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nuye, la secreción tubular se convierte en una fracción cada vez más

relevante de la excreción de creatinina, de modo que el aclara-

miento de creatinina sobreestima el FG en un 50-100% si el FG real

es menor de 15ml/mi

n 198,199

. El aumento postoperatorio de las

determinaciones seriadas de creatinina sérica no identifica de forma

definitiva la LRA, en ocasiones durante varios días después de la

cirugía cardíaca o no cardíac

a 32,200 .

Sin embargo, la concentración

sérica de creatinina sigue siendo una herramienta clínica útil, barata

y, por el momento, sin rival, sobre todo para reflejar las

tendencias

de variación de la función de filtración renal y predecir el pronós-

tico, incluso durante el período perioperatori

o 179,201,202 .

Nitrógeno ureico sanguíneo

El BUN sigue utilizándose de forma generalizada para evaluar la

función renal, pero posee pocas de las características de una sus-

tancia «ideal». El BUN es un producto del metabolismo proteico y

su concentración aumenta por una ingesta elevada de proteínas,

por la presencia de sangre en el aparato digestivo y por un

catabolismo acelerado (p. ej., en los pacientes traumatizados o

sépticos). El rango normal es de 8-20mg/dl. Debido a que la urea

se sintetiza en el hígado, la insuficiencia hepática reduce la produc-

ción de urea y, por tanto, la concentración de BUN. La concentra-

ción de BUN no cumple uno de los criterios clave como estimación

fiable del FG. Aunque la urea se filtra libremente en el glomérulo,

se reabsorbe en una cantidad elevada y variable. La reabsorción de

urea es mayor (alrededor del 60% de la carga filtrada) cuando el

flujo urinario es bajo, pero sólo se reabsorbe alrededor del 40%

cuando el flujo es alto. Además, la hemodilución perioperatoria

(p. ej., CEC) puede afectar a la concentración circulante de BUN.

Se ha pensado que al combinar las concentraciones de BUN

y de creatinina sérica se lograría una información más fiable que

si se usaba cualquiera de ellas por separado. Si la proporción BUN/

creatinina sérica es mayor de 20:1, por ejemplo, hay que sospechar

una deshidratación.

Proporción orina/plasma de creatinina

Bull y cols

. 203

introdujeron en 1950 por primera vez la proporción

orina/plasma de creatinina como método para evaluar a los pacien-

tes con NTA. Se determinó de forma retrospectiva que los

pacientes cuyas concentraciones orina/plasma de creatinina

ascendían por encima de 10 después de haber sido menores de 10

ya no tenían un riesgo grave de «pérdida descontrolada de mine-

rales y agua». Este índice se introdujo sobre todo como ayuda

pronóstica y no como prueba diagnóstica.

Por desgracia, la sensibilidad y especificidad de la propor-

ción orina/plasma de creatinina carecen de fiabilidad clínica para

el diagnóstico de la NTA y la azoemia prerrena

l 204 .

Miller y cols

. 191

concluyeron que este índice no era útil, salvo en situaciones extre-

mas, debido a un solapamiento considerable entre los grupos.

Espinel y Gregory

192

estudiaron de forma prospectiva a 87 pacien-

tes (61 con NTA o azoemia prerrenal) y concluyeron que la pro-

porción orina/plasma de creatinina podría ser un indicador útil de

NTA si su valor fuese menor de 10 y un indicador de azoemia

prerrenal si fuese menor de 40. Sin embargo, en un 33% de los

pacientes se observó un solapamiento significativo.

Proporción orina/plasma de urea

En 1959, Perlmutter y cols

. 205

propusieron que la proporción entre

las concentraciones urinaria y sérica de nitrógeno ureico podrían

diferenciar la azoemia prerrenal de la NTA. Estos investigadores

pensaban que una proporción mayor de 14 se asociaba con una

oliguria transitoria y que un valor menor de 10 se asociaba con la

NTA. En 1965, Eliahou y Bat

a 190

describieron que la proporción

orina/sangre de urea podría no ser útil para el diagnóstico en todos

los casos. Después, Chisholm y cols.

206

confirmaron que esta pro-

porción solía ser equívoca en el diagnóstico de la uremia.

La producción de urea no es constante y se afecta por muchas

variables no renale

s 207 ,

como los incrementos o reducciones súbitas

de la ingesta proteica, los estados de mayor catabolismo proteico

(p. ej., traumatismos, infecciones, hipertermia o corticoterapia),

hemorragia digestiva e insuficiencia hepática. Debido a que las

concentraciones de urea pueden variar en gran medida con inde-

pendencia de la función renal, no resulta sorprendente que conocer

la proporción orina/plasma de urea no permita diferenciar entre la

azoemia prerrenal y la NTA.

Concentración urinaria de sodio

Cuando se reduce la perfusión, un riñón normofuncionante con-

serva sodio y agua. Hay numerosos factores que afectan a este

fenómeno, como la heterogeneidad de nefronas, la secreción de

aldosterona y ADH, el tratamiento con diuréticos, el contenido

de sal de las soluciones de infusión intravenosa, el tono neural

simpático y los estados de avidez por el sodio (p. ej., insuficiencia

Monitorización de la función renal

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Sección III

Control de la anestesia

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Figura 35-11

 Existen varias reglas generales para estimar el filtrado glomerular

(FG) normal según la edad y el sexo

(A).

El aclaramiento de creatinina se

aproxima al FG, pero lo sobreestima, debido a la secreción de creatinina en el

túbulo renal proximal. En concreto, debido a la similitud de la velocidad de

disminución del FG y de la liberación de creatinina relacionada con la edad

(B),

y en función del sexo, las concentraciones séricas de creatinina permanecen

sorprendentemente similares durante toda la vida

(C).

Hay que destacar que,

hacia la quinta década, algunas personas, y hacia la novena década la mayoría

de ellas, con unos valores de creatinina sérica en el rango normal tienen unos

valores de FG que reflejan una insuficiencia renal crónica (

<

60ml/min). ERC,

enfermedad renal crónica.

(Modificada con autorización de Davies DF, Shock

NW: Age changes in glomerular filtration rate, effective renal plasma flow, and

tubular excretory capacity in adult males

. J Clin Invest

29:496-507, 1950.)