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© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

en la irrigación de la región posterior del nervio óptico pueden

contribuir a la mayor susceptibilidad a sufrir una NOI

P 111

.

Control del flujo sanguíneo

Los resultados de estudios acerca de la autorregulación del flujo san-

guíneo en la cabeza del nervio óptico han sido contradictorios, por lo

que deben interpretarse teniendo en cuenta las limitaciones de las

técnicas de medició

n 87 .

El flujo sanguíneo de la cabeza del nervio

óptico se autorregula dentro de un intervalo de presiones de perfusión,

de modo similar a lo que ocurre en el cerebro de monos y de ovejas.

En una muestra pequeña de monos ateroscleróticos se ha observado

que la autorregulación es defectuos

a 112

; aunque este estudio no realizó

mediciones directas del flujo sanguíneo, sino que midió el consumo

de glucosa, y el tamaño de la muestra era pequeño. Existen otras

pruebas acerca de la autorregulación en la porción posterior del nervio

óptico. Otro estudio realizado con gatos midió directamente el flujo

sanguíneo del nervio ópticomediante autorradiografía y encontró que

se mantenía constante en las regiones prelaminar, laminar y poslami-

nar del nervio óptico dentro de un intervalo de presiones arteriales

sistémicas medias de 40 mmHg hasta más de 200 mmH

g 113

.

En un estudio se observó que el flujo sanguíneo de la cabeza

del nervio óptico, medido mediante flujometría con láser Doppler en

13 voluntarios sanos, se mantenía constante dentro de un intervalo

de presiones de perfusión ocular de 56-80 mmH

g 114

. En otro estudio

con seres humanos la conservación del flujo a unos niveles de PIO

extremadamente elevados tuvo como resultado una presión de per-

fusión mínima de 22 mmH

g 115

. Otros investigadores descubrieron

que el flujo de la cabeza del nervio óptico se conservaba hasta que la

presión intraocular alcanzaba valores de 40 mmHg. Sin embargo, en

un estudio realizado con 10 voluntarios sanos se observó que dos de

ellos carecían del mecanismo de autorregulació

n 92 .

Otro grupo

demostró en seres humanos, con técnicas de Doppler color, que la

velocidaddel flujo en las arterias ciliares posteriores disminuía cuando

la PIO se elevaba hasta niveles muy elevados. Estos descubrimientos

parecen apoyar la teoría de que las áreas «divisorias» de la irrigación

en la distribución de las arterias ciliares posteriores predisponen a

algunos pacientes, incluidos sujetos sanos sin enfermedad vascular

conocida, a la lesión de la porción anterior del nervio óptico cuando

la presión de perfusión disminuye, ya sea como resultado de un des-

censo de la presión arterial sistémica, o por la elevación de la PIO. Sin

embargo, en la actualidad no se dispone de ninguna técnica que

permita detectar de manera fiable este grupo de pacientes.

Hallazgos anatomopatológicos

Tan sólo unos pocos casos documentan estudios anatomopatológicos

del nervio óptico en casos de NOI. De 3 casos de NOIP producidos

tras intervenciones quirúrgicas, todos los pacientes presentaron infar-

tos en la porción intraorbitaria del nervio óptico, pero los resultados

no fueron totalmente consistentes. Dos pacientes presentaban lesiones

en la porción axial central con respecto de los axones periféricos; el

otro paciente presentaba el patrón contrario en un ojo y una pérdida

axonal completa en el otr

o 108

. A pesar de una serie mayor de estudios

autópsicos en pacientes que habían sufrido una NOIA, la localización

del infarto no ha sido documentada. Tesser y cols. han descrito el caso

de un paciente con NOIA espontánea en el que la pérdida axonal se

produjo en la parte superior del nervio, rodeando en gran parte a la

arteria central de la retina. El infarto se produjo en la porción intraes-

cleral del nervio, extendiéndose 1,5 mm en dirección posterio

r 86 .

Posibles factores patogénicos

Entre los posibles factores asociados con la NOI perioperatoria se

encuentran la disminución de la presión arterial; la pérdida de

sangre; la anemia o la hemodilución; las alteraciones hemodinámi-

cas venosas; el flujo del líquido cefalorraquídeo en el nervio óptico

(incluyendo la influencia de la posición del paciente y la adminis-

tración de fluidos para la reposición perioperatoria); la autorregu-

lación anómala en el nervio óptico; las variantes anatómicas en la

irrigación del nervio óptico; la relación excavación-papila pequeña;

el uso de vasopresores; la presencia de factores de riesgo vascular

sistémicos como la hipertensión, la diabetes, la aterosclerosis, la

hiperlipidemia y el tabaquismo; la posición en decúbito prono; la

duración prolongada de la cirugía de fusión raquídea, y otras alte-

raciones sistémicas preexistentes, como el síndrome de apnea del

sueño o los estados de hipercoagulabilida

d 96,101-103,108

.

Se cree que en un mismo paciente a menudo participan uno

o más de estos factores y de modo impredecible. En la mayoría de los

casos se ha producido cierto grado de hipotensión o anemia y repo-

sición de fluidos. Muchos de los pacientes que han sufrido una NOI

tras una cirugía raquídea se encontraban relativamente sanos antes

de la intervención. La hipotensión, la pérdida de sangre, la duración

prolongada de la cirugía y la administración de cantidades importan-

tes de fluidos parecen ser factores frecuentes en muchos pacientes

sometidos a cirugías raquídeas complicada

s 9,64,65,107,108 .

Como resul-

tado, es posible que la combinación de estos factores, quizás junto a

una autorregulación anómala en la región posterior del nervio óptico,

tendencias protrombóticas y otros factores específicos del paciente

den lugar a la disminución del transporte de oxígeno al nervio óptico

en un grado suficiente como para producir lesiones isquémicas.

Conocimientos actuales y controversias

Los factores de riesgo de la NOI todavía no han sido bien definidos

debido a la escasez de estudios de casos-controles, y a la ausencia

Pérdida de visión postoperatoria

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80

Sección VI

Cuidados postoperatorios

Figura 80-4

 Irrigación del nervio óptico. La porción anterior del

nervio óptico se representa a la derecha, y la porción posterior

(la más próxima al cerebro) a la izquierda. La irrigación de la

porción anterior del nervio óptico deriva de las arterias ciliares

posteriores (ACP) y de la coroides (C), mientras que la irrigación

de la porción posterior deriva de las arterias piales penetrantes

(ramas colaterales [RCol]) y de ramas de la arteria central de la

retina (ACR). A, Aracnoides; ACL, arteria ciliar larga; ACPC, arteria

ciliar posterior corta; C, coroides; D, duramadre; E, esclera; ESA,

espacio subaracnoideo; NO; nervio óptico; R, retina; VCR, vena

central de la retina.

(De Hayreh SS:

Ischemic optic neuropathy

,

University of Iowa, Department of Ophthalmology Internet site.

http://webeye.ophth.uiowa.edu/dept/aion/ion_fg2.jpg .

)