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© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

Esta práctica puede ser peligrosa, debido al reducido espacio entre

el reposacabezas y las gafas protectoras y al riesgo de compresión

del ojo por las gafas protectoras. El paciente presentaba signos de

compresión directa del ojo por las gafas protectoras, que irónica-

mente habían sido diseñadas por el fabricante (Dupaco, Inc.,

Oceanside, CA) para servir para la protección ocula

r 44 .

El síndrome compartimental ocular isquémico, más típico en

el contexto de una hemorragia retrobulbar secundaria a una cirugía

nasal o sinusal, fue descrito en un paciente sometido a cirugía raquídea

en posición de decúbito supin

o 45 .

La cabeza del paciente había sido

colocada sobre un reposacabezas de silicona durante una cirugía que

duró 8 horas; durante la que sólo recibió 1 litro de cristaloides. En el

postoperatorio el paciente presentó dolor en su ojo izquierdo, ausencia

de percepción de luz en dicho ojo, edema facial, proptosis del ojo

izquierdo de 4 mm y tensión orbitaria. En la exploración ocular se

observó edema corneal con una abrasión de gran tamaño, pupila fija

en midriasis media, catarata avanzada, palidez del nervio óptico,

hemorragias retinianas e incapacidad completa para mover el ojo. La

PIO fue de 45 mmHg. En la RM se observó proptosis, aumento del

tamaño de los músculos extraoculares y una deformidad importante

del polo posterior del globo ocular. A pesar de realizar una cantotomía

lateral para aliviar la presión, la visión no mejoró. En este paciente se

pensó que la causa se relacionó con la posible presión directa del ojo.

Otros autores han publicado casos de síndrome comparti-

mental orbitario secundarios a hemorragia intraorbitaria periope-

ratoria, enfisema orbitario o la presencia de pomada de bacitracina

intraorbitaria asociada con la cirugía sinusal endoscópic

a 46

. Este

síndrome es diferente de los casos de NOI tras cirugía raquídea,

pero puede ser parecido a las descripciones iniciales de compresión

ocular de Hollenhorst y col

s 35 .

El síndrome compartimental orbi-

tario es una lesión oftalmológica aguda que requiere maniobras de

descompresión rápidas para aliviar la elevación de la PIO.

Cirugía de la cabeza y el cuello

Se han descrito cuadros de OACR tras cirugía cervical y cirugía

nasal/sinusal

(v. cap. 65),

aunque la mayor parte de los casos de

pérdida de visión asociados con la disección cervical han sido NO

I 47 .

La incidencia de complicaciones orbitarias tras la cirugía sinusal

endoscópica es del 0,12

% 48 .

La hemorragia orbitaria secundaria a

traumatismos contusos durante la intervención puede producir un

síndrome compartimental orbitario con compresión de las circula-

ciones arterial y venosa, OACR y lesión del nervio óptic

o 49,50 .

Se han

descrito lesiones indirectas de la ACR tras inyecciones intraarteriales

de lidocaína al 1% con adrenalina; en estos casos se cree que el

mecanismo de acción es el espasmo arterial o la emboli

a 51 .

Obstrucción de rama arterial retiniana

La ORAR suele producir una lesión retiniana isquémica de carácter

permanente, con un defecto campimétrico parcial. Si éste es peri-

férico o el escotoma es pequeño, en un primer momento los sínto-

mas pueden pasar inadvertidos para el paciente. La ORAR está

causada principalmente por émbolos, aunque se han descrito

algunos casos secundarios a vasoespasmo. La causa de la mayoría

de los casos publicados fue la embolización de material introdu-

cido mediante inyecciones intravasculares y por material embólico

circulante, bien del campo quirúrgico o del equipo de derivación

cardiopulmonar (DCP) de la cirugía cardíaca.

Mediante angiografía con fluoresceína se ha demostrado la

presencia de microémbolos retinianos durante la DCP

(v. cap. 50)

. La

presencia y el tamaño de los defectos de perfusión se relacionaron

con el tipo de oxigenador. Cuando se empleó un oxigenador de bur-

bujas, todos los pacientes sufrieron defectos de perfusión indicativos

de microembolias, mientras que cuando el oxigenador era de mem-

brana, sólo se encontraron defectos de perfusión retiniana en la mitad

de los enfermos. El estudio no proporcionó información acerca de la

presencia de alteraciones neurológica

s 13 .

En los pacientes sometidos

a un injerto de derivación coronaria (IDC) no es infrecuente la obser-

vación de múltiples émbolos de calcio en las ramas de la ACR, que

pueden producir defectos campimétricos de localización y tamaño

variables. En los cerdos, losmecanismos del embolismo aéreo durante

la DCP incluyeron la falta de perfusión, la fuga y el espasmo vascular,

la sedimentación eritrocitaria y la hemorragia. El tratamiento con

perfluorocarbonos bloqueó muchos de estos mecanismo

s 52 .

Existen casos de ORAR que cursaron con cuadros de ceguera

irreversible aguda tras la inyección de varios fármacos en la cabeza y

en la región del cuello. La pérdida de visión fue casi instantánea tras

la inyección de esteroides en la mucosa nasa

l 53

. En alrededor de la

mitad de los casos, la funduscopia reveló la presencia de émbolos

cristalinos y en uno se produjo un vasoespasmo. El empleo de otros

fármacos, como la inyección superselectiva de carmustina en la arteria

carótida interna para tratar gliomas o la inyección de grasa en la órbita

con fines estéticos también se han asociado con complicaciones como

la pérdida de visión secundaria a oclusión arterial retinian

a 54 .

Los

anestesistas que participen en intervenciones neurorradiológicas o en

técnicas angiográficas/embolígenas en la cabeza o el cuello deben

tener en cuenta la posibilidad de que se produzca esta complicación.

La infiltración local de anestésicos, como lidocaína o bupi-

vacaína, combinados con adrenalina (1:100.000 o 1:200.000) para

la cirugía del tabique nasal puede producir defectos campimétricos

parciales o totales en el postoperatorio, que pueden deberse a la

ORAR (

v. cap. 68 ) 51 .

En estos casos no se observaron émbolos

durante la exploración oftalmoscópica. Se especuló que la causa de

la ORAR fue el vasoespasmo inducido por la inyección intraarte-

rial, retrógrada y accidental de la adrenalina o la combinación de

lidocaína y adrenalina en las ramas de la arteria carótida externa.

Otro factor causal posible podría haber sido la embolización retró-

grada por la agregación plaquetaria inducida por la adrenalin

a 51 .

La ORAR también ha sido descrita en un paciente sometido

a cirugía raquídea en la posición de decúbito prono

(v. caps. 53 y

60). Tras la cirugía se descubrió la existencia de un foramen oval

permeable y se pensó que el paciente había sufrido una emboliza-

ción paradójica de médula ósea, grasa o aire desde la zona de la

intervención en la columna lumba

r 11

.

Pronóstico

En la mayoría de los casos, la pérdida de visión producida por la

oclusión arterial retiniana perioperatoria fue permanente. En estu-

dios realizados en monos, Hayreh y Weingeis

t 28

encontraron que el

tiempo crítico límite para que se produzca una lesión retiniana

irreversible es de alrededor de 100 minutos. Una OACR mantenida

105 minutos produce un daño irreversible, mientras que si el

tiempo de isquemia es inferior a 97 minutos, la recuperación es

posible. Sin embargo, estos estudios se realizaron mediante la

oclusión quirúrgica de la ACR. La oclusión arterial retiniana

causada por la compresión externa y la elevación de la PIO puede

producir un mayor grado de isquemia y por tanto, tiempos de

supervivencia retiniana menores. La oclusión arterial retiniana de

roedores mediante la elevación de la PIO produce lesiones retinia-

nas con períodos de isquemia tan cortos como de 20 minutos.

Tratamiento

Los diferentes tratamientos disponibles en la actualidad no son del

todo satisfactorios. El tratamiento mediante masaje ocular con el fin

de descender la PIO (contraindicado si no puede descartarse la pre-

sencia de un glaucoma), e intentar que el émbolo, en caso de existir, se

dirija hacia las ramas arteriales más periféricas, podría realizarlo el

anestesist

a 19 .

Para aumentar el flujo sanguíneo retiniano se administra

acetazolamida intravenosa y para aumentar la vasodilatación e incre-

mentar el transporte de oxígeno por los vasos retinianos y coroideos, el

paciente debe inhalar CO

2

al 5% en oxígen

o 26

. El resto de las opciones

Pérdida de visión postoperatoria

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Sección VI

Cuidados postoperatorios