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estimación «en línea» de la Po

2

medular en un modelo porcino de

CEC, esta tecnología no se ha evaluado en el ser human

o 137

. Las mues-

tras de orina expuestas a la atmósfera durante la recogida con sondas

vesicales proporcionan unos valores de Po

2

urinaria artificialmente

elevados, porque se contaminan con facilidad con el oxígeno del aire

ambiente. Otro problema con la medición de la presión o saturación

urinarias de oxígeno es que la presión de oxígeno de la pared vesical

difiere de forma considerable de las mediciones urinarias.

El aclaramiento externo de criptón-85 y xenón-133 son téc-

nicas que permiten estimar el FSR por gramo de tejido a partir del

aclaramiento del ga

s 262 .

La técnica de eliminación del gas requiere

el cateterismo selectivo de la arteria renal y suele realizarse junto

con una arteriografía. Como alternativa, se puede puncionar la

arteria renal de forma intraoperatoria para realizar la inyección.

Tras ésta, el gas difunde con rapidez en el tejido renal, equilibrando

en teoría su concentración entre el tejido y la sangre. A continua-

ción se evalúa la curva de eliminación renal mediante recuento

externo. La fiabilidad de los métodos de eliminación en algunas

circunstancias se ha puesto en dud

a 263 .

La evaluación cualitativa y semicuantitativa de la perfusión

renal se puede obtener con un registro mediante gammacámara del

tránsito de un marcador radiofarmacéutico a través del riñón. La

evaluación cualitativa de la perfusión renal consta de la evaluación

visual de las imágenes seriadas y la evaluación comparativa del

primer tránsito del marcador desde la aorta (o arteria ilíaca-renal) al

riñón. Entre las limitaciones asociadas con el renograma, hay que

citar el movimiento del radiofármaco (inyectado por vía i.v. en bolo)

antes de llegar al riñón, lo que requiere que el modelo farmacociné-

tico contenga todos los compartimentos de intercambio posibles

entre el riñón y el plasma para lograr un análisis preciso de la curva

de radiactividad tisular. La presencia de flujos urinarios bajos, cavi-

dades pielocaliciales dilatadas o una función renal muy disminuida

también puede dificultar la interpretación de la prueba.Por lo general,

la información que puede obtenerse del renograma es el aclaramiento

renal (como fracción del radioisótopo en el volumen sanguíneo) y el

flujo sanguíneo de ambos riñones relacionados entre s

í 264

. Debido a

que los resultados obtenidos son comparativos, las lesiones sólo se

observan cuando tienen una distribución asimétrica.

La ecocardiografía intraoperatoria transesofágica bidimen-

sional y las imágenes de la onda Doppler de la arteria renal, sobre

todo del riñón izquierdo, pueden utilizarse para evaluar los cambios

de pulsatilidad y los índices resistivos, así como para describir

cualitativamente los cambios del FSR a lo largo del tiemp

o 162 .

Por

lo general, se escoge una arteria interlobulillar para la evaluación.

El recorrido anatómico y las relaciones del vaso permiten una

identificación fácil en las imágenes seriadas posteriores en el

mismo paciente; el vaso es lo bastante grande para asumir un flujo

laminar en toda su longitud y el ángulo del haz de ultrasonidos

suele poder minimizarse para asumir un máximo desplazamiento

de la frecuencia Doppler. La resistencia vascular renal puede eva-

luarse a partir del índice de pulsatilida

d 265 .

Cuanto menor sea este

índice, menor resistencia habrá al flujo. El valor se obtiene divi-

diendo la diferencia entre la máxima altura sistólica y la mínima

altura diastólica de la onda entre su altura media. El cambio de la

velocidad del flujo puede evaluarse a partir del cambio en el des-

plazamiento medio de la frecuencia. Este desplazamiento de la

frecuencia es proporcional a la velocidad media del flujo sanguíneo

en el vaso multiplicada por el coseno del ángulo entre el haz de

ultrasonidos y la dirección del flujo. Se asume que el valor del

ángulo es próximo a cero. Con este método, sólo se puede evaluar

la velocidad del flujo en las grandes arterias interlobulillares y la

resistencia. La técnica de ecografía Doppler dúplex puede ser un

método excepcional para demostrar los efectos de los fármacos

sobre la vasculatura renal y para predecir el inicio de una insufi-

ciencia renal inminente o el rechazo de un riñón trasplantado. De

forma global, esta técnica debería permitir la medición de los

cambios relativos en la velocidad del flujo de los grandes vasos,

pero no del FSR absoluto.

