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Anestesia para la cirugía con láser

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Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

diseñado para que se expanda con suero salino, e incluye azul de

metileno como colorante para teñir el suero salino. Se especifica

que la envoltura del tubo soporta (in vitro) una potencia de

35.000W/cm

2

de láser de CO

2

, o de 11.000W/cm

2

de KTP durante

3 minutos. Es de esperar que la presencia de sangre o moco en el

tubo reduzca su tolerancia a la radiación por láser en un 60%.

Protección del balón del tubo endotraqueal

La delgada envoltura de plástico de un balón endotraqueal conven-

cional de alto volumen y baja presión es muy sensible a la energía

mal dirigida del láser. Aunque es posible que se produzca la com-

bustión, puede que sea más frecuente una simple perforación. La

perforación inadvertida del balón enriquece con oxígeno el gas en

torno al campo quirúrgico y al tubo endotraqueal y aumenta la

probabilidad de que ocurran incendios catastróficos de la vía res-

piratoria. No se dispone de balones con una resistencia significativa

al láser y que conserven las propiedades mecánicas necesarias para

minimizar el traumatismo traqueal. Muchos médicos recomiendan

llenar los balones convencionales con suero salino coloreado para

indicar conmás claridad la perforación, y poder apagar un pequeño

incendio del balón. Éste se tiene que colocar en la tráquea lo más

distal posible, y el cirujano debería cubrir por completo su zona

visible con lentinas de algodón húmedas. El cordón de algodón que

se une a las lentinas debería sustituirse por cable no aislado, y las

lentinas se deben rehumedecer siempre que sea necesario. Se ha

demostrado la utilidad de las lentinas humedecidas para evitar o

retrasar el incendio del balón debido a la exposición al láser de

CO

2 81

.

Tubos endotraqueales metálicos

En 1978, Norton y De Vo

s 82

introdujeron un tubo endotraqueal no

inflamable fabricado como una espiral de acero inoxidable entre-

lazada, similar a las corazas de los cables eléctricos. Actualmente

no se fabrican estos tubos endotraqueales. Su pared no era hermé-

tica, y aunque esta propiedad permitía que el gas refrigerante

fluyera por la superficie exterior, podría dificultar la ventilación en

los pacientes con mala distensibilidad pulmonar, sobre todo porque

estos tubos no tienen balón inflable. Para solucionar este problema

se propuso realizar una ventilación a chorro con un acoplador

Venturi Sanders modificad

o 83

, o bien utilizar un balón deslizable

independiente, pero todos éstos son inflamables y suponen un

riesgo de incendio.

Hay otros dos tubos endotraqueales metálicos comercializa-

dos, cuyo uso se ha aprobado para láseres específicos. Uno de ellos

es una espiral hermética de acero inoxidable con dos balones dis-

tales de PVC que se inflan con suero salino (redundantes en caso

de que se perfore el balón proximal). Este tubo es resistente a la

energía de los láseres de CO

2

y de KT

P 84

, pero no a la del láser

Nd:YA

G 78 .

El otro es un tubo espiral de aluminio con una cubierta

externa de silicona y un solo balón, lleno con una espuma espon-

josa autoinflable, que evita su desinflado si se perfora. Esta carac-

terística permite realizar una ventilación con presión positiva

continua y la separación de los gases respiratorios respecto del

campo quirúrgico, pero puede producir lesiones si una perforación

del balón o del tubo de llenado impide que se desinfle antes de

retirarlo. Este tubo sólo está aprobado para utilizarlo con el láser

de CO

2

pulsado.

La utilización de tubos endotraqueales resistentes al láser

precisa un cuidado especial para evitar abrasiones de la mucosa,

porque tienden a ser más voluminosos y rígidos que los conven-

cionales. Los cirujanos deben asegurarse de que la energía del láser

no se refleje en las superficies metálicas pulidas y se dirija a estruc-

turas sensibles. La utilización de un tubo endotraqueal metálico no

implica que haya una total protección contra el incendio. Si se

enfoca un haz de Nd:YAG de 50W a 0,68mm contra el tubo de

acero inoxidable de dos balones, éste se incendia en 6 segundo

s 85 .

