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Regulación y monitorización

de la temperatura

Daniel I. Sessler

Puntos clave

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1.

Los anestésicos generales disminuyen los umbrales de

activación de la temperatura central para la

vasoconstricción y escalofríos en 2-3 °C.

2.

El deterioro que provocan los anestésicos en el control de

la regulación térmica, junto a la exposición al ambiente

frío de un quirófano, produce hipotermia a la mayoría de

los pacientes.

3.

La principal causa desencadenante de la hipotermia en la

mayoría de los pacientes es la redistribución central a

periférica del calor corporal.

4.

La anestesia neuraxial altera el control termorregulador

tanto central como periférico y se asocia a una hipotermia

importante.

5.

En estudios aleatorizados de gran tamaño se ha

demostrado que incluso la hipotermia leve (es decir, de

1,5-2,0°C) provoca resultados adversos, incluido el

aumento de tres veces de los acontecimientos adversos

miocárdicos o del riesgo de infección de la herida, de

coagulopatías y de la necesidad de transfusión alogénica, y

de prolongación de la recuperación y de la hospitalización.

6.

Se debe vigilar la temperatura en pacientes sometidos a

una cirugía que dure más de 30 minutos y la temperatura

central debe mantenerse a 36 °C o mayor siempre que

sea posible. En la actualidad, el calentamiento forzado del

aire ofrece la mejor combinación de alta eficacia, bajo

coste e importante seguridad.

©

2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

Los mamíferos y las aves son homeotermos, es decir, necesitan una

temperatura interna corporal casi constante. Cuando la tempera-

tura interna se desvía de forma significativa de lo normal, las fun-

ciones metabólicas se suelen deteriorar y puede sobrevenir la

muerte. El sistema de termorregulación mantiene habitualmente la

temperatura central corporal dentro de unas décimas de grado

centígrado de lo «normal», que es de unos 37 °C en el ser humano.

La inhibición de la termorregulación inducida por anestésicos

combinada con la exposición al ambiente frío de un quirófano

produce hipotermia a la mayoría de los pacientes no calentados.

En los últimos años, destacados estudios pronósticos han demos-

trado que la hipotermia moderada (

1-2 °C): 1) triplica la inciden-

cia de morbilidad cardíaca, 2) triplica la incidencia de infecciones

en heridas quirúrgicas, 3) incrementa la hemorragia quirúrgica y

la necesidad de transfusión alogénica en un 20% y 4) prolonga la

recuperación tras la anestesia y la duración de la hospitalización.

La comprensión de la termorregulación normal y de la influida por

anestésicos facilitará la prevención y el tratamiento de éstas y otras

complicaciones relacionadