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Cuidados intensivos pediátricos
y neonatales
Maurice S. Zwass y George A. Gregory
Puntos clave
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1.
Los niños en estado crítico atendidos en unidades de
cuidados intensivos pediátricas tienen un mejor pronóstico
en relación con los tratados en unidades de cuidados
intensivos no especializadas en el tratamiento de niños.
2.
El sistema nervioso autónomo presenta
predominantemente un tono vagal parasimpático al
nacer, que va cambiando de forma gradual hacia un tono
simpático en los niños mayores.
3.
Como el mecanismo de Frank-Starling es menos eficaz
en el recién nacido, se necesita una dependencia mayor,
aunque no exclusiva, de la frecuencia cardíaca para
mantener el gasto cardíaco.
4.
Las mejoras en las estrategias de ventilación en niños
con lesión pulmonar aguda han conducido a una
reducción de la mortalidad.
5.
La tecnología de los microprocesadores en los
ventiladores ha hecho posible el desarrollo de
modalidades de ventilación de volumen prefijado para
bebés y niños pequeños.
6.
Un grupo de trabajo multidisciplinario ha establecido
una serie de guías clínicas para el tratamiento médico
agudo de las lesiones traumáticas cerebrales graves en
los lactantes, niños y adolescentes.
7.
Las principales causas de muerte en niños de 1 a
14 años de edad son los accidentes y los traumatismos.
8.
Los sistemas de transporte pediátricos para cuidados
críticos no sólo aportan un medio para trasladar
pacientes graves a instituciones con más medios, sino
que también implican mantener una monitorización
apropiada en cuidados intensivos y el tratamiento del
paciente antes de abandonar el hospital de procedencia.
9.
La mortalidad atribuible al síndrome de la muerte súbita
del lactante se ha reducido a una tercera parte con la
puesta en marcha de la campaña «Dormir boca arriba».
10.
Las paradas cardiopulmonares en la población pediátrica
suelen manifestarse al principio en forma de
compromiso o parada respiratoria, que dan paso a una
parada cardíaca secundaria.
El principal objetivo de los cuidados intensivos pediátricos es pro-
porcionar la máxima vigilancia y soporte de los sistemas vitales a
los lactantes y niños con enfermedades en potencia mortales pero
agudas y amenudo reversibles. Adiferencia de los pacientes adultos,
pocos de los niños ingresados en una unidad de cuidados intensi-
vos pediátricos padecen trastornos orgánicos sistémicos crónicos
o degenerativos. La mayoría de estos niños tienen enfermedades
que pueden ser mortales pero que son reversibles o lesiones que si
reciben un tratamiento adecuado permiten que los niños regresen
a una vida normal y productiv
a 1.
Aunque los principios de los cuidados intensivos pediátricos
son similares a los de los adultos, el espectro de edad (que va de la
lactancia a la adolescencia) hace necesario que la plantilla de intensi-
vistas sea especialmente experta en la fisiología y la psicología del
desarrollo. Todos los niños con enfermedades críticas, con indepen-
dencia de su diagnóstico o de la subespecialidad por la que deban ser
atendidos, hande estar enunidades pediátricas. Se hanpublicado guías
de actuación específicas acerca de los criterios mínimos de las unida-
des de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) y otros servicio
s 2.
Los pacientes pediátricos ingresados en las UCIP ven redu-
cida su mortalidad en comparación con aquellos atendidos en uni-
dades de cuidados intensivos (UCI) no pediátrica
s 3. Los hospitales
sin unidades especializadas en el cuidado intensivo de pacientes
pediátricos deben plantearse seriamente trasladar a los niños en
estado crítico a una UCIP regional. Las UCIP regionales deben
contar con sistemas de transporte que faciliten el transporte seguro
y a tiempo de los niños en estado crítico a los centros de referencia.
Además, el centro regional debe proporcionar educación médica
continua en urgencias y cuidados críticos pediátricos a los médicos
y enfermeras de atención primaria que remiten a los paciente
s 4.
Organización de la unidad de
cuidados intensivos pediátricos
Los directores médicos y de enfermería, los administradores del
hospital y los representantes de pediatría, de anestesia, de cirugía
y de las subespecialidades de pediatría, son los responsables de la
política y de los procedimientos concernientes a la UCIP y han de
realizar recomendaciones acerca de las necesidades de la plantilla,
de la adquisición de equipamiento y de los cambios en el diseño y
estructuras de la unidad.
El director médico debe supervisar la calidad del cuidado
prestado a los pacientes, la clasificación de los pacientes, la
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