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© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

pasada, con el aumento en la incidencia de hematomas espinales

después de la introducción de las heparinas de bajo peso molecular

en EE.UU. en 1993. Por lo general, la incidencia de hematoma

espinal se estimaba en aproximadamente 1 por cada 150.000 en los

bloqueos epidurales, con una incidencia menor de 1 por cada

220.000 en los bloqueos espinale

s 135 .

Antes de su introducción en

EE.UU., las heparinas de bajo peso molecular se utilizaron en

Europa sin problemas significativos; sin embargo, la incidencia de

hematoma espinal llego a ser de 1 por cada 40.800 en anestesias

espinales y 1 por cada 6.600 en anestesias epidurales (1 por cada

3.100 para analgesia epidural postoperatoria) en EE.UU. entre 1993

y 199

8 136

. La estimación de la mayor incidencia de hematomas

espinales después de la retirada de catéteres epidurales se basa en

parte en los datos de la Food and Drug Administration’s MedWatch,

que sugieren que la retirada del catéter epidural puede constituir

un proceso traumático, aunque esto todavía es un tema relativa-

mente controvertid

o 137 .

Los distintos tipos y clases de anticoagulantes tienen dife-

rentes propiedades farmacocinéticas que afectan en el momento

de la inserción de la aguja o el catéter neuroaxial y en la retirada

del catéter. A pesar de los estudios observacionales y retrospecti-

vos que investigan la incidencia de hematomas espinales en el

contexto de diversos anticoagulantes y técnicas neuroaxiales, no

existe una conclusión definitiva respecto a la absoluta seguridad

de la anestesia neuroaxial y la anticoagulación. La American

Society of Regional Anesthesia and Pain Medicine (ASRA)

enumera una serie de declaraciones de consenso que se basan en

la literatura disponible para la administración (inserción y reti-

rada) de las técnicas neuroaxiales en presencia de diversos anti-

coagulantes, como los anticoagulantes orales (warfarina), agentes

antiplaquetarios, trombolíticos-fibrinolíticos, heparina estándar

no fraccionada y heparina de bajo peso molecula

r 138

. Las declara-

ciones de consenso de la ASRA comprenden los conceptos de que

el momento de la inserción de la aguja o el catéter neuroaxial o

la retirada debe reflejar las propiedades farmacocinéticas del anti-

coagulante específico, que lamonitorización neurológica frecuente

es esencial, que el uso concurrente de múltiples anticoagulantes

puede aumentar el riesgo de hemorragia y que el régimen analgé-

sico debe ajustarse para facilitar la monitorización, que puede

continuarse en algunos casos durante las 24 horas siguientes a la

retirada del catéter epidural. Una versión actualizada de las decla-

raciones de consenso de la ASRA sobre anestesia neuroaxial y

anticoagulació

n 138

puede encontrarse en su página web

( www. asra.com )

, y algunas de estas declaraciones se dirigen a los anti-

coagulantes más recientes.

Las infecciones asociadas a la analgesia epidural postope-

ratoria pueden originarse en fuentes exógenas o endógena

s 74 .

Las

infecciones graves (p. ej., meningitis, absceso espinal) asociadas a

la analgesia epidural son raras (

<

1 por cada 10.000

) 139 ,

aunque

algunos investigadores publican una incidencia mayor (aproxi-

madamente 1 por cada 1.000-2.000

) 139 .

Un examen más profundo

de los estudios que publican una incidencia mayor de abscesos

epidurales revela que los pacientes tenían una duración de la

analgesia epidural relativamente más larga o la presencia de

inmunocompromiso o complicaciones por enfermedades coexis-

tentes (p. ej., tumor, traumatismo

) 74,140

. El uso de la analgesia

epidural en la población quirúrgica general con una duración

típica de cateterismo postoperatorio (alrededor de 2 a 4 días) en

general no se relaciona con la formación de abscesos epidurale

s 98 .

Un ensayo sobre analgesia epidural postoperatoria (cateterismo

medio de 6,3 días) en más de 4.000 pacientes quirúrgicos onco-

lógicos no reveló ningún absces

o 122 .

