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Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

Mascarilla laríngea

La mascarilla laríngea también se utiliza en la cirugía otológica. La

ML flexible está diseñada para los procedimientos ORL. En

la cirugía otológica menor, la ML ofrece unas ventajas específicas

sobre la ventilación con mascarilla facial, como ya se ha descrito.

La ML flexible tiene un vástago flexible que es más adecuado y

tolera mejor la rotación, flexión y extensión de la cabeza durante

la cirugía. Para los procedimientos más prolongados, existe una ML

con un tubo de drenaje gástrico y con unas mejores características

de hermeticidad de la vía respiratoria superior, lo que permite

usarla en cirugías otológicas mayores durante 5 hora

s 29 .

Óxido nitroso

El óxido nitroso se difunde desde la sangre a los espacios aéreos

del interior del cuerpo; la cantidad depende de su concentración

y de la duración de la anestesia. A medida que el óxido nitroso se

difunde a la cavidad del oído medio, la presión aumenta y sólo

disminuye por reabsorción una vez que se interrumpe el uso del

óxido nitroso al final del procedimiento, o por la apertura de la

trompa de Eustaquio que permite el escape del gas hacia la cavidad

nasal. Al final de la cirugía, una vez que se interrumpe el uso del

gas, su reabsorción rápida puede causar una presión negativa en el

oído medio, sobre todo en caso de disfunción de la trompa de

Eustaquio, lo que ocasionará un desplazamiento del injerto. El

óxido nitroso puede desplazar los injertos al provocar presiones

demasiado elevadas o demasiado bajas en el oído medio.

Los primeros procedimientos quirúrgicos de reparación de

la membrana timpánica consistían en la colocación de injertos

según una técnica lateral

(overlay),

en la que una presión elevada

en el oído medio podría desplazar y elevar el injerto. En la actuali-

dad, la mayoría de los cirujanos ORL utilizan una técnica medial

(underlay)

de colocación del injerto, en la que las presiones elevadas

en el oído medio pueden mantener el injerto en posición. Muchos

anestesistas no utilizan óxido nitroso durante la cirugía otológica

por estos motivos, y en su lugar emplean una mezcla de aire y

oxígeno o limitan la concentración del óxido nitroso al 50%.

Posición

La rotación de la cabeza y la extensión del cuello son necesarias para

la mayoría de los procedimientos otológicos, y se deben plantear

medidas para evitar una compresión significativa de las venas yugu-

lares interna y externa, así como de la arteria carótida en los pacientes

vulnerables. Una inclinación lateral de la mesa de operaciones puede

mejorar el acceso quirúrgico sin que sea necesario adoptar una rota-

ción extrema de la cabeza y el cuello, de modo que es posible reducir

la compresión venosa y mejorar la irrigación arterial. Los brazos

deben situarse en una posición neutra y almohadillarse de forma

adecuada. Una posición de anti-Trendelenburg de unos 15 grados es

útil para reducir la presión venosa y mejorar el campo quirúrgico.

Monitorización del nervio facial

La monitorización del nervio facial se utiliza durante los procedi-

mientos del oído medio, la mastoides y el oído interno para iden-

tificar el nervio y reducir la incidencia de lesión iatrogénica del

mismo. Se pueden usar distintos tipos de monitores; el principio

general consiste en una señal audible y visible en el monitor para

identificar el momento en el que un movimiento quirúrgico o la

estimulación está próxima al nervio facial o sobre el mismo.

Cuando el nervio se estimula, los electrodos conectados en la cara

detectan la actividad del nervio y el monitor lo indica. El bloqueo

neuromuscular parcial o completo con relajantes musculares

reduce o anula esta actividad neural y una sección accidental del

nervio facial no provoca una señal. Es esencial interrumpir o rever-

tir el bloqueo neuromuscular y evaluar la función nerviosa perifé-

rica para confirmar la existencia de una función neuromuscular

adecuada antes de continuar la cirugía en la proximidad del nervio

facial. Con la introducción del remifentanilo, se puede mantener

una profundidad adecuada de la anestesia más fácilmente con el

tubo endotraqueal colocado y sin bloqueo neuromuscular.

Campo quirúrgico

Durante la cirugía otológica, una hemorragia profusa puede impedir

una visión adecuada del campo quirúrgico y dificulta la cirugía con el

microscopio quirúrgico. Hay que aplicar en primer lugar unasmedidas

simples para limitar la hemorragia y mejorar el campo quirúrgico. La

elevación de la cabeza para reducir la presión venosa y la hemorragia

suele ser satisfactoria. Una anestesia ligera y equilibrada, con una anal-

gesia adecuada (infusión de remifentanilo) evita la taquicardia y la

hipertensión,mientras que una ventilaciónóptima evita la hipercapnia.

En la mayoría de los pacientes, estas maniobras son suficientes para

mejorar el campo quirúrgico; sin embargo, puede que sean necesarias

medidas adicionales. La aplicación de hipotensión inducida requiere

una evaluación cuidadosa de los riesgos y beneficios, y no debería

utilizarse en pacientes con un compromiso cardiovascular previo.

Para los pacientes de clase I de la American Society of Anes-

thesiologists, una presión arterial media mayor de 50-60 mmHg,

una presión sistólica intraoperatoria mayor que la presión diastó-

lica preoperatoria y una frecuencia cardíaca de unos 60 lpm debe-

rían proporcionar un campo quirúrgico adecuado. Los fármacos

utilizados son

b

-bloqueantes (metoprolol, labetalol),

a

2

-agonistas

(clonidina) y opioides (remifentanilo).

Antieméticos

Los procedimientos sobre el oído medio e interno tienen una mayor

incidencia de náuseas y vómitos postoperatorios que las intervencio-

nes quirúrgicas generales. Las náuseas y vómitos postoperatorios son

especialmente frecuentes tras la cirugía del oído interno en la que se

actúa sobre el laberinto y el nervio vestibular. Además de ser desagra-

dables para el paciente, las náuseas y los vómitos aumentan la presión

venosa, la presión intracraneal y la hemorragia, y pueden desplazar o

alterar los delicados injertos y prótesis quirúrgicos. Si es posible, debe-

rían evitarse los opioides, se debería hidratar al paciente con líquidos

intravenosos y hay que administrar antieméticos profilácticos. Los

fármacos se usan en monoterapia o combinados y hay varias pautas

que emplean antagonistas de la serotonin

a 30,31

(ondansetrón y gra-

nisetrón), butirofenonas (droperidol), anticolinérgicos (escopola-

mina

) 32 ,

dexametasona y agentes gastrocinéticos (metoclopramida).

Duración, profilaxis de la trombosis venosa

profunda y control de la temperatura

La duración de la cirugía varía de 10-20 minutos en los procedi-

mientos otológicos simples como la miringotomía e inserción de