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© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

estudios inmunohistoquímicos más recientes de los microvasos de

la cabeza del nervio óptico del ser humano y del mono muestran

una ausencia de las características clásicas de la barrera hematoen-

cefálica en la región prelamina

r 84 ,

lo que explicaría la aparición

precoz del edema de la cabeza del nervio óptico tras la isquemia.

El conocimiento de los mecanismos celulares in vivo que

producen la lesión isquémica del nervio óptico es escaso. Guy

demostró que la oclusión durante 30 minutos de la arteria carótida

en ratas producía isquemia y edema del nervio óptico en 24 hora

s 85 .

La positividad de la inmunotinción para nitrotirosina que se observa

en el nervio óptico isquémic

o 85

sugiere un posible papel del óxido

nítrico y quizá de los radicales libres del oxígeno, que aumentarían

con el daño de la barrera hematoencefálica. Berstein y cols. han

descrito un modelo de NOIA en roedore

s 61 .

Tras inducir una NOIA

mediante un método fototrombótico, se perdió la circulación del

nervio óptico en 30 minutos; el edema fue máximo 1-2 días después

y desapareció en el quinto día. Un nervio óptico pálido y contraído

similar al descrito fue observado en estudios anatomopatológicos

reducidos realizados en casos de NOIA en humano

s 86

. El porcentaje

de células ganglionares retinianas se redujo un 40% 37 días después

de iniciarse la isquemia. Seis días después el nervio óptico presen-

taba edema y colapso axonal. Los cambios permanentes consistie-

ron en engrosamiento de los tabiques y pérdida axonal, másmarcado

en el centro, similar a lo observado en el nervio óptico humano.

Los estudios clínicos de NOIA mediante angiografía con fluo-

resceína muestran un retraso en el inicio del llenado en la porción

prelaminar de la papila óptica en los casos en los que el edema papilar

era evidente. En el 76% de los casos se observó retraso en el llenado,

lo que no se observó en los ojos normales. Estos cambios sugieren

que el retraso en el llenado es el proceso primario en la NOIA, y que

no es debido al edema de la papila óptic

a 60 .

Hayreh ha sugerido que

la NOIA se produce por las variaciones individuales en la irrigación

del nervio óptic

o 87 .

Esta teoría se sustenta no sólo en los estudios

anatómicos, sino también en la variabilidad de la pérdida de visión

de los pacientes con NOIA. El «concepto de línea divisoria de aguas»,

que sostiene que las alteraciones de la perfusión y distribución de una

arteria ciliar posterior predisponen al infarto de la papila óptica, es

motivo de discusión. Arnold y Hepler demostraron que el retraso en

el llenado de las zonas de la línea divisoria de aguas era más frecuente

en los ojos normales que en los pacientes con NOI

A 81 .

Así, la dismi-

nución de la presión de perfusión en la región de las ramas paraóp-

ticas de las arterias ciliares posteriores (ACP) cortas produce

hipoperfusión de la papila óptica más que un fenómeno en la línea

divisoria de agua

s 88 .

El estudio anatomopatológico de la NOIA

demostró que el infarto se produjo principalmente en la región retro-

lamina

r 89 .

Esto implica como origen de la disminución de la irrigación

a las ACP cortas que irrigan directamente a la papila óptica.

Algunos autores creen que la variabilidad en la presión arterial

o en la PIO puede predisponer a los pacientes a presentar una NOIA.

En los pacientes tratados con medicación hipotensora, la hipotensión

nocturna puede ser el mecanismo por el cual sufren episodios repe-

tidos de hipoperfusión de bajo grado del nervio óptic

o 90 .

La impor-

tancia de las fluctuaciones de la PIO en la patogenia de la NOIA

todavía no se ha determinad

o 91 .

Las variaciones anatómicas o fisioló-

gicas de la irrigación del nervio óptico pueden predisponer a algunos

pacientes a presentar NOI

A 92 ,

en especial en situaciones en las que

existe una disminución de la presión arterial sistémica. Estas varia-

ciones en la irrigación pueden dar lugar a zonas hipoperfundida

s 93 .

Hayreh encontró disminuciones nocturnas del 25-30% en la

presión arterial de los pacientes con NOI

A 94

. No existía grupo

control, pero la disminución fue mayor que en el grupo de población

sana emparejada por edad. Landau y cols

. 95

compararon la disminu-

ción de la presión arterial en los pacientes con NOIA y en la pobla-

ción sana y no encontraron diferencias, aunque los valores de presión

arterial diurnos eran levemente inferiores en los pacientes conNOIA.

Así, el papel de la presión arterial baja de modo crónico o intermi-

tente en la patogenia de la NOIA sigue siendo un tema controvertido.

Un interesante estudio ha sugerido la existencia de una asociación

entre la NOIA y el síndrome de apnea del sueñ

o 96 ,

pero todavía se

desconoce si el mecanismo es la hipoxia repetida, la elevación de la

PIO, la disminución de la presión arterial o la alteración de la auto-

rregulación del flujo sanguíneo del nervio óptico.

Se ha sugerido que el hecho de poseer una papila óptica

pequeña (con frecuencia se dice que los ojos afectados poseen una

«relación excavación-papila» pequeña) puede desempeñar un papel

en la susceptibilidad a sufrir una NOI

A 97 .

Si una papila óptica es

pequeña, los axones del nervio óptico deben atravesar una apertura

más pequeña al abandonar el globo ocular, por lo que son más

susceptibles de sufrir lesiones ante la presencia de edema o de una

disminución del flujo sanguíneo. Los mecanismos productores de

lesión asociados con una papila prieta consisten en la obstrucción

mecánica del flujo axoplasmático, la estasia axoplasmática, la rigidez

de la lámina cribosa y la menor disponibilidad de factores neuro-

tróficos para las células ganglionares retinianas tras la isquemi

a 60 .

Tesser y cols. han descrito el caso de un paciente con NOIA espon-

tánea en el que la pérdida axonal se produjo en la parte superior del

nervio, rodeando en gran parte a la arteria central de la retina. El

infarto se produjo en la porción intraescleral del nervio, extendién-

dose 1,5 mm en dirección posterior. Los autores se basaron en este

hallazgo anatomopatológico limitado para concluir que la presencia

de un canal escleral estrecho contribuía a la presencia de un «sín-

drome compartimental» en la porción anterior del nervio óptic

o 86 .

El papel de ciertas enfermedades sistémicas, como la hiper-

tensión arterial y la diabetes, ha sido estudiado por varios trabajos.

La hipertensión arterial se encontraba presente en el 34-47% de los

pacientes con NOIA, este hallazgo difiere de modo significativo res-

pecto a la incidencia en la población que no padece una NOIA tan

sólo en el grupo de 45-64 años. Hayreh encontró una mayor preva-

lencia de factores de riesgo vasculares en todos los grupos de edad.

La mayoría de los estudios sobre NOIA encuentran una mayor pre-

valencia de diabetes, pero la NOIA no se asocia de modo consistente

con los accidentes cerebrovasculares y el infarto de miocardio, el

tabaquismo o la hipercolesterolemi

a 60 .

De los pacientes del estudio

sobre descompresión en neuropatía óptica isquémica (EDNOI), el

47% eran hipertensos, el 24% diabéticos, el 11% habían sufrido un

infarto de miocardio y el 3% un accidente cerebrovascula

r 98 .

Estas

proporciones de pacientes con «factores de riesgo vascular» podrían,

sin embargo, ser similares a las observadas en la población general.

Por motivos éticos, el EDNOI no pudo incluir un grupo control de

pacientes sin NOI. El tabaquismo también podría ser un factor de

riesgo para la aparición de una NOI, pero no ha sido observado en

un número elevado de paciente

s 99 .

Se ha sugerido la existencia de

una asociación entre la NOIA y los factores protrombóticos, como

el déficit de proteína C, proteína S o el estado de portador del factor V

de Leiden, pero los casos publicados son contradictorio

s 60,100,101 .

Características de los pacientes

La mayoría de los casos observados tras una cirugía raquídea han

sido NOI

P 10,64,102

. La NOIA se ha descrito con mayor frecuencia aso-

ciada con la cirugía cardíaca

(v. cap. 50).

El inicio de la pérdida de

visión perioperatoria ocurre típicamente en las primeras 24-48 horas

después de la cirugía, y se observa con frecuencia al despertarse,

aunque se han descrito casos de aparición más tardía, especialmente

en pacientes sedados sometidos a ventilación pulmonar mecánica

postoperatori

a 10,64,103 .

Los pacientes presentan típicamente pérdida de

visión indolora, defecto pupilar aferente o pupilas arreactivas, pérdida

de visión completa, ausencia de percepción de la luz o alteraciones

campimétricas. La visión de colores se encuentra reducida o ausente.

La NOIA puede cursar con defectos altitudinales en el campo visual.

Cuando se inician los síntomas de una NOIA pueden observarse

edema y hemorragias en la papila óptica. En la NOIP la papila óptica

Pérdida de visión postoperatoria

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Sección VI

Cuidados postoperatorios