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Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

explicarse por la disminución de la vasoconstricción inducida por

adrenalina que se produce en algunos paciente

s 34 .

La fenilefrina es un potente agonista

a

-adrenérgico que se

utiliza como vasoconstrictor de forma aislada o combinado con

lidocaína. Las directrices sobre su uso tópico en el quirófano reco-

miendan lo siguient

e 46 :

1. La dosis inicial de fenilefrina no debería superar los 0,5mg

y en niños de hasta 25kg no debería ser mayor de 20

m

g/kg.

2. La presión arterial y el pulso deben monitorizarse estre­

chamente.

3. La dosis debe administrarse con una jeringa calibrada y

debería verificarla un médico.

4. El anestesista debe ser advertido de todas las medicaciones

administradas.

5. Los casos de hipertensión grave deben tratarse de inmediato,

con vasodilatadores directos o con antagonistas de los

a

-receptores.

6. Los bloqueantes de los

b

-receptores y los antagonistas del

calcio deberían evitarse. Pueden empeorar el gasto cardíaco

y provocar edema pulmonar.

7. Si se usan bloqueantes de los

b

-receptores para tratar la

hipertensión, se debería plantear el empleo de glucagón para

contrarrestar la pérdida de la contractilidad cardíaca.

Vía respiratoria

(v. también cap. 40)

Casi todas las intervenciones nasales pueden contaminar la vía

respiratoria inferior con sangre o secreciones, por lo que es esencial

que el anestesista reconozca este hecho y que tome medidas para

evitarlo. Una obstrucción nasal significativa puede dificultar la ven-

tilación con mascarilla facial y hacer que se requiera una vía res-

piratoria oral. El mantenimiento de la vía respiratoria puede ser un

problema especial en pacientes obesos con AOS y obstrucción

nasal.

Tubo endotraqueal o mascarilla laríngea

flexible

La elección de un tubo endotraqueal o de una ML flexible para los

procedimientos nasales depende de la experiencia del anestesista,

la duración de la cirugía y de factores del paciente. El uso de una

ML flexible durante la cirugía nasal es una indicación de grado

avanzado del dispositivo y si su tamaño o inserción son incorrectos

o si se produce una posición inadecuada, desplazamiento o una

extracción subóptima, puede haber una obstrucción de la vía res-

piratoria y una contaminación de la vía respiratoria inferior por

sangre.

Un tubo endotraqueal con curvatura inferior o reforzado suele

utilizarse con un taponamiento faríngeo para reducir la contamina-

ción con sangre de la vía respiratoria inferior. Las ventajas del uso de

un tubo endotraqueal son su familiaridad y la posibilidad de asegurar

la vía respiratoria y de proteger la misma durante la ventilación con

presión positiva y la ventilación con presión espontánea.

Parece intuitivo que un tubo endotraqueal será más eficaz para

proteger la vía respiratoria que una ML flexible, por la hermeticidad

que se obtiene por el contacto del balón del tubo endotraqueal sobre

la pared traqueal; sin embargo, esto no siempre es cierto. El balón

traqueal está por debajo de la vía respiratoria glótica y subglótica y

puede pasar sangre en sentido distal desde la nasofaringe, superar el

taponamiento faríngeo y deslizarse a lo largo de la superficie externa

del tubo endotraqueal hasta el nivel de las cuerdas vocales y la subglo-

tis. Por el contrario, unaML flexible colocada de forma correcta cubre

y protege la vía respiratoria supraglótica y glótica, y la sangre se desvía

lateralmente hacia los senos piriformes y la región retrocricoidea.

Las comparaciones directas de la contaminación de la vía res-

piratoria inferior mediante exploración fibroscópica al final de la

cirugía muestran que los pacientes tratados con una ML flexible por

parte de anestesistas expertos tienenmuchas menos probabilidades de

presentar restos hemáticos en la vía respiratoria (glotis y tráquea) que

aquellos en quienes se usa un tubo endotraquea

l 47 .

La ML flexible

protege de forma eficaz y satisfactoria la vía respiratoria glótica y tra-

queobronquial frente a la exposición a la sangre durante la cirugía

nasosinusal y puede ofrecer unamejor protección de la vía respiratoria

traqueobronquial que un tubo endotraqueal en muchos caso

s 47,48

.

Extubación

La extubación de un tubo endotraqueal se suele realizar con el

paciente «despierto» o «profundo» y la extubación de la ML flexible

se lleva a cabo cuando el paciente puede abrir la boca al ordenárselo.

En la cirugía nasal, la extubación despierta implica la retirada del

tubo endotraqueal cuando el paciente responde a las órdenes y hace

intentos decididos de quitarse el tubo endotraqueal. La ventaja de

la extubación despierta en la cirugía nasal es el control intrínseco

de la vía respiratoria en un paciente despierto con la reaparición de

los reflejos laríngeos y la protección de una mayor contaminación

de la vía respiratoria por la sangre y las secreciones. El inconveniente

es la mayor incidencia de laringoespasmo, tos, agitación, desatura-

ción de la oxihemoglobina y un mayor riesgo de hemorragia.

La extubación profunda se utiliza para intentar mejorar el

perfil de recuperación; sin embargo, en la cirugía nasal, esto deja la

vía respiratoria desprotegida. Después de la cirugía, la vía respira-

toria nasal suele estar obstruida por los taponamientos quirúrgicos

y el paciente depende del flujo aéreo orofaríngeo. En la práctica, esto

puede hacermuy difícil mantener una vía respiratoria en un paciente

con AOS extubado de forma profunda y en decúbito lateral.

La recuperación con una ML protege la vía respiratoria infe-

rior de la sangre proveniente de la faring

e 47,49

y proporciona un perfil

de recuperación mejor en comparación con la extubación despierta

o profund

a 47-50 .

En comparación con la recuperación con una ML

flexible, la extubación traqueal con el paciente despierto se acompaña

de una tos excesiva con un mayor riesgo de hemorragia, una mayor

incidencia de desaturación de la oxihemoglobina poco después de la

extubación, un retraso a la hora de lograr que el paciente esté en

buenas condiciones para el alta del quirófano y una mayor incidencia

de desaturación de la oxihemoglobina al ingreso en la unidad de

recuperación postanestésic

a 48 .

En comparación con la extracción

de la ML flexible, la extubación traqueal en pacientes profundamente

anestesiados se acompaña de una mayor incidencia de tos, laringoes-

pasmo y desaturación de la oxihemoglobina poco después de la

extubació

n 48 .

La calidad del despertar y la protección global de la vía

respiratoria tras la cirugía nasal parecen ser mejores cuando se usa

la ML flexible que si se emplea un tubo endotraquea

l 47-50 .

Obstrucción de la vía respiratoria

por un coágulo

Alrededor del tubo endotraqueal suele utilizarse un taponamiento

faríngeo para intentar absorber la sangre, limitar la entrada de

sangre desde la nasofaringe a la orofaringe y evitar que los restos

quirúrgicos se acumulen en la laringofaringe. Al final de la cirugía,

el taponamiento debería extraerse con cuidado y comprobarse. Se

debería realizar una laringoscopia y faringoscopia en todos los

pacientes, así como una inspección cuidadosa de la cavidad oral y