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Monitorización Holter

La monitorización Holter, inicialmente un instrumento de los car-

diólogos, ha sido empleada por una serie de anestesiólogos para

documentar la incidencia perioperatoria de arritmias e isquemia. En

la monitorización Holter, una grabadora en miniatura registra la

información electrocardiográfica procedente de dos o tres derivacio-

nes bipolares.Pueden recogerse señales electrocardiográficas durante

un máximo de 48 horas. Posteriormente, los datos se procesan a

través de un sistema de reproducción y se analizan las señales elec-

trocardiográficas. En los sistemas más modernos, la unidad de repro-

ducción incluye un ordenador específico que permite un análisis

rápido y un reconocimiento automático de arritmias e isquemia.

El retraso en el análisis retrospectivo y la interpretación de

los datos fue inicialmente un obstáculo significativo para la gene-

ralización del uso del Holter convencional en el período periope-

ratorio. Esta limitación se ha superado, en cierta manera, por el

desarrollo de monitores de Holter en tiempo real, que registran

segmentos electrocardiográficos específicos para su reproducción

posterior y también analizan el ritmo y el segmento ST en tiempo

real para alertar al usuario acerca de un incidente agud

o 7,8

. A pesar

de que se han producido adelantos técnicos notables, los dispositi-

vos de monitorización Holter siguen limitándose fundamental-

mente a las investigaciones clínicas.

Interpretación y tratamiento

de las arritmias

No hay duda de que durante la monitorización electrocardiográfica

visual prolongada en una pantalla de vídeo algunas arritmias

pueden pasar desapercibidas. Se ha demostrado que el personal de

las unidades de cuidados intensivos no detectaba arritmias ventri-

culares graves hasta en el 84% de sus paciente

s 9

. Por esta razón, se

han diseñado monitores computarizados para la detección auto-

mática de arritmias, en un esfuerzo por aumentar la tasa de de­

tección de ritmos anormales, potencialmente peligrosos. Estos

monitores emplean algoritmos sofisticados exclusivos, como los

reconocimientos de patrones, las mediciones de la anchura del

QRS, el inicio, la compensación y la amplitud, y cálculos del área

para clasificar a los complejos en familias morfológica

s 10,11

. La

mayoría de los monitores son capaces de detectar arritmias poten-

cialmente mortales, como una bradicardia grave o una asistolia, así

como taquiarritmias peligrosas, como una TV o una fibrilación

ventricular. Aun así, todavía no se ha publicado ningún estudio en

el que se haya evaluado la exactitud, la sensibilidad y la especifici-

dad de estos monitores automáticos de detección de arritmias en

tiempo real. No obstante, se ha demostrado que la detección de

arritmias clínicamente importantes en la UCI cardíaca mejora

notablemente si una enfermera vigila el monitor y presta atención

a las alarma

s 12

. Así pues, los sistemas de monitorización computa-

rizados actuales siguen sin lograr el grado de precisión suficiente

para eliminar la necesidad de la vigilancia humana; una persona

con conocimientos debe estar al tanto de las alarmas, interpretar

el ECG y actuar en el momento oportuno.

Diagnóstico de las arritmias

Las arritmias son frecuentes durante y después de la cirugía y sus

causas son numerosas. Las arritmias postoperatorias aparecen con

más frecuencia en los pacientes con cardiopatías estructurales. El

factor desencadenante de una arritmia después de la cirugía suele

ser un desequilibrio transitorio como hipoxemia, isquemia cardíaca,

exceso de catecolaminas o anomalías electrolítica

s 13 .

Utilizando la

monitorización Holter en el perioperatorio,Mahla y cols

. 14

evaluaron

el modo en el que la anestesia y la cirugía influían en la evolución

de las arritmias ventriculares (extrasístoles ventriculares y formas

repetitivas de latidos ventriculares: bigeminismo y TV no mante-

nida) observadas preoperatoriamente en pacientes con cardiopatía

estructural que iban a someterse a cirugía no cardíaca. Llegaron a la

conclusión de que la frecuencia de las arritmias ventriculares no

guardaba relación con repercusiones cardíacas adversas. La inciden-

cia de arritmias perioperatorias en pacientes con repercusiones

adversas (8%) no difería de la incidencia en aquellos con un resul-

tado satisfactorio. Obviamente, los pacientes que van a someterse a

cirugía cardíaca tienen una incidencia mayor de arritmias cardíacas.

La incidencia de fibrilación auricular de nueva aparición después de

la cirugía cardíaca se aproxima al 33%, igual que las arritmias que se

asocian a peor pronóstic

o 15 .

Existen varios factores significativos que

contribuyen al desarrollo de arritmias perioperatorias:

1.

Anestésicos generales:

los anestésicos inhalatorios, como

halotano o enflurano, producen arritmias, probablemente

por un mecanismo de reentrad

a 16 .

El halotano también

sensibiliza el miocardio a las catecolaminas endógenas y

exógenas. Los fármacos que bloquean la recaptación de

noradrenalina, como cocaína y ketamina, pueden facilitar

el desarrollo de arritmias inducidas por adrenalina (v.

cap. 13). Por el contrario, los anestésicos inhalatorios pueden

tener un efecto antifibrilación en respuesta a una oclusión

coronaria aguda y a la reperfusión, al menos en el modelo

canin

o 17 .

El sevoflurano puede generar una bradicardia

intensa y ritmo nodal cuando se emplea a concentraciones

altas durante la inducción en lactante

s 18

y el desflurano

puede prolongar el QTc durante el primer minuto de la

anestesia en pacientes con un corazón norma

l 19 .

2.

Anestésicos locales:

la anestesia regional mediante bloqueo

del neuroeje, que es la meta de la anestesia intradura o

epidural, puede asociarse a simpatectomía farmacológica

transitoria pero intensa. Este fenómeno puede ocasionar

una dominancia del sistema nervioso parasimpático que

conduce a bradiarritmias leves o muy graves, especialmente

cuando el bloqueo se extiende hasta niveles torácicos muy

altos (v. cap. 41). La inyección intravascular inadvertida de

una dosis grande de anestésico local puede provocar asis-

tolia o parada cardíaca, que son muy difíciles de trata

r 20 .

Se

ha propuesto la administración de Intralipid al 20% como

tratamiento para esta situació

n 21,22

.

3.

Alteraciones gasométricas arteriales o electrolíticas:

la hiper-

ventilación,sobre todo enpresencia de concentraciones séricas

de potasio bajas, puede precipitar la aparición de arritmias

cardíacas grave

s 23 .

Las alteraciones electrolíticas y de la gaso-

metría pueden conducir a la aparición de arritmias al generar

mecanismos de reentrada o al alterar la fase 4 de la despolari-

zación de las fibras de conducción.Los trastornos electrolíticos

asociados a la circulación extracorpórea también pueden dar

lugar a arritmias intraoperatorias (v. caps. 44 y 50).

4.

Intubación endotraqueal:

esta maniobra puede ser la causa

más común de arritmias durante la cirugía, y a menudo se

asocia a alteraciones hemodinámicas al provocar reflejos

autónomos (v. también cap. 40).

5.

Reflejos autónomos:

la estimulación vagal puede producir

bradicardia sinusal y permitir que se produzcan mecanismos

de escape ventriculares. También puede ocasionar bloqueos

auriculoventriculares (AV) e incluso asistolia. Estos reflejos

pueden guardar relación con la tracción sobre el peritoneo

Electrocardiografía

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Sección III

Control de la anestesia

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