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Cuidados críticos

VII

neurointensivistas, los anestesiólogos con formación en neuroaneste-

sia y cuidados críticos están particularmente bien preparados para

ejercer la combinación de habilidades de soporte de la vía aérea

y cardiovascular que, junto al conocimiento de la fisiología y la far-

macología del sistema nervioso, puede mejorar el resultado.

Fisiología intracraneal

y autorregulación cerebral

La circulación cerebrovascular está constreñida por un perímetro

rígido de hueso. Después del agotamiento de unos escasos meca-

nismos de compensación, los límites óseos del cráneo imponen un

aumento de la presión intracraneal (PIC) secundario al aumento

del volumen intracraneal. El cambio de la PIC con el cambio del

volumen intracraneal con frecuencia se denomina curva de disten-

sibilidad intracraneal, aunque es más correcto denominarla curva

de elastancia intracraneal

( fig. 84-1

).

Así, un aumento de la elastancia implica una baja distensi-

bilidad, y un pequeño aumento del volumen puede dar lugar a un

aumento exagerado de la presión. Estos cambios del volumen se

deben a aumentos del tejido intracraneal o del contenido de líquido,

es decir, sangre, líquido intersticial o líquido cefalorraquídeo (LCR).

El contenido de tejido es importante en la medida en que las lesio-

nes con efecto de masa reducen la distensibilidad intracraneal

y acentúan los efectos de los cambios de líquido.

Puede haber adaptación a pequeños aumentos de volumen

por flujo de salida de LCR desde la cavidad craneal hacia el con-

ducto raquídeo, lo que produce la relación de presión-volumen

exponencial (v.

fig. 84-1

).

La bóveda craneal está compartimentada por la hoz del cerebro

y la tienda

(tentorium)

del cerebelo, lo que genera la posibilidad de

que haya gradientes de presión internos

( fig. 84-2

). Esto puede inducir

la protrusión física del tejido del encéfalo a través de las «aberturas»

de los compartimentos, o herniación. El tejido del encéfalo se puede

lesionar directamente, y también indirectamente porque deforma y

comprime la vasculatura adyacente al borde dura

l 3 .

Esto típicamente

se ve en la herniación lateral grave («desplazamiento de la línea

media») cuando puede haber obstrucción de la vasculatura cerebral

anterior, lo que produce un infarto del lóbulo frontal.

Los gradientes de presión inicialmente se equilibran por meca-

nismos hidráulicos, con desplazamiento del LCR desde las cavidades

ventriculares hasta la bóveda craneal. La compensación que se consi-

gue está limitada por el volumen del LCR disponible que se puede

desplazar, y en último término los cambios del volumen inducirán el

desplazamiento del tejido. Este desplazamiento también puede contri-

buir a la impedancia del drenaje del LCR por oclusión de los agujeros

de Monro en el caso de la herniación lateral o por oclusión del tercer

ventrículo y del acueducto por la herniación supratentorial a través del

agujero tentorial. Esto da lugar a las características clínicas de la com-

presión de las estructuras del mesencéfalo. En el paciente que respira

espontáneamente se observa dilatación pupilar unilateral, parálisis

ipsolateral o incluso contralateral (fenómeno de la escotadura de Ker-

nohan) y alteraciones de la respiración. Si la herniación continúa,

producirá descenso del cerebelo a través del agujero occipital, con la

consiguiente compresión del tronco encefálico, que produce fijación

pupilar bilateral, taquicardia o bradicardia e hipertensión sistémic

a 4 .

Los cambios de la masa cerebral secundarios al aumento del volumen

Figura 84-1

 Relación de presión-volumen intracraneal.

Tabla 84-1

 Posibles complicaciones sistémicas asociadas a las lesiones

del encéfalo

Globales

Pirexia

Activación de la inflamación

Cardiovasculares

Arritmias: bradicardia, taquicardia, fibrilación

auricular

Hipertensión

Hipotensión

Disfunción ventricular izquierda

Respiratorias

Apnea

Neumonía: por aspiración, hipostática, asociada al

respirador

Edema pulmonar

SDRA

Digestivas

Erosión gástrica

Íleo

Estreñimiento

Perforación

Malabsorción

Renales

Deshidratación

Insuficiencia renal aguda

Infección urinaria

Hematológicas

Anemia

Leucocitosis

Coagulopatía, coagulación intravascular

diseminada

Trombosis venosa profunda, embolia pulmonar

Metabólicas/

endocrinas

Hiponatremia, hipernatremia

Hiperglucemia

Hipopotasemia, hiperpotasemia

Hipomagenesemia

Hipofosfatemia

Azotemia catabólica

Rabdomiólisis