

Por lo general, tras la ingestión de la toxina (la vía habitual),

existe un período de latencia de varias horas, después del que la

acción parasimpática produce sequedad de boca, seguida de signos

de parálisis bulbar progresiva (es decir, disartria, disfasia y disfa-

gia) y signos oculares (diplopía y ptosis). A continuación aparece

debilidad muscular progresiva descendente y simétrica, que

provoca insuficiencia respiratoria con necesidad de soporte ven-

tilatorio prolongado. Las pruebas neuromusculares muestran un

patrón clásico descendente presináptico a los estímulos repetidos

con facilitación postetánica. La electromiografía de fibra única

puede detectar los cambios neuromusculares antes que la estimu-

lación nerviosa convencional. Aparece un aumento del jitter y

bloqueo, que disminuye al aumentar la tasa de estimulación ner-

vios

a 79 .

El patrón de signos y síntomas tras la inhalación por una

liberación masiva deliberada se desconoce, pero debe considerarse

la toxina botulínica junto con los agentes nerviosos en cualquier

caso que se presente con alteraciones súbitas de la transmisión

colinérgica.

La protección habitual de nivel C (v. la sección sobre protec-

ción personal) y los procedimientos de descontaminación son efi-

caces contra la toxina, y existen varios antisueros. Se dispone de

una antitoxina heptavalente para todos los serotipos, pero no se

conoce con certeza la eficacia en seres humano

s 80 .

Los casos esta-

blecidos requieren tratamiento de soporte con antitoxina y venti-

lación con presión positiva, esto último tal vez durante un período

prolongado.

Saxitoxina

La saxitoxina se ha sugerido como posible agente tóxico de terro-

rismo, pero no hay datos de su fabricación ni de su empleo en el

ámbito militar. Se produce de forma natural por organismos

marinos dinoflagelados (que provocan la marea roja), como

Alexandrium tamarense, Gymnodinium catenatum

y

Pyridonium

hamense.

La toxina se concentra en los mariscos y es la causa de la

intoxicación paralítica por estos alimento

s 76 .

Esta sustancia es 20

veces más tóxica que el sarín y tiene una DL

50

en ratones de 8

m

g/

kg. La saxitoxina es activa por vía inhalatoria y provoca parálisis

bulbar e insuficiencia respiratoria y cardiovascular. La toxina actúa

mediante el bloqueo de canales de sodio dependientes de voltaj

e 82 .

El tratamiento se basa en soporte ventilatorio y orgánico. Se ha

empleado una antitoxina en cobaya

s 82 .

Ricina

La ricina se considera una seria amenaza terrorista porque puede

extraerse con relativa facilidad de las semillas de la planta del

ricino,

Ricinus communis

. Los residuos de la producción del aceite

de ricino contienen un 5% de ricina, lo que los convierte en una

posible fuente para los terroristas. Esta toxina se ha empleado en

asesinato

s 14

y se piensa que la inhalación de altas concentraciones

puede ser mortal. Antes de que aparezcan los signos y síntomas

generalizados de inhibición de la síntesis proteica existe un pro-

longado período de latencia, con fiebre, dolor abdominal, diarrea,

somnolencia, confusión, convulsiones, coma, debilidad, colapso

cardiovascular e insuficiencia respiratoria, todo lo que progresa a

insuficiencia multiorgánica y muerte en 36-72 horas. Por tanto, la

ricina supone un considerable problema de UCI. El tratamiento