Incluso a pesar de que las

complicaciones infecciosas graves parecen ser raras en infusiones

epidurales a corto plazo (

<

4 días), puede existir una incidencia

relativamente mayor de inflamación superficial o celulitis (4-14%)

e incluso una mayor tasa de colonización del catéter (20-35%),

con una proporción de cultivos positivos que aumenta con la

duración del cateterismo; no obstante, la tasa de colonización del

catéter puede no ser un buen factor predictivo de infección del

espacio epidural

141 .

Aunque la analgesia epidural puede proporcionar una anal-

gesia postoperatoria superior, la migración del catéter epidural

fuera del espacio epidural y dentro de los espacios intratecal, intra-

vascular o subcutáneo disminuye la eficacia de esta técnica. La tasa

de fallo (p. ej., dejar de usar el catéter antes de lo previsto por

cualquier razón, colocación de un catéter no funcionante) varía

aproximadamente entre un 6 y un 25%, con muchos centros que

publican una tasa del 10-20%, aunque la incidencia real de la salida

prematura del catéter epidural puede ser menor (media, 5,7%; IC

del 95%: 4-7,4%

) 66,98,122 .

Por fortuna, la tasa de migración intratecal

(

0,15%) e intravascular (0,07-0,18%) de un catéter epidural es

mucho menor que la tasa de fall

o 142 .

A pesar de la menor frecuencia

de aparición de migración intravascular e intratecal de los catéteres

epidurales postoperatorios, el uso de una dosis de prueba que

contenga adrenalina, la administración de anestésicos locales en

dosis fraccionadas y la aspiración del catéter antes de la adminis-

tración de bolos de anestésicos locales pueden prevenir las com-

plicaciones (p. ej., espinal alta o total, convulsiones, neurotoxicidad)

asociadas a la administración accidental de anestésicos locales

dentro del espacio intravascular e intrateca

l 74

. La cuestión de si un

síndrome compartimental de la extremidad inferior puede enmas-

cararse mediante el uso de un régimen analgésico epidural basado

en anestésico local no está resuelta, ya que el uso de analgesia sis-

témica con opioides también se ha relacionado con un retraso

diagnóstico del síndrome compartimenta

l 143 .

Analgesia regional periférica

El uso de técnicas analgésicas regionales periféricas como una

inyección única o una infusión continua puede proporcionar una

analgesia superior si se compara con opioides sistémico

s 144 ,

y puede

incluso dar lugar a una mejoría de varios resultado

s 145 .

Puede uti-

lizarse una diversidad de técnicas de infiltración de heridas y téc-

nicas regionales periféricas (bloqueos de plexo braquial, plexo

lumbar, nervioso femoral, ciático-poplíteo y de cuero cabelludo)

para mejorar la analgesia postoperatoria. Las técnicas regionales

periféricas pueden tener varias ventajas sobre los opioides sistémi-

cos (p. ej., de analgesia superior y disminución de los efectos secun-

darios relacionados con opioides) y sobre las técnicas neuroaxiales

(reducción del riesgo de hematoma espinal

) 146 .

La inyección en una vez de un bolo de anestésico local en

las técnicas regionales periféricas puede utilizarse principalmente

para la anestesia intraoperatoria o como adyuvante para la analge-

sia postoperatoria. Si se comparan con placebo, los bloqueos ner-

viosos periféricos con anestésico local proporcionan una analgesia

superior y están asociados a un menor uso de opioides, disminu-

ción de los efectos secundarios relacionados con opioides y mayor

satisfacción del pacient

e 146 .

La duración de la analgesia postopera-

toria que resulta del anestésico local en el bloqueo nervioso peri-

férico varía, peropuede durar hasta 24horas después de la inyección.

Los anestésicos locales pueden también proporcionar una analge-

sia eficaz por infiltración de la herida de forma postoperatoria en

una diversidad de procedimiento

s 147,148 .

Las infusiones continuas de anestésicos locales pueden

administrarse a través de catéteres nerviosos periféricos. Compa-

rado con los opioides sistémicos, el uso de infusiones continuas o

analgesia periférica controlada por el paciente se traduce en una

analgesia superior, disminución de los efectos secundarios rela-

cionados con opioides y mayor satisfacción del pacient

e 144,146

. Los

parámetros óptimos (es decir, concentración de anestésicos

locales, opioides, adyuvantes, y continua frente a PCA frente a

Dolor postoperatorio agudo

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Sección VI

Cuidados postoperatorios