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Tratamiento de la insuficiencia hepática fulminante

Medidas de soporte general

Los pacientes con IHA deben ser controlados estrechamente, por lo

general en una unidad de cuidados intensivos. La causa de la IHA

debe ser identificada y los candidatos adecuados al trasplante hepá-

tico ortotópico deben ser trasladados con rapidez a un centro de

trasplantes. Si el estado neurológico empeora y pone en compromiso

la vía respiratoria, puede ser necesaria la intubación precoz. Proba-

blemente sea necesario administrar coloides y cristaloides para

aumentar el volumen y ayudar a mantener la presión arterial. La

corrección de las alteraciones del equilibrio ácido-básico, el trata-

miento de la hipertermia y la monitorización estrecha de la glucemia

son importantes para evitar el edema cerebral. La hiponatremia es

un signo pronóstico negativo, y los valores inferiores a 125mmol/ml

pueden ser una contraindicación para el trasplant

e 133

. En los casos

de IHA avanzada a menudo es necesario el soporte renal continuo

para ayudar al manejo de la insuficiencia renal, el estado de volumen

y el edema cerebra

l 134

. Los antibióticos profilácticos se utilizan con

frecuencia y se ha demostrado que disminuyen las tasas de infeccio-

ne

s 135 .

Las recomendaciones actuales son corregir las coagulopatías

con plasma fresco congelado cuando existan hemorragias o cuando

se planea una intervención invasiva. Se ha observado que el factor

VIIa recombinante revierte la coagulopatía en pacientes con IH

F 136 .

Tratamiento de la presión intracraneal elevada

La aparición de edema cerebral e hipertensión intracraneal es proba-

blemente la complicación más devastadora asociada con la IHA (v.

caps. 36,

53 y 84)

. Los compuestos activos osmóticamente, eliminados

normalmente por el hígado, se acumulan en la sangre y difunden hacia

el parénquima cerebral. El movimiento de agua dentro de las neuronas

y de la glía resulta en edema y puede producir herniación. Los com-

puestos exactos responsables del edema cerebral son desconocidos,

pero el amoníaco probablemente es un elemento importante.

El diagnóstico de edema cerebral puede ser difícil. Resulta

fundamental realizar exploraciones neurológicas seriadas, y las

tomografías computarizadas cefálicas frecuentes pueden identifi-

car los signos precoces de edema. Muchos centros aplican técnicas

para la monitorización precoz de la presión intracraneal, aunque

no se ha observado que esta práctica mejore el resultad

o 137 .

Esto

puede lograrse mediante monitores epidurales lumbares o cranea-

les, porque los monitores ventriculares tradicionales conllevan un

riesgo inaceptable de hemorragia.

Entre las técnicas para reducir la presión intracraneal se

encuentran la eliminación de amoníaco mediante tratamiento de

sustitución renal continua (CRRT, continuous renal replacement

therapy), la hipotermia, el coma barbitúrico y la administración de

manitol y salino hipertónic

o 138 .

Dispositivos de soporte hepático

H

ígados

bioartificiales

.

 Los hígados bioartificiales uti-

lizan hepatocitos para imitar la función excretora, detoxificadora y

sintética del hígado enfermo. De modo preferente se utilizan hepa-

tocitos porcinos, ya que es difícil que los hepatocitos humanos

crezcan en cultivo

s 139 .

El dispositivo funciona haciendo pasar el

plasma del paciente a través de capilares compuestos por fibras

huecas mientras los hepatocitos se encuentran en el espacio extra-

capilar. Las moléculas son intercambiadas entre los hepatocitos y

el plasma a través de una membrana que impide el paso de inmu-

noglobulinas, elementos del sistema del complemento y células. En

2004 se publicaron los resultados de un ensayo controlado, aleato-

rizado, multicéntrico y prospectivo que utilizó el sistema de soporte

hepático HepatAssi

t 140 .

