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Fluidoterapia intravascular postoperatoria

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Sección VI

Cuidados postoperatorios

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

transcapilar menor (debido a la mayor permeabilidad a las proteí-

nas). La consecuencia es un pequeño gradiente que favorece la fil-

tración, ligeramente mayor que en los músculos esquelético

s 2 .

El

menor gradiente de presión oncótica transcapilar a través de la

membrana capilar alveolar tiene importantes implicaciones clínicas

porque los cambios de la presión oncótica plasmática apenas afectan

a la velocidad de filtración. Como ejemplo, podríamos predecir que

una disminución de la concentración plasmática de albúmina favo-

recería el movimiento de líquido en el intersticio como consecuen-

cia de la menor presión oncótica plasmática. No obstante, si el inicio

de la hipoalbuminemia es subagudo o crónico, la presión oncótica

intersticial experimentará un declive paralelo, atribuible en parte a

un menor movimiento de la albúmina desde el espacio vascular al

intersticio. Por esta razón, en caso de hipoalbuminemia leve omode-

rada, el efecto neto es un gradiente no modificado de presión oncó-

tica transcapilar sin el desarrollo de edema pulmonar.

Homeostasia de los líquidos corporales

En circunstancias normales, el contenido de agua y electrólitos del

organismo se mantiene dentro de límites estrechos porque las varia-

ciones en la ingestión de alimentos coinciden exactamente con los

correspondientes cambios de la excreción urinaria. No obstante, es

importante comprender los posibles efectos fisiológicos de las alte-

raciones en el equilibrio hídrico o de los solutos, porque éstas son

frecuentes en el período perioperatorio. Dos mecanismos diferentes

mantienen la homeostasia de los líquidos corporales: la regulación

del volumen y la osmorregulación

( tabla 78-2

). La preservación de

una volemia efectiva es decisiva para una perfusión tisular ade-

cuada, y el mantenimiento de una osmolalidad fisiológica es básico

para la mejor función celular.

Regulación de la volemia (volumen intravascular)

El volumen circulante o volemia efectiva es una entidad no men-

surable y hace referencia a la parte del LEC que perfunde los teji-

do

s 3 .

En circunstancias fisiológicas, la volemia efectiva depende del

volumen de LEC, varía directamente con él y ambos parámetros

son proporcionales al contenido corporal total de Na

+

. Por tanto,

el mantenimiento de una volemia efectiva se relaciona principal-

mente con la regulación del balance del Na

+

.

En el organismo, tres grupos de barorreceptores que detectan

los cambios de presión o el estiramiento más que el volumen miden

y regulan indirectamente la volemia efectiva. En primer lugar, los

receptores presentes en los senos carotídeos y el cayado aórtico

regulan la actividad simpática y, hasta un menor grado, la liberación

de arginina-vasopresina (AVP, antiguamente hormona antidiuré-

tica). Puesto que estos receptores detectan indirectamente el flujo

sanguíneo cerebral, su principal objetivo es mantener la perfusión

cerebral. En segundo lugar, los receptores del aparato yuxtaglomeru-

lar de los riñones (arteriola aferente glomerular) y de la mácula densa

afectan al equilibrio del volumen influyendo en la actividad del

sistema renina-angiotensina-aldosterona y la liberación de endote-

lina y óxido nítrico. En tercer lugar, las aurículas y los ventrículos

pueden liberar péptidos natriuréticos en respuesta a una mayor

presión de la pared como consecuencia de una hipervolemia. Estos

sistemas efectores se abordarán con detalle más adelante (v. «Siste-

mas efectores de regulación del volumen y osmorregulación»).

Osmorregulación

Capaces de detectar un cambio de la tonicidad del 1-2%, los osmo-

rreceptores localizados en el hipotálamo mantienen en unos estre-

chos límites (275-295mOsm/kg) la osmolalidad plasmática normal

(Posm). Ésta se determina en el laboratorio analizando el punto de

congelación del plasma (el punto de congelación de una solución

se correlaciona inversamente con la cantidad de partículas activas

osmóticas). Además, puede calcularse del modo siguient

e 4

:

Osmolalidad plasmática(mOsm/kg) = 2 × [Na

+

] + [urea] + [glucosa]

Na

+

se multiplica por el factor 2 para tener en cuenta los aniones

acompañantes que proporcionan la electroneutralidad (principal-

mente Cl

y HCO

3

). La urea y la glucosa se introducen en milimoles

por litro (mmol/l) (si se documentan en miligramos por decilitro,

tienen que convertirse en mmol/l [es decir, BUN/2,8 y glucosa/18]).

Excepto en enfermedades como la diabetes mellitus y la insuficiencia

renal, las contribuciones de la urea y la glucosa a la Posm son peque-

ñas. No obstante, para calcular la osmolalidad efectiva, la fórmula

puede reescribirse omitiendo la concentración de urea, ya que es un

osmol inefectivo, como se ha mencionado antes. El hiato osmolar en

plasma (es decir, la osmolalidad plasmática determinada en el labo-

ratorio menos la calculada; normal

<

10mOsm/kg) aumenta en

algunas situaciones clínicas en presencia de grandes cantidades de

sustancias activas osmóticas. Las causas de aumento del hiato

osmolar pueden recordarse con la ayuda mnemotécnica en inglés

I AM DEEEP

(alcohol Isopropílico, Acetona, Metanol, Diuréticos

[p.ej.,manitol],Etanol[alcohol],Etilenglicol,éterEtílico,Paraldehído).

Un aumento del hiato osmolar puede acompañarse de alteraciones

acidobásicas. Para considerar una lista de las causas que de otro

modo se pueden pasar por alto, es necesaria una valoración adicio-

nal del estado acidobásico que incluye el cálculo del hiato aniónico,

es decir, Na

+

– (Cl

+ HCO

3

) (límites normales: 8-16mEq/l). Un

aumento del hiato aniónico combinado con una acidosis metabólica

puede ser consecuencia de la ingestión de metanol, alcohol, etilen-

glicol y paraldehído. Otras causas incluyen la acidosis láctica,

cetoacidosis diabética, uremia y uso excesivo de salicilatos.

La regulación de la natremia y, por tanto, de la osmolalidad

plasmática, tiene lugar mediante cambios de la ingestión (a través

de la sed) y excreción (a través de la AVP) de agua. Aunque resulta

tentador suponer que el mantenimiento de la natremia debe rela-

cionarse con el equilibrio del Na

+

, no es así. Las alteraciones del

equilibrio del Na

+

se usan para mantener el volumen plasmático y

la perfusión tisular, no la natremia.

Sistemas efectores de regulación

del volumen y osmorregulación

Sistema nervioso simpático

El tono neural simpático y la secreción de catecolaminas de lamédula

suprarrenal (noradrenalina y adrenalina) son los reguladores clave

Tabla 78-2

 Regulación del volumen y osmorregulación

Regulación del volumen

Osmorregulación

Variables

Volumen circulante efectivo

Osmolalidad plasmática

Sensores

Barorreceptores

Osmorreceptores

Localización Seno carotídeo, cayado aórtico

Arteriola glomerular aferente

Aurículas, ventrículos

Hipotálamo (núcleo

supraóptico y

paraventricular)

Efectores

Sistema nervioso simpático

Renina-angiotensina-aldosterona

Hormonas natriuréticas

Natriuresis de presión

Arginina vasopresina

Sed

Arginina vasopresina

Resultados Excreción de sodio

Ingesta y excreción de

agua