Ventilación a chorro

Algunos médicos sostienen que se pueden conseguir unas condi-

ciones quirúrgicas óptimas y la seguridad del paciente mediante la

ventilación a chorro. Esta técnica aplica el principio de Bernoulli

para aumentar la ventilación producida por una corriente estrecha

de gas a alta velocidad, a través de un tubo Venturi. En la práctica,

la ventilación a chorro utiliza una fuente intermitente de oxígeno

a alta presión, dirigido a la glotis a través de un tubo metálico

pequeño, tal como un broncoscopio de ventilación o incluso una

aguja roma del calibre 1

2 86-91

. Una revisión retrospectiva de

942 casos de microlaringoscopia directa que utilizaba ventilación

endolaríngea con chorro sólo encontró cuatro complicacione

s 92 .

La

ventilación a chorro con aire también se ha utilizado a través de

un broncoscopio durante la resección de tumores de la tráquea

distal y bronquiale

s 93-96

. Se ha sugerido que los pacientes sometidos

a resecciones con láser de tumores de la vía respiratoria utilizando

ventilación a chorro pueden absorber monóxido de carbono del

humo del láser que queda atrapado en la faringe. El monóxido de

carbono puede producir que se sobrestime la saturación arterial

de oxígeno si se utiliza pulsioximetría. Goldhill y cols

. 95

no encon-

traron un aumento significativo de la carboxihemoglobina durante

la broncoscopia con Nd:YAG ni diferencias en los valores de la

pulsioximetría frente a la medición in vitro de la saturación arterial

de oxígeno mediante un cooxímetro.

La ventilación a chorro suele proporcionar una ventilación

adecuada sin introducir materiales inflamables ni grandes obstá-

culos en el campo quirúrgico, aunque existen algunos posibles

inconvenientes, como el riesgo de barotraumatismo, de neumotó-

rax o de enfisema subcutáneo, la obligación de utilizar una aneste-

sia con fármacos intravenosos, la aparición de distensión gástrica

y la necesidad relativa de unos pulmones distensibles. Ante la pre-

sencia de papilomas, una indicación frecuente de la cirugía laríngea

con láser, la ventilación a chorro puede provocar una diseminación

de virus activos a los bronquios distales. Sin embargo, Shikowitz y

cols

. 92

no encontraron pruebas de este fenómeno en 96 pacientes

que habían sido sometidos a múltiples procedimientos con láser

y que fueron seguidos a lo largo del tiempo. Cozine y cols

. 97 ,

en un

estudio de 58 centros (15.701 casos) que realizaron cirugía de la

vía respiratoria con láser de CO

2

, observaron mayores cifras de

complicaciones ventilatorias con la ventilación a chorro que con el

tubo endotraqueal convencional

( fig. 67-9 )

, pero el único falleci-

miento se produjo por un incendio del tubo endotraquea

l 97 .

Los

investigadores concluyeron que ninguno de los métodos de venti-

lación se mostró superior durante la cirugía con láser.

Para reducir aún más la obstrucción del campo quirúrgico

con los instrumentos de la ventilación, varios investigadores reco-

miendan retirarlos por completo y combinar esto con una técnica

de ventilación espontánea o de apnea intermitente, y administrar la

anestesia general mediante insuflación nasal o administración por

el broncoscopio de un anestésico inhalatorio potent

e 7,72,98,99 ,

o utili-

zar anestesia intravenos

a 100

. Cohen y cols

. 101

por un lado y Hawkins

y Josep

h 102

por otro recomendaron hacer una hiperventilación

moderada, seguida de una extubación traqueal intermitente por el

cirujano durante períodos de 90 a 120 segundos, en los que se

emplea el láser. El pulsioxímetro añade una medida de seguridad al

confirmar que existe una oxigenación adecuada a partir de una

capacidad pulmonar residual baja en nitrógeno durante la apnea.