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estudios de imagen y evaluación cualitativa (p. ej., tomografía com-

putarizada por emisión monofotónica [SPECT]). Actualmente las

técnicas de imagen calibradas como tomografía por emisión de

positrones (PET) y estudio de la perfusión mediante TC en estado

estable con xenón o contrast

e 42

se han convertido en técnicas están-

dar en muchos centros.

Aunque ofrecen una información útil sobre la perfusión

regional, estos métodos con frecuencia suponen el transporte del

paciente fuera de la UCI, lo que puede ser clínicamente inadecuado

en circunstancias inestables.

Recientemente se han introducido sondas invasivas que utilizan

luz láser colimada y el principio Doppler para medir el «flujo» capilar

de eritrocitos y que ofrecen mediciones focales del flujo sanguíneo

hístico. Las críticas se han centrado en su pequeña área de medición,

que puede no ser representativa de las condiciones globale

s 43 .

La termodilución es una técnica también focal en la que se

colocan pequeños termopares en la corteza. El flujo sanguíneo se

relaciona con la difusión de la temperatura en la sond

a 44

. Un abor-

daje alternativo ha sido utilizar la difusión de la temperatura venosa

yugular para evaluar el flujo. El que esto refleje la reproducibilidad

del FSC puede depender del cociente de drenaje venoso yugular

respecto al flujo venoso cerebral tota

l 45

. Aún queda por ver si estos

dispositivos se pueden transformar en herramientas de medición

fiables y homogéneas.

Monitorización Doppler transcraneal

La monitorización Doppler transcraneal utiliza el efecto de despla-

zamiento Doppler para evaluar la velocidad del flujo en las arterias

explorada

s 46 .

Con frecuencia se utiliza como medida indirecta del

flujo cuando se examinan vasos accesibles, y en manos experimen-

tadas ofrece datos importantes sobre el flujo dinámico. Esta técnica

tiene la ventaja de ser un monitor de cabecera, relativamente rápido

y no invasivo del flujo en los principales componentes del polígono

de Willis a través de las ventanas acústicas oftálmica, temporal y del

agujero occipital. Tiene una resolución temporal excelente y, como

no es invasiva, permite la medición repetida con un riesgo escaso o

nulo. En una pequeña proporción de pacientes, predominantemente

mujeres ancianas, el grosor de hueso temporal puede impedir la

monitorizació

n 47

. La extrapolación de la velocidad del flujo se basa

en la suposición de un diámetro relativamente constante de los

grandes vasos de conductancia. En diferentes circunstancias se

pueden utilizar los cambios de velocidad para evaluar las alteracio-

nes del calibre vascular (p. ej., vasoespasmo arterial después de una

hemorragia subaracnoidea

) 48

y la estenosis intracraneal

( fig. 84-6 )

.

Para la arteria cerebral media se puede distinguir el vasoespasmo de

la hiperemia estudiando el cociente entre la velocidad del flujo intra-

craneal y la velocidad del flujo en la arteria carótida extracraneal

(índice de Lindegaard). Un cociente mayor de 3 generalmente es

indicativo de vasoespasmo, mientras que un cociente menor de 3 es

compatible con hiperemi

a 49 .

Autorregulación y reactividad vasomotora

Los monitores de FSC pueden evaluar la respuesta de la vasculatura

cerebral a las circunstancias cambiantes del metabolismo y la presión

arterial (es decir, la autorregulación

) 50,51

. La autorregulación cerebral

estática se puede determinar con la manipulación mantenida de la

presión arterial utilizando una prueba de mesa basculante o un vaso-

presor directo cuando sea clínicamente adecuado, mientras que la

autorregulación dinámica se puede evaluar utilizando el desinflado

rápido de manguitos en el muslo inflados previamente por encima

de la presión arterial sistólica. De forma alternativa, la autorregulación

se puede evaluar monitorizando la velocidad del FSC mediante DTC

en respuesta a las fluctuaciones espontáneas de la presión arterial

utilizando el análisis de la función de transferencia, aunque probable-

mente este método sea menos fiable que el paradigma de estímulo-

respuest

a 52 .

La presencia o ausencia de autorregulación puede guiar

el tratamiento posterior y el pronóstico, porque con frecuencia la

pérdida de autorregulación se asocia a mala evolució

n 53,54 .

La reserva

cerebrovascular o reactividad vasomotora, determinada por la res-

puesta del FSC a los cambios de la Paco

2

, se puede evaluar con

reinhalación o adición de dióxido de carbono al circuito respiratorio,

o mediante la administración de acetazolamid

a 52 .

Oximetría del bulbo yugular

Se puede invertir el principio de Fick para examinar la saturación

venosa de oxígeno que, suponiendo un hematocrito y un metabo-

lismo constantes, puede ofrecer una evaluación de la adecuación

del FSC y de la consiguiente liberación de oxígeno en relación con

el consumo cerebral de oxígeno, es decir:

Si AVDo

2

= (CMRo

2

/FSC), entonces Cao

2

− Cyvo

2

= (CMRo

2

/FSC)

Ignorando la contribución del O

2

disuelto, entonces

(Sao

2

− Syvo

2

) × Hb × 1,34 = (CMRo

2

/FSC)

donde CMRo

2

es la tasa metabólica de oxígeno cerebral, Cao

2

y

Cyvo

2

son, respectivamente, el contenido de oxígeno arterial y

venoso yugular, Sao

2

y Syvo

2

son, respectivamente, la saturación de

oxígeno arterial y venosa yugular, Hb es la concentración de hemo-

globina, y 1,34 es la constante de afinidad del oxígeno.

In vivo los catéteres se introducen por vía retrógrada a través

de la vena yugular interna hasta el bulbo yugular en el orificio o

incluso más allá del mismo, hasta los grandes senos

( fig. 84-7 ) 55,56

.

Estos catéteres ofrecen información sobre la perfusión y el

consumo de oxígeno, de manera análoga al uso de la oximetría

venosa mixta para el tratamiento del shock. Se ha asociado a malos

resultados tanto la desaturación (

<

50%, liberación inadecuada/

consumo excesivo) como la saturación anómalamente elevada

(

>

75%, indicativa de hiperemia o accidente cerebrovascular

) 57,58

.

La diferencia derivable del contenido arteriovenoso de oxígeno

posiblemente sea una evaluación más exacta de la adecuación del

flujo, y se ha demostrado que se relaciona con la evolució

n 59

. Se ha

criticado a la oximetría venosa yugular porque es poco sensible a

los cambios focales, porque refleja la saturación de oxigeno venosa

cerebral global media en la confluencia del drenaje venoso hemis-

férico. En consecuencia, algunos autores han propuesto la utiliza-

ción del consumo de oxígeno combinado con el gradiente

arteriovenoso cerebral de lactato para realizar evaluaciones este-

quiométricas del metabolismo aeróbico frente al metabolismo

anaeróbic

o 60

. Han pasado a proponer estrategias terapéuticas diri-

gidas por el metabolismo en contraposición al tratamiento de la

Cuidados neurocríticos

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84

Sección VII

Cuidados críticos

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Tabla 84-3

 Umbrales funcionales de flujo sanguíneo cerebral (FSC)

FSC (ml/100 g/min)

Resultado

50

Normal

20

Enlentecimiento del EEG

15

EEG isquémico

6-15

Penumbra isquémica

<

6

Muerte neuronal

EEG, electroencefalograma.