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se puede tratar de forma fácil y rápida, y no existen diferencias en

la incidencia de isquemia o infarto miocárdico perioperatorio.

Muchos factores pueden alterar el efecto del pancuronio y otros

relajantes musculares cuando se combinan con opioides, por

ejemplo la dosis, el momento de administración y la velocidad de

administración del relajante, así como la premedicación, el volumen

intravascular, la función del ventrículo izquierdo y la presencia de

otros fármacos con efecto en el sistema nervioso autónom

o 492 .

La combinación de vecuronio con dosis altas de opioides

tiene efectos inotrópicos y cronotrópicos negativos, lo que provoca

un descenso de la frecuencia cardíaca, del gasto cardíaco y de la

presión arterial, y aumenta la necesidad de soporte vasopreso

r 495 .

En pacientes programados para cirugía coronaria a los que se les

administraba 40

m

g/kg de sufentanilo junto a vecuronio (0,1mg/kg),

se observó una disminución de la frecuencia cardíaca, la presión

arterial media y las resistencias vasculares sistémicas respecto a los

valores basales tras la intubación traqueal, sin que se observara un

cambio significativo en el gasto cardíaco ni incidencia de nueva

isquemia miocárdic

a 492 .

El rocuronio, en pacientes programados para cirugía de

revascularización coronaria no urgente, anestesiados con fentanilo,

50

m

g/kg, en dosis de 0,6mg/kg (equivalente aproximadamente a

2 veces la DE

95

), se asoció únicamente a cambios hemodinámicos

de mínima importancia, entre los que se incluyen incrementos en

el índice de volumen sistólico (+15%) y en el índice cardíaco

(+11%) y una disminución de la presión en cuña capilar pulmonar

(–25%

) 496 .

En pacientes sometidos a cirugía de derivación corona-

ria bajo anestesia con fentanilo, el mivacurio, a dosis de 0,15 o

0,2mg/kg, produjo disminución de la presión arterial media y de

las resistencias vasculares sistémicas, posiblemente mediadas por

liberación de histamina, mientras que el atracurio (0,5mg/kg) no

produjo cambios hemodinámicos significativo

s 497 .

Sin embargo, el

pipecuronio (150

m

g/kg) carece de efectos circulatorios en pacien-

tes intervenidos de cirugía de derivación coronaria bajo anestesia

con midazolam-sufentanilo (3-8

m

g/kg

) 494 .

El doxacurio produjo

una leve disminución de la presión arterial media en pacientes a

los que se les administró 50

m

g/kg de fentanil

o 498 .

Miscelánea

Los IMAO pueden producir las interacciones más graves, y

potencialmente fatales, con los opioides y con otros fármacos. La

combinación de meperidina y un IMAO puede inducir el sín-

drome serotoninérgico, que está producido por un exceso en la

disponibilidad de serotonina en los receptores 5-HT

1A

del SNC.

Este síndrome se caracteriza por confusión, fiebre, escalofríos,

sudoración, ataxia, hiperreflexia, mioclonías y diarre

a 499 .

Los

opioides de la serie de la fenilpiperidina, entre los que se incluyen

la meperidina, el tramadol y la metadona, parecen ser débiles

inhibidores de la recaptación de serotonina, y todos ellos han sido

implicados en el desarrollo de reacciones tóxicas con los IMAO.

Sin embargo, la morfina, la codeína, la oxicodona y la bupreno-

fina no son inhibidores de la recaptación de serotonina y no

precipitan toxicidad relacionada con la serotonina cuando se

administran de forma concomitante con IMA

O 500 .

También

se pueden utilizar el alfentanilo y el remifentanilo con los IMAO

sin complicacione

s 501,502

.

Los opioides pueden inhibir la actividad de los canales de

Ca

2+

dependientes de voltaje por medio de la activación de proteí-

nas G, por lo que es posible que el efecto de los opioides se halle

potenciado por los bloqueantes de los canales de Ca

2+

. Numerosos

estudios en animales y algunos estudios clínicos han demostrado

que la analgesia inducida por los opioides es potenciada por los

bloqueantes de los canales de Ca

2+

de tipo L. La administración

sistémica de nifedipino potencia la analgesia de la morfina, tanto

en ratas como en humano

s 503 .

Además, la administración intratecal

de verapamilo, diltiazem y nicardipino aumenta el efecto analgé-

sico de dosis pequeñas de morfina en rata

s 504 .

Sin embargo, un

estudio concluyó que los bloqueantes de los canales de Ca

2+

de tipo

L no potencian la analgesia producida por la morfina a dosis clí-

nicamente relevante

s 505 .

Los canales de Ca

2+

de tipo N están impli-

cados en la liberación de neurotransmisores por las neuronas

sensitivas en la médula espinal. La administración intratecal de un

bloqueante de estos canales, la

w

-conotoxina GVIA, causa analge-

sia y una interacción sinérgica con los opioides en la médula

espina

l 506 .

La eritromicina puede inhibir el metabolismo de numerosos

compuestos. Se supone que reduce la actividad oxidativa del cito-

cromo P450. El efecto del alfentanilo (aunque no del sufentanilo)

puede estar prolongado como consecuencia de la alteración del

metabolismo en pacientes que reciben eritromicin

a 507,508 .

La cime-

tidina puede prolongar el efecto de los opioides al reducir el flujo

sanguíneo hepático y/o el metabolismo hepático. Otros fármacos

que inhiben los sistemas de citocromos pueden disminuir la pro-

ducción endógena de morfina a partir de la codeín

a 406 .

Se ha observado que el magnesio tiene un efecto analgésico,

probablemente debido a su efecto antagonista sobre el receptor

NMDA. La administración intravenosa de sulfato de magnesio

(50mg/kg) antes de una intervención y durante la misma (8mg/

kg/h) disminuye de forma significativa las necesidades intraopera-

torias y postoperatorias de fentanil

o 509 .

Sin embargo, el paso de

magnesio por la barrera hematoencefálica es limitado. En pacientes

que solicitan analgesia para el parto, la administración intradural

de fentanilo (25

m

g) más sulfato de magnesio (50mg) consigue

prolongar la analgesia, si se compara con la administración de

fentanilo sol

o 510 .

Es probable que el magnesio potencie la analgesia

que causan los opioides a través de mecanismos centrales y

periférico

s 511 .

Se han administrado antiinflamatorios no esteroideos

(AINE), como el ibuprofeno, el diclofenaco y el ketorolaco, antes

de la intervención para reducir la cantidad necesaria de opioides.

La administración preoperatoria de ibuprofeno (2×800mg) a

pacientes programadas para cirugía ginecológica reducía las nece-

sidades postoperatorias de morfina, sin aumentar los efectos

secundario

s 512 .

Asimismo, la administración perioperatoria de

diclofenaco (75mg dos veces al día) reduce la necesidad de morfina

y la incidencia de efectos secundarios, como la sedación y las

náuseas, tras la histerectomía abdomina

l 513 .

En voluntarios sanos,

el ketoprofeno (1,5mg/kg i.v.) redujo la depresión respiratoria

inducida por la morfina (0,1mg/kg

) 514 .

Los antidepresivos tricíclicos se utilizan mucho para tratar

diversos tipos de dolor crónico, inflamatorio y neuropático. Los

diferentes estudios clínicos realizados en relación con las interac-

ciones entre los opioides y los antidepresivos tricíclicos no han

arrojado resultados consistentes. Un análisis isobolográfico ha

mostrado que la administración sistémica de amitriptilina y de

morfina inhibe de forma sinérgica el dolor inflamatorio orofacial

cutáneo en rata

s 515 .

Se utiliza la difenhidramina, un antagonista de los receptores

H

1

de la histamina, como fármaco sedante, antipruriginoso y antie-

mético. Cuando se administra sola, estimula un poco la ventilación,

pues aumenta la interacción entre los impulsos ventilatorios que

producen la hipoxia y la hipercapnia. Se ha observado que contra-

rresta la disminución en la pendiente de la respuesta ventilatoria

al dióxido de carbono inducida por el alfentanil

o 516 .

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Farmacología y anestesia

II