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el riesgo, el daño, la insuficiencia y dos tipos de resultados (pérdida

y enfermedad renal terminal). Para cada clase RIFLE superior,

existe un aumento escalonado en la tasa de mortalidad y una mayor

necesidad de tratamiento renal sustitutivo.

Tratamiento de la insuficiencia renal aguda

Medidas de soporte general

Los pacientes con IRA deben ser monitorizados detenidamente.

La etiología de la IRA debe ser identificada descartando causas

prerrenales, renales o posrenales. Entre las pruebas complemen-

tarias se deben estudiar los electrólitos séricos y urinarios, el

análisis de orina y el sedimento urinario. Es necesario valorar en

detalle el estado de volumen para determinar la existencia de

hipovolemia que pudiera producir azoemia prerrenal o hipervo-

lemia debida a oliguria. La corrección de las alteraciones del

equilibrio acidobásico puede ser necesaria, así como la corrección

de las alteraciones electrolíticas. En los pacientes con insuficien-

cia renal avanzada a menudo es necesario el soporte renal conti-

nuo para mejorar la sobrecarga de volumen y las alteraciones

electrolíticas. Los antibióticos y otro tipo de fármacos deben dosi-

ficarse en función del aclaramiento de creatinina y los niveles

séricos deben vigilarse de cerca, en caso posible. La disfunción

plaquetaria puede producirse como resultado de la uremia y

requiere tratamiento con desmopresina (DDAVP) en caso de que

las hemorragias sean problemáticas.

Soporte renal

La IRA en la UCI a menudo requiere algún tipo de tratamiento renal

sustitutivo (v. también

cap. 86).

Por lo general, se realiza mediante

hemofiltración venovenosa continua (CVVH), un tipo de CRRT. El

momento de realizar el tratamiento y la dosis, así como el tipo de

paciente que pueda beneficiarse más del mismo, siguen estando poco

definido

s 148,149

. Recientemente parece que la diferente eficacia no

depende del tipo de diálisis (hemodiálisis intermitente frente a

CVVH), sino de la dosis de la diálisis. El tratamiento insuficiente

parece ser dañin

o 150

, mientras que la aplicación precoz de volúmenes

de filtración más elevados parece asociarse con menores tasas de

mortalidad en los pacientes con IR

A 151 .

La diálisis diaria ampliada

ofrecía estabilidad hemodinámica y un control de los solutos peque-

ños comparable al logrado con la CRR

T 152

. Cuando los estudios se

controlan en función de la dosis de diálisis, la membrana de polímero

y el sistema de amortiguación de bicarbonato, la tasa de mortalidad

a los 60 días no difiere entre el grupo que recibe CRRT y el que recibe

hemodiálisis intermitent

e 153

. Aunque ha existido una tendencia favo-

recedora del uso de CRRT, los datos favorables de la hemodiálisis

intermitente son interesantes, ya que esta técnica permitiría que

más recursos de la UCI pudieran emplearse para otro fin.

Complicaciones del tratamiento en

la unidad de cuidados intensivos

Aunque los cuidados en las UCI han avanzado y mejorado, algunas

limitaciones a nuestra capacidad para reducir aún más la mortali-

dad son debidas a complicaciones de los cuidados proporcionados

en la UCI. Las infecciones nosocomiales se producen en aproxima-

damente el 10% de los pacientes de la UCI, con una incidencia de

21-25 infecciones/1.000 días en pacientes ingresados en la UC

I 154,155 .

Las infecciones nosocomiales más frecuentes en las UCI médicas

son las infecciones de las vías urinarias (31%), seguidas por las

neumonías (27%) y las sepsis primarias (19%

) 156 .

Varios estudios

han demostrado que las iniciativas encaminadas a mejorar la

calidad pueden reducir las infecciones nosocomiales, la mortalidad

y los coste

s 157,158 .

La siguiente sección analiza los datos disponibles

sobre la prevención de la neumonía asociada a la ventilación mecá-

nica (NAV) y la sepsis relacionada con los catéteres (SRC).

