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Cuidados postoperatorios

VI

factores dependientes del paciente y de la anestesia más que de la

cirugí

a 4,5,8

.

Las NVPO son experiencias tan desagradables que muchos

pacientes las consideran peor que el dolor postoperatori

o 10 .

La

voluntad «de pagar» de sus bolsillos un tratamiento antiemético

eficaz para las NVPO ha sido medida en varios estudios y se esta-

blece en 56 dólares en Estados Unido

s 11

y 65 € en Europ

a 12

. La

prevención de las NVPO en pacientes de alto riesgo mejora signi-

ficativamente las tasas de bienestar y satisfacción posquirúrgica

s 13 .

Mientras que la experiencia de las NVPO suele ser autolimitada,

los vómitos/arcadas posquirúrgicos pueden originar complicacio-

nes raras pero graves, como la aspiración de contenido gástrico, la

dehiscencia de suturas, la rotura esofágica, el enfisema subcutáneo

o el neumotórax (la incidencia actual debida a NVPO no ha sido

aún cuantificada

) 14,15

. Las NVPO pueden demorar el alta de la

Unidad de Recuperación Postanestésica (URPA) y pueden ser

la causa de ingreso imprevisto tras una anestesia ambulatori

a 16 .

Los

gastos sanitarios anuales por NVPO se acercan a varios cientos de

millones de dólares, únicamente en Estados Unido

s 17,18

.

La necesidad contínua de mejorar el conocimiento, la pre-

vención y el tratamiento de las NVPO se ha visto reflejado en la

literatura: se han publicado más de 2.000 ensayos clínicos aleato-

rizados en revistas científicas y casi 200 nuevos estudios se publi-

can cada año. En parte, esto se debe al interés de la industria

farmacéutica en el desarrollo de nuevos y mejores tratamientos.

El propósito de este capítulo es proporcionar una revisión cientí-

fica de las NVPO que permita resolver las discrepancias entre las

creencias tradicionales y la evidencia disponible. Este conoci-

miento permitirá al lector tratar correctamente las NVPO en su

actividad diaria.

Etiología: vías para la náusea

y el vómito

La náusea y el vómito pueden inducirse a través de distintas vías

( fig. 76-1 ) 19,20

.

Materiales tóxicos en el lumen

gastrointestinal

La ingestión de sustancias tóxicas (p. ej., salino hipertónico o sulfato

de cobre) resulta en la liberación de serotonina (5-hidroxitripta-

mina [5-HT]) desde las células enterocromafines de la pared intes-

tina

l 21 .

Estas células contienenmás del 90%de la serotonina corporal

y parecen liberarla bajo varios estímulos químicos y mecánicos. La

serotonina también puede liberarse de forma indirecta a través de

los receptores M

3

,

b

-adrenoceptores y receptores H

3

; en cambio, la

estimulación de los receptores GABA

B

, los receptores 5-HT

4

y los

a

2

-adrenoceptores y la presencia del polipéptido intestinal vasoac-

tivo y de somatostatina parecen reducir la liberación de seroto-

nin

a 19 .

La serotonina se secreta cerca de las terminaciones aferentes

del nervio vagal de la pared intestinal para transportarse hasta la

zona dorsal del tronco a través del núcleo del tracto solitario, como

se ha observado en modelos animales en los que una vagotomía

bloquea la emesis inducida por cisplatin

o 22 .

Sin embargo, las grandes

cantidades de serotonina liberadas por tumores carcinoides neu-

roendocrinos resultan en rubor, diarrea, dificultad respiratoria y

calambres abdominales, pero no suelen provocar náuseas y vómitos.

Esto sugiere que los estímulos serotoninérgicos emetogénicos están

mediados principalmente a través del sistema nervioso autónomo

en lugar del torrente sanguíneo. Por tanto, a pesar de que la secre-

ción renal de ácido 5-hidroxiacético (un metabolito de la serotonina

con una vida media mucho más larga) se asocia con NVPO tras una

cirugía abdomina

l 23 ,

no está clara la relación causal con las NVPO.

Toxinas y fármacos absorbidos

Las toxinas y fármacos absorbidos que circulan en sangre pueden

provocar náusea y vómito a través de la estimulación de la zona

percutora del quimiorreceptor (ZPQ

) 24 .

La ZPQ se localiza en

el área postrema, un órgano circunventricular en la parte inferior del

cuarto ventrículo. Aunque la ZPQ se aloja anatómicamente en el

sistema nervioso central, su endotelio específicamente permeable (es

decir, que no posee barrera hematoencefálica) le permite detectar

sustancias emetógenas en el torrente sanguíneo como si se tratase de

Figura 76-1

 Vías para la náusea y el vómito. La línea de puntos indica vías hipotéticas con evidencia indirecta. (

Creada por Christian Apfel, MD, PhD.

)