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con alteraciones de la anatomía facial pueden estar más predispuestos

a sufrir lesiones por la presión externa causada por las máscaras de

anestesia o los reposacabezas. En la osteogénesis imperfecta las

cubiertas fibrosas del globo ocular son delgadas e inmaduras debido

al déficit de las fibras de colágeno, la persistencia de las fibras de

reticulina y el aumento de los mucopolisacáridos. Las córneas y las

escleras son muy finas y el exoftalmos es un hallazgo frecuente como

resultado de las alteraciones óseas de la cara. Estos factores hacen que

el ojo sea más vulnerable al daño producido por la presión externa.

Los pacientes de raza asiática suelen presentar un puente nasal más

bajo, lo que puede aumentar el riesgo de compresión extern

a 30 .

La posición inadecuada de la cabeza con aplicación de

presión externa sobre los ojos puede comprimir el contenido ocular

y por tanto, obstruir el flujo sanguíneo retiniano. La mayoría de los

casos descritos de posicionamiento inadecuado correspondían a

pacientes en los que la cirugía se realizó en la posición en decúbito

prono. Se han descrito dos casos de OACR asociados con la adap-

tación inadecuada de la mascarilla de anestesia. La OACR se

observó tras administrar anestesia por inhalación con mascarilla

asociada a abrasión corneal, quemosis y edema palpebral. Algunos

pacientes presentaban hipotensión arterial grave o se encontraban

en estado de shoc

k 31,32

. Casos como los descritos, ocurridos hace

más de 50 años, no han vuelto a producirse de nuevo, bien sea por

cambios en las prácticas anestésicas o en el instrumental.

El ojopuede verse comprimidodirectamente cuando el paciente

es colocado en decúbito prono para ser intervenido quirúrgicamente.

El reposacabezas en herradura es especialmente peligroso, porque la

colocación incorrecta de la cabeza o el movimiento inadvertido de la

cabeza pueden colocar el ojo en contacto con el reposacabezas. Los

reposacabezas en herradura u otros similares (p. ej., reposacabezas

rectangulare

s 33

) fueron empleados en la mayoría de los casos descritos

de OACR en pacientes sometidos a intervenciones quirúrgicas en

posición de decúbito pron

o 30,34,35

. Kumar y cols

. 36

revisaron los casos

publicados de OACR tras cirugía raquídea. Los síntomas y los signos

fueron la pérdida de visión unilateral, generalmente con pérdida de la

percepción de la luz, el defecto pupilar aferente, el edema palpebral y/o

periorbitario, la quemosis, la proptosis, la ptosis, las parestesias de la

regiónsupraorbitaria,laturbidezcornealylaabrasióncorneal.También

se observaron casos con pérdida de los movimientos oculares, equi-

mosis u otros traumatismos próximos al ojo. En la exploración del

fondo de ojo se observó edema macular/retiniano, mancha rojo cereza

o atenuación vascular retiniana. Dos publicaciones que describían los

casos de 4 pacientes que sufrieron compresión externa observaron la

aparición de alteraciones pigmentarias retinianas, sugestivas de isque-

mia circulatoria coroidea simultáne

a 37,38 .

La obtención precoz de una

tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RM)

orbitaria puso de manifiesto la existencia de proptosis y tumefacción

de los músculos extraoculares, aunque en la mayoría de los casos no

se realizaron técnicas de imagen para confirmar el diagnóstic

o 36 .

Los

hallazgos fueron similares a los observados en el síndrome de «retino-

patía de la noche del sábado», que se observa en personas con intoxi-

cación etílica que durante el sueño han sufrido compresión ocula

r 39 .

Hollenhorst y cols., que describieron casos de ceguera uni-

lateral en pacientes colocados en la posición de decúbito prono

durante una intervención de neurocirugía realizaron estudios en

monos para ver si se repetían los hallazgos observados en humanos;

para ello elevaron la PIO durante 60 minutos ejerciendo una

presión de 200 mmHg, a la vez que inducían un cuadro de hipo-

tensión. La hipotensión no se encontraba presente en 6 de los

8 pacientes humanos de su trabajo. En el mono, las alteraciones

anatomopatológicas observadas fueron el edema retiniano y la

dilatación de los canales vasculares, seguido de la desestructura-

ción importante de la arquitectura retiniana y la pérdida axonal en

los nervios ópticos 4 meses más tarde, debido a la degradación

retrógrada secundaria a la muerte de las células ganglionare

s 35

.

Los estudios más recientes sobre los efectos de la elevación de la

PIOse han realizado en roedores. Bui y cols. hanobservadoque durante

las elevaciones agudas de la PIO los cambios en la función visual de las

ratas, valorados mediante electrorretinografía, progresaban de la retina

interna a la externa. En otras palabras, las células ganglionares retinia-

nas fueron las más sensibles a la elevación de la PIO, observándose

alteraciones en el electrorretinograma (ERG) con valores de PIO de

30-50mmHg. Los fotorreceptores no se afectaronhasta que la elevación

de la PIO fue mayo

r 40 .

La duración de la elevación de la PIO capaz de

lesionar la retina (v.

tabla 80-2

) varía en función de la variedad de rata

o ratón. Existen estudios que han encontrado tiempos isquémicos tan

cortos como de 20 minutos o tan largos como de 30-45 minuto

s 41-43 .

Los mecanismos de la lesión producida por la elevación de la PIO

debido a la compresión externa se resumen en la

figura 80-2

.

El empleo más racional de los reposacabezas modernos,

como son las piezas de espuma cuadradas o circulares con abertu-

ras para los ojos, así como con un espejo para ver los ojos (es decir,

Prone View, Dupaco, Inc.) debería evitar la compresión de los

mismos (v. cap. 26). Sin embargo, recientemente hemos descrito un

caso de oclusión arterial retiniana unilateral en un paciente posi-

cionado en decúbito prono cuya cabeza fue colocada sobre un

reposacabezas cuadrado de espuma con gafas protectoras oculares.

2590

Cuidados postoperatorios

VI

Tabla 80-2

 Estudios animales sobre isquemia retiniana y el tiempo necesario

para producir lesiones

Autor(es)

Animal

Método de isquemia Tiempo de

isquemia

Hayreh y cols.

(1980, 2004)

Mono

Ligadura de la arteria

central de la retina

>

100-240 min

Ettaiche y

cols. (2001)

Rata

(marrón-

Noruega)

Elevación de la presión

intraocular

20 y 40 min

Roth (1998,

2002)

Rata (S-D)

Ligadura de la arteria

central de la retina,

elevación de la presión

intraocular

45 y 60 min

Zhu y cols.

(2002)

Ratón (ND4)

Elevación de la presión

intraocular

30, 45, 60 min

Figura 80-2

 Mecanismos de lesión retiniana tras la compresión ocular

externa. MEO, músculo extraocular.