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dolor mediante su propia incapacidad para comunicar el dolor o

tomar medicaciones de tipo opioide. Los pacientes ancianos presen-

tan una mayor incidencia de alteraciones cognitivas (p. ej., depresión,

demencia) que puede interferir en el tratamiento eficaz del dolo

r 171 .

Una de las más devastadoras complicaciones en los pacientes

ancianos quirúrgicos es el delirio postoperatorio, que se asocia a

un aumento en las tasas de mortalidad y a estancias hospitalarias

más larga

s 175 .

Se desconoce su causa, aunque se cree que está pro-

ducido por un desequilibrio de neurotransmisores (acetilcolina y

serotonina) en presencia de una reserva neurofisiológica dismi-

nuida y de mediadores inflamatorio

s 176 .

Aunque la causa del delirio

postoperatorio es multifactorial, el dolor postoperatorio incon-

trolado puede representar un factor contribuyente esencial en su

desarroll

o 177 .

Valoraciones más elevadas del dolor predicen un

declive del estado mental y un aumento del riesgo de deliri

o 178 .

Salvo la meperidin

a 178 ,

el resto de opioides no se ha asociado al

desarrollo de delirio postoperatori

o 177,179 .

Un abordaje analgésico

multimodal puede resultar útil en pacientes ancianos, pero debe

utilizarse con precaución, ya que las reacciones farmacológicas

adversas aumentan en el anciano (en mayor medida que en pacien-

tes más jóvenes) conforme crece el número de medicaciones admi-

nistradas. Aunque los beneficios de las técnicas de anestesia regional

sobre la función cognitiva postoperatoria no están claros, el uso

postoperatorio de analgesia epidural puede disminuir el delirio postoperatorio, en parte a través de una analgesia superior y una

reducción de las complicaciones pulmonares.

Pacientes con tolerancia a opioides

El dolor postoperatorio puede ser muy difícil de controlar en el

paciente con tolerancia a opioides debido a que los abordajes están-

dar utilizados para la valoración y la terapia en los pacientes sin

tratamiento previo con opioides no son adecuados para los pacien-

tes con tolerancia a opioides. Aunque los pacientes con tolerancia a

opioides suelen necesitar mayores dosis de medicaciones analgési-

cas en el período postoperatorio inmediato, mucho personal sani-

tario continúa sin proporcionar un alivio adecuado del dolor

postoperatorio, en parte debido al temor de la adicción o de los

efectos secundarios relacionados con la medicación. Al tratar a

pacientes con uso crónico de opioides, el personal sanitario a

menudo intercambia de forma errónea varios términos farmacoló-

gicos (tolerancia, dependencia física y adicción), una práctica que

puede dar lugar a errores y a decisiones terapéuticas inapropiadas.

La

tolerancia

se refiere a una propiedad farmacológica de un

opioide en virtud de la cual se requiere que se aumente la cantidad

para mantener un nivel determinado de analgesia. La

dependencia

física

es otra propiedad farmacológica de los opioides caracterizada

por la aparición de un síndrome de abstinencia con la interrupción

brusca del opioide o la administración de un antagonista. La tole-

rancia y la dependencia física son propiedades farmacológicas de los

opioides y no constituyen un sinónimo del estado psicológico abe-

rrante o las conductas asociadas a la

adicción,

una alteración crónica

caracterizada por el uso compulsivo de una sustancia que provoca

un daño físico, psicológico o social en el usuario y que continúa a

pesar del daño. El temor exagerado de la adicción contribuye al

infratratamiento del dolor postoperatorio por parte del personal

sanitario; sin embargo, los datos sugieren que existe un riesgo

mínimo de adicción iatrogénica con el uso de opioides para el control

del dolor en pacientes sin una historia previa de adicció

n 180,181

.

Para la valoración y el tratamiento del dolor en el postope-

ratorio del paciente con tolerancia a opioides pueden aplicarse

varios principios. El médico debería esperar unas autovaloraciones

altas del dolo

r 182 ;

basar las decisiones del tratamiento en la valora-

ción objetiva del dolor (p. ej., capacidad para respirar profunda-

mente, toser, deambular) junto con las valoraciones del dolor

hechas por el propio pacient

e 182 ;

reconocer la necesidad de identi-

ficar y tratar dos problemas principales (el mantenimiento de unas

necesidades basales de opioides y el control del dolor incisional), y

reconocer que la desintoxicación no suele ser un objetivo apro-

piado en el período postoperatorio. Asimismo, pueden emplearse

varias estrategias generales para el tratamiento del dolor postope-

ratorio en los pacientes con tolerancia a opioides. El médico puede

crear con anterioridad un plan de tratamiento que deberá discutir

con el paciente, el equipo quirúrgico y el personal de enfermería;

reemplazar los niveles basales del paciente o sus necesidades basales

de forma postoperatoria; anticipar un aumento de las necesidades

analgésicas postoperatorias de opioide

s 182 ;

maximizar la utilización

de fármacos coadyuvantes; considerar el uso de técnicas de anal-

gesia regional, y planear la transición hacia un tratamiento oral.

Aunque dolor crónico no es sinónimo de tolerancia a opioides,

muchos pacientes tienen tolerancia a los opioides, y pueden apli-

carse los mismos principios generales y estrategias para los pacien-

tes con dolor crónico con tolerancia a opioides. Reconocer y tratar

los orígenes no nociceptivos de dolor puede ser fundamental en

los pacientes con dolor crónic

o 160 .

Aunque no existe un umbral específico o un marco temporal

para que un paciente genere tolerancia a opioides, después de

identificar a un paciente con tolerancia debe crearse una estrategia

perioperatoria para el control del dolor postoperatorio, y habrá de

discutirse con el paciente. Ésta puede consistir en anticipar o pre-

parar una estancia hospitalaria más larga de lo normal, consultar

con el servicio de anestesiología o el servicio de dolor y confirmar

la ingesta diaria de opioides por parte del paciente para facilitar el

cálculo de las necesidades basales o de mantenimiento de opioides

del mismo en el período postoperatorio. La administración sólo de

un tratamiento analgésico a demanda para los pacientes con tole-

rancia a opioides es muy desaconsejable, ya que la sustitución de

las necesidades de opioides basales en el período postoperatorio

puede optimizar el alivio del dolor y posiblemente evitar la absti-

nencia a opioides. Las necesidades basales de opioides pueden

administrarse de forma sistémica (por lo general de forma intra-

venosa o transdérmica), hasta que el paciente tolere un régimen

analgésico ora

l 28 .

Por ejemplo, el 50-100%de las necesidades basales

de opioides del paciente pueden administrarse como una infusión

continua que forme parte de un régimen con PCA intravenosa, con

una dosis de demanda a fin de cubrir el dolor incisional adicional.

Las tablas de conversión

( tabla 77-7

) pueden facilitar la conversión

2540

Cuidados postoperatorios

VI

Tabla 77-7

 Recomendaciones para la dosificación equianalgésica

de agonistas opioides

Fármaco

Dosis equianalgésica (mg)

Parenteral

Oral

Morfina

10

30

Codeína

130

200

Fentanilo

0,1

Hidromorfona

1,5-2

6-7,5

Levorfanol

2

4

Meperidina

75

300

Metadona

10

20

Oxicodona

15

20-30

Oximorfona

1

Las dosis equianalgésicas son aproximadas, y se intenta que sirvan sólo como una

estimación de las necesidades de opioides. Las dosis reales pueden variar, en parte

debido a la gran variabilidad interpaciente en la respuesta a los opioides. Las dosis

deben individualizarse y dosificarse de forma gradual hasta el efecto.