La ecografía con contraste se ha usado para representar

mediante imágenes el FS

R 266-269 .

Las microburbujas producidas por

la cavitación ultrasónica (es decir, sonicación) son menores que los

eritrocitos y, al pasar junto a ellos a través del lecho vascular micro-

capilar, reflejan un haz ecográfico que permite la representación

ecográfica directa del volumen tisular y el flujo. Se ha demostrado

que las microburbujas sonicadas presentan velocidades intracavi-

tarias comparables a las de los eritrocitos, como se observa con

técnicas de ecografía Doppler. Se han observado unas correlacio-

nes modestas entre el FSR evaluado mediante ecografía con con-

traste y la evaluación directa del fluj

o 269 .

Aunque no se ha evaluado en pacientes quirúrgicos, una

estrategia novedosa para identificar la LRA es la resonancia mag-

nética funcional gammagráfica, que caracteriza las anomalías de la

fisiología renal, como el filtrado glomerular, la concentración

tubular, el tránsito, el volumen sanguíneo, la perfusión, la inflama-

ción e incluso la hipoxi

a 163 .

Nuevos biomarcadores (precoces)

de lesión renal aguda

Los decepcionantes progresos logrados en el tratamiento de la LRA

han llevado a realizar una reevaluación estratégica de la investiga-

ción en este campo y han estimulado un renacimiento del interés

en los antiguos indicadores precoces y una búsqueda de nuevos

«biomarcadores precoces

» 270,271

. Aunque los biomarcadores preco-

ces son por el momento algunas de las herramientas menos vali-

dadas en el tratamiento clínico de la LRA, se está realizando un

gran esfuerzo de investigació

n 270-280 .

Un tema común es el objetivo

de proporcionar información para facilitar las estrategias de inter-

vención temprana dirigidas a mejorar el tratamiento de la LRA.

Aunque algunas de las nuevas herramientas son intentos de encon-

trar una sustancia sustituta «ideal» similar a la creatinina para

emplearla en las estimaciones de la filtración renal (p. ej., cistatina

C), la mayoría de los marcadores aprovechan una de las tres con-

secuencias precoces de la LRA: lesión de las células tubulares,

disfunción de las células tubulares y la respuesta renal adaptativa

al estrés. Es de esperar que la información de los biomarcadores

precoces permita una identificación oportuna del riesgo de LRA,

su vigilancia (es decir, identificación de estados «pre-LRA» como

la azoemia prerrenal), diagnóstico y pronóstico. Las estrategias

para mejorar la utilidad de los biomarcadores precoces han con-

sistido en la combinación de pruebas para crear baterías dirigidas

a aspectos específicos de la LRA. Las baterías de pruebas podrían

dirigirse a aspectos como la cronología del inicio, el grado del

problema e incluso el tipo de LRA (p. ej., isquémica frente a infla-

matoria). Por ejemplo, en los niños que desarrollan LRA después

de la cirugía cardíaca, un biomarcador precoz (lipocalina asociada

a la gelatinasa de neutrófilos) aumenta 25 veces en las 2 horas

posteriores a la cirugía, lo que facilita el diagnóstico de LRA 2 días

antes que con la concentración sérica de creatinin

a 281 ,

mientras que

otro biomarcador (IL-18) urinaria aumenta 4-6 horas tras la inter-

vención y persiste durante más de 48 horas

( fig. 35-13 ) 282 .

En la

LRA séptica, la elevación de la concentración de IL-18 urinaria y

de otros dos marcadores (factor activador plaquetario e isoforma-3

del intercambiador sodio-hidrógeno urinario) precede a la insufi-

ciencia renal franca hasta en 48 hora

s 271 .

La concentración urinaria

de IL-18 en este estudio también diferenció la LRA séptica de la

forma no séptica. A continuación se presenta una serie de los

biomarcadores más prometedores, con tipos que reflejan una alte-

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Control de la anestesia

III