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Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

Efectos biológicos de la luz láser

Los tejidos vivos son una solución acuosa compleja en la que hay

diferentes moléculas que absorben la luz. Cuando un átomo inte-

racciona con un fotón cuya energía no se ajusta de forma exacta a

la necesaria para la transición de un electrón, dicha energía se

transmite en forma de vibraciones atómicas que se reconocen

como calor. El grado en el que una determinada longitud de onda

de luz se absorbe y se convierte en calor en el tejido destinatario

determina el efecto sobre ese tejido.

Las ondas infrarrojas lejanas se absorben de forma muy eficaz

por el agua, el principal componente de los tejidos. La luz láser de

amplias longitudes de onda, como la del CO

2

(que es de 10.600nm),

se absorbe por completo por el agua en las primeras capas celulares.

Al utilizar haces potentes y concentrados de CO

2

, se produce una

vaporización explosiva de la superficie tisular diana, con una lesión

sorprendentemente escasa de las células subyacentes. Los láseres de

excímeros tienen un efecto muy preciso, porque producen luz ultra-

violeta que se absorbe de modo más intenso por el agua y otras

moléculas. Estos láseres tienen una gran utilidad para la cirugía

refractiva realizada en consulta. La luz infrarroja cercana de los

láseres de Nd:YAG de 1.064nm se absorbe menos por el agua, y el

haz se difunde varios milímetros, y se dispersa por un volumen de

tejido quizá de 100 a 1.000 veces mayor que por el que se difunde

el haz de CO

2

. Por tanto, la energía de un haz de Nd:YAG se dise-

mina de forma más amplia

( fig. 67-5 )

, lo que produce menos vapo-

rización y mayor coagulación térmica (es decir, un efecto de

cocción). Parte del efecto de esta coagulación masiva puede no ser

evidente hasta pasadas horas o días de la exposición.

La energía de un láser de Nd:YAG o de holmio aplicada a través

de una fibra óptica fina ha comenzado a sustituir a la electrodesecación

tradicional en la resección transuretral de la próstata (RTU). La impli-

cación anestésica de esta nueva modalidad consiste en una menor

incidencia de síndrome de RTU, porque se puede usar suero salino

como solución de irrigació

n 111

. Algunos autores recomiendan el uso

de anestesia tópica con un bloqueo prostático transperitoneal guiado

con el ded

o 112

en lugar del bloqueo subaracnoideo más tradicional.

Otro contexto desarrollado más recientemente alrededor de la energía

láser de Nd:Yag aplicada con fibras es la resección en consulta de la

papilomatosis y displasia laríngeas con el uso exclusivo de anestesia

tópic

a 113

. Otra aplicación para la cirugía ambulatoria en la vía respira-

toria es la uvulopalatoplastia con láser, cuya eficacia es al menos mode-

rada a la hora de reducir los síntomas de la apnea obstructiva del sueño.

La ausencia de tubo endotraqueal en estas intervenciones ambulatorias

disminuiría la probabilidad de incendio en la vía respiratoria, aunque

persiste el peligro de que ardan los paños quirúrgicos

(v. cap. 68 ).

La luz roja que produce un láser de rubí (694nm) se absorbe

mal, excepto por las células que contengan pigmentos oscuros. Las

luces verde y azul que producen los láseres gaseosos de argón (514

y 488nm) o kriptón (476, 521 y 568nm) se transmiten por el agua,

pero se absorben con intensidad por la hemoglobina, lo que permite

atravesar la piel o las estructuras oculares y coagular de forma

selectiva las zonas vasculares o pigmentadas. Aunque los láseres

que producen luz infrarroja o visible tienen sólo efectos térmicos

en los tejidos, los fotones que producen los láseres de excímeros

ultravioletas tienen suficiente energía para romper de modo directo

los enlaces químicos y producir ionización, que puede provocar

mutación y carcinogénesis.

La luz del láser de excímeros, a pesar de su alta energía por

fotón, se absorbe muy bien y puede enfocarse extremadamente

bien, lo que permite un control exquisito de la vaporización y

coagulación necesarias para la cirugía fotorrefractiva de la córnea.

La queratotomía fotorrefractiva y, más recientemente, la querato-

mileusis in situ asistida con láser se realizan en la actualidad en

clínicas ambulatorias tan sólo con anestesia tópica, como propara-

caína u oxibuprocaína. En ocasiones, los niños que presentan una

alteración refractiva grave también requieren una queratoplastia

con láser, para lo que se precisa anestesia general. En 2001, se des-

cubrió una interacción en un caso de este tipo, en el que el óxido

nitroso que se fugaba de una mascarilla facial absorbió una canti-

dad suficiente de un haz de fluoruro de argón a 193nm como para

tener que interrumpir la reparación fotorrefractiv

a 114 .

Durante muchos años, se ha afirmado que la irradiación con

láser de bajo nivel aumentaba la velocidad de curación de las

heridas por una supuesta estimulación de la función inmunitaria

y de la proliferación fibroblástica. En una revisión crítica de la

bibliografía al respecto realizada por la Agency for Healthcare

Research and Quality se encontraron pocas evidencias de su efica-

cia clínic

a 107 .

La luz láser también también se ha estudiado como

una estimulación inductora de analgesia cutánea, bien en zonas

dolorosas o en los puntos de acupuntura conocidos. En el mejor

de los casos, la evidencia de su eficacia es heterogéne

a 108 .

Otra aplicación de la luz láser es el uso de un rayo de

erbio:YAG

(2.930nm) para alterar la barrera cutánea de difusión y

aumentar la absorción de los fármacos tópico

s 109 .

Singer y cols

. 110

demostraron que un único pulso de un láser portátil seguido de la

aplicación durante 5 minutos de crema de lidocaína al 5% reducía

el dolor asociado a la colocación de una vía intravenosa casi en un

66% en comparación con el uso de un láser ficticio más la misma

exposición a la crema de lidocaína.

Riesgos de la utilización

del láser: normas y reglamentos

Los láseres son dispositivos tecnológicos potencialmente peligrosos,

por lo que su utilización clínica está sometida a ciertas regulaciones

federales y a normas de consenso voluntarias, para disminuir los posi-

bles riesgos. La Food andDrug Administration (FDA) estadounidense

controla la fabricación y la comercialización de los equipos de láser

Figura 67-5

 Las diferentes longitudes de onda de la luz láser producen

distintos patrones de destrucción tisular. El efecto destructivo de la luz láser

en los tejidos depende de los parámetros del láser y de factores tisulares.