Los resultados no mostraron ninguna

mejoría en cuanto a la supervivencia del grupo tratado. Sólo

durante el análisis por subgrupos se observó que la supervivencia

mejoró en los pacientes con insuficiencia hepática fulminante/

subfulminante, pero los resultados fueron pobres.

D

ispositivos

extracorpóreos

artificiales

.

 El interés

por los sistemas extracorpóreos artificiales ha sido renovado gracias

a la tecnología que permite la producción de membranas que pueden

aumentar la selectividad a través de poros pequeños. El sistema

puede adaptarse para las sustancias unidas a la albúmina, lo que

incluye a la mayoría de las toxinas que se acumulan en la IHF. Las

moléculas demayor tamaño, como las inmunoglobulinas, no pueden

atravesar lamembran

a 139

. Los estudios recientes han demostrado que

este sistema se asocia con mejoras significativas de la encefalopatía

en los pacientes con insuficiencia hepática aguda o crónic

a 141

, pero

no se dispone de datos clínicos controlados en pacientes con IHF.

En conjunto, los sistemas son seguros, pero entre los efectos

adversos que pueden observarse se encuentran hemorragias, infec-

ciones sistémicas, coagulación intravascular diseminada y shock

alérgico. Un metaanálisis del uso de los sistemas de soporte artifi-

ciales y bioartificiales en ocho ensayos controlados aleatorizados

con 139 pacientes concluyó que, con respecto a la tasa de mortalidad

de los pacientes con IHA, el efecto de los sistemas de soporte estu-

diados no era significativ

o 142

. Los ensayos clínicos aleatorizados son

limitados, debido a la gravedad de la enfermedad de los pacientes.

Antes de poder recomendar estos tratamientos son necesarios más

ensayos controlados que estudien el tema de la supervivencia.

Insuficiencia renal aguda

Epidemiología

La incidencia y los resultados de la insuficiencia renal aguda (IRA)

en la UCI son muy variables. Las incidencias publicadas varían

entre el 1 y el 31

% 143,144

, y la tasa de mortalidad varía entre el 28 y

el 82

% 144,145

. Parte de esta variabilidad se debe al hecho de que no

existe consenso sobre los criterios diagnósticos o la definición

clínica de la IRA. Una encuesta reciente determinó que en la lite-

ratura médica se utilizan al menos 35 definicione

s 146 .

Diagnóstico

Un grupo de expertos, compuesto por nefrólogos e intensivistas,

ha propuesto criterios nuevos para describir la disfunción renal.

Reconocieron la importancia clínica de las formas más leves de

insuficiencia renal y que para describir mejor la enfermedad sería

mejor subdividir el grado de disfunción renal (de leve a grave).

Propusieron los criterios RIFLE

( tabla 81-8 )

, que tienen en cuenta

Generalidades sobre anestesia y cuidados críticos 

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Sección VII

Cuidados críticos

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Tabla 81-8

 Los criterios RIFLE

Criterio de FG

Criterio de diuresis

Riesgo

Cr aumentada×1,5 o FG

disminuida

>

25%

D

<

0,5ml/kg/h×6h

Daño

Cr aumentada×2 o FG

disminuida

>

50%

D

<

0,5ml/kg/h×12h

Insuficiencia Cr aumentada×3, FG

disminuida

>

75% o

Cr

4mg/dl

D

<

0,3ml/kg/h×24h o

anuria×12h

Pérdida

Pérdida completa de la función renal

>

4 semanas

ERT

Enfermedad terminal

Datos de Hoste EAJ, Kellum JA: Acute kidney injury: Epidemiology and diagnostic

criteria.

Curr Opin Crit Care

12:531-537, 2006.

Cr, creatinina; D, diuresis; ERT, enfermedad renal terminal; FG, filtración glomerular;

RIFLE, riesgo, daño, insuficiencia, y los dos tipos de resultados: pérdida y ERT.