A partir de 2008, el Center for Medicaid and Medicare Ser-

vices, que administra la asistencia sanitaria subvencionada por el

estado, dejó de reembolsar a los hospitales los costes adicionales

asociados a las complicaciones comunes de la UCI, incluyendo las

infecciones urinarias y las asociadas con los CVC. Esta medida de

pago por resultados, además de la práctica cada vez más extendida

de publicar las tasas de infección, contribuirá a la mayor vigilancia

de estas infecciones.

Neumonía asociada a la ventilación

mecánica

Las NAV se definen como neumonías que se desarrollan en pacien-

tes sometidos a ventilación mecánica tras más de 48 horas de

intubación, sin que existan evidencias clínicas que sugieran su pre-

sencia o su desarrollo probable antes de la intubación inicia

l 159 .

Las

NAV son una causa fundamental de morbilidad y mortalidad en

pacientes críticos sometidos a ventilación mecánica. La incidencia

de NAV se estima que está entre el 10 y el 25

% 160

y su tasa de

mortalidad se encuentra entre el 5 y el 27

% 161,162

. Las NAV aumen-

tan la estancia hospitalaria y los coste

s 161,163 .

Se ha demostrado que

los costes adicionales de hospitalización debidos a un episodio de

NAV pueden llegar hasta los 40.000 dólare

s 164,165 .

La patogenia de

la NAV probablemente implica la microaspiración de secreciones

orofaríngeas o gástricas contaminadas con bacterias. Entre los fac-

tores de riesgo se incluyen la exposición previa a antibióticos y la

presencia de dispositivos invasivo

s 166 .

El diagnóstico de NAV es complejo. A menudo se realiza un

diagnóstico de presunción de neumonía cuando un paciente desa-

rrolla fiebre, leucocitosis, secreciones purulentas y un infiltrado de

nueva aparición en la radiografía de tórax, y cuando se aíslan bac-

terias mediante análisis no cuantitativos de aspirados endotraquea-

le

s 167 .

Estos criterios diagnósticos inespecíficos pueden conducir a

la utilización innecesaria de antibióticos, a un aumento de los

costes hospitalarios, a la aparición de microorganismos resistentes

y a un potencial retraso del diagnóstico de la verdadera causa de

fiebre. Dichos problemas llevaron a diversos investigadores a pro-

poner una estrategia de tratamiento invasivo para el diagnóstico

de NAV.

Fagon y cols

. 168

utilizaron la fibrobroncoscopia para obtener

muestras protegidas de cepillado o de lavado broncoalveolar para

realizar cultivos cuantitativos. Se consideró que los pacientes tenían

una NAV si crecían al menos 10

3

unidades formadoras de colonias

(UFC)/ml a partir de la muestra protegida obtenida mediante cepi-

llado o al menos 10

4

 UFC/ml de bacterias a partir de líquido de

lavado broncoalveolar. Los pacientes en el grupo de tratamiento

invasivo vieron reducida su mortalidad a los 14 días (16,2% frente

a 25,8%,

P=

0,022) y aumentado el número de días sin antibiótico

(5 ± 5,1 frente a 2,2±3,5 días,

P<

0,001). Este estudio aporta argu-

mentos convincentes para realizar un diagnóstico definitivo de

NAV antes del tratamiento antibiótico. Otros estudios, con la

misma idea, pero con técnicas menos invasiva

s 169,170

, han mostrado

que la colocación a ciegas de catéteres de cepillado protegidos o el

lavado broncoalveolar protegido son tan sensibles como la bron-

coscopia dirigida en la detección de bacterias en los pulmones.

Prevención de la neumonía asociada

a la ventilación mecánica

pH gástrico

Como ocurre con todas las infecciones nosocomiales, la preven-

ción es la estrategia más eficaz. La utilización excesiva de fármacos

que alteran el pH gástrico para la profilaxis de las úlceras por estrés

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Cuidados críticos

VII