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Se han identificado dos clases de receptores de la AVP: recep-

tores V2 y V1a/b (V2R y V1a/bR, respectivamente), que son recepto-

res acoplados a la proteína G de siete dominios transmembrana. Los

V2R se localizan principalmente en la membrana apical de las células

que revisten los túbulos colectores del riñón (en especial, en la cortical

y en la membrana externa de los túbulos colectores medulares). La

estimulación de estos receptores da lugar a la inserción de aguaporina

2 (canales de agua) en la membrana celular, lo que permite que el

agua sea reabsorbida a través de un gradiente osmótico y media la

respuesta antidiurética de AVP. La activación de V1aR induce vaso-

constricción y un aumento de la producción de prostaglandinas

renales (en particular, prostaglandina E

2

y prostaciclina), y la estimu-

lacióndeV1bR facilita la liberacióndeACTHpor la hipófisis. Cuando

es secretada en el plasma, la AVP es metabolizada rápidamente en el

hígado y los riñones (semivida en circulación: 15-20min

) 11 .

La sed es el mecanismo más importante para la ingestión de

agua en el paciente que conserva la consciencia. La osmolalidad

plasmática y el volumen circulante efectivo son los principales

determinantes de la regulación del mecanismo de la sed. Además,

otras señales pueden estimularla (p. ej., angiotensina II y relaxina)

o inhibirla (p. ej., ANP

) 12 .

Homeostasia hídrica del período

postoperatorio

El mantenimiento de un equilibrio hídrico óptimo constituye un

reto en el período perioperatorio. Tras un período de ayuno deter-

minado, los pacientes llegan al quirófano con un balance negativo.

La intervención puede provocar una hemorragia, pérdidas hídricas

por evaporación y secuestro del líquido en el tercer espacio. Además,

la anestesia puede afectar al equilibrio hídrico por las interaccio-

nes de los anestésicos con la fisiología y distribución normal de los

líquidos; por ejemplo, la anestesia neuroaxial puede inducir una

simpaticólisis con vasoplejía de la parte declive del cuerpo. Además,

la regulación del equilibrio hídrico por la sed es ineficaz en el

período perioperatorio porque los pacientes no están por completo

despiertos y en estado de alerta. Aunque los déficit hídricos que se

presentan se reponen durante la intervención con diversos líquidos

(cristaloides, coloides y hemoderivados), las alteraciones de la

homeostasia hídrica son frecuentes cuando el paciente llega al lugar

de reanimación (p. ej., sala de reanimación, unidad de cuidados

intermedios o unidad de cuidados intensivos).

El objetivo de la fluidoterapia en el período postoperatorio

es proporcionar la cantidad y tipo óptimo de líquido al paciente.

Por tanto, el paciente debe permanecer euvolémico con una distri-

bución normal de electrólitos. La hipovolemia y la hipervolemia

son los extremos de la alteración del equilibrio hídrico y se abor-

darán en esta sección, porque la fisiopatología de estos síndromes

clínicos debe conocerse con detalle para obtener una fluidoterapia

óptima. En este capítulo se presta atención al equilibrio hídrico y

no al electrolítico. Para una consulta adicional sobre el equilibrio

electrolítico, véase el capítulo 44.

Hipovolemia

La hipovolemia

absoluta

o depleción verdadera del volumen, en

general hace referencia a un estado de pérdida combinada de agua

y Na

+

que supera la ingestión o administración de líquidos y da

lugar a una disminución del volumen de LEC. En comparación,

la deshidratación guarda relación con una pérdida de agua aislada

que se traduce en un aumento de la concentración plasmática de

Na

+

y un déficit intracelular posterior de agua (movimiento osmó-

tico de agua desde el compartimento LIC a LEC). Por otra parte,

la hipovolemia

relativa

hace referencia a un estado caracterizado

por una disminución del volumen circulante efectivo, pero con un

volumen normal o expandido de LEC. En función del paciente

(edad, estado físico y enfermedades coexistentes), un cierto grado

de depleción del volumen suele ser bien tolerado. No obstante, con

un aumento del grado de hipovolemia (absoluta o relativa) y una

deshidratación progresiva, la perfusión tisular puede limitarse,

dando lugar a un síndrome clínico denominado shock

( tabla 78-4 )

.

El aporte de oxígeno deja de ajustarse a las necesidades de oxige-

nación tisular y se desarrolla una acidosis metabólica. En el estadio

inicial, la acidosis es consecuencia de una disminución del aclara-

miento (no sobreproducción) de lactato por el hígado, riñones y

músculo esquelétic

o 13

. No obstante, a medida que el shock progresa

y se desarrolla insuficiencia circulatoria con hipoxia tisular,

aumenta el metabolismo anaeróbico con una mayor producción de

lactato, lo que agrava la acidemia. A pesar de que, inicialmente, los

efectos de la perfusión tisular insuficiente son reversibles, la priva-

ción prolongada de oxígeno provoca una hipoxia celular generali-

zada y la alteración de los procesos bioquímicos decisivos, incluida

la alteración de la función de las bombas iónicas de la membrana

celular, edema intracelular y extravasación del contenido intrace-

lular al espacio extracelular. Estas anomalías rápidamente son irre-

versibles y dan lugar secuencialmente a la muerte celular, lesión de

Fluidoterapia intravascular postoperatoria

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Sección VI

Cuidados postoperatorios

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Tabla 78-4

 Causas de deterioro del volumen circulante efectivo

y clasificación de los síndromes caracterizados por shock

Fisiopatología

Síndrome clínico

Disminución del volumen de LEC

Shock hipovolémico

Pérdida extrarrenal de volumen/Na

+

  Piel y aparato respiratorio

  Gastrointestinal

  Secuestro en el tercer espacio

Shock no hemorrágico

  Hemorragia

Shock hemorrágico

Pérdida renal de volumen/Na

+

  Diuresis osmótica, diuréticos

  Nefropatías perdedoras de sal

  Hipoaldosteronismo

  Diabetes insípida

Shock no hemorrágico

Expansión o volumen normal de LEC Shock cardiogénico,

distributivo

Patología cardíaca y extracardíaca

  Miocardio: insuficiencia de la bomba

  Mecánica: valvulopatías, defecto septal

ventricular, tumores

  Arritmias

  Extracardíaca (obstructiva):

enfermedades del pericardio, embolia

pulmonar masiva, hipertensión

pulmonar aguda, neumotórax a tensión

Shock cardiogénico

Redistribución de líquidos

 Shock distributivo

  SRIS, sepsis

  SRIS, shock séptico

  Toxinas bacterianas y otras

  Síndrome del shock tóxico

  Anafilaxia y reacciones anafilactoides

  Shock anafiláctico

  Lesión del sistema nervioso central o de

la médula espinal

  Shock neurogénico

  Coma mixedematoso, crisis addisoniana  Shock endocrino

  Hepatopatía crónica

SRIS, síndrome de respuesta inflamatoria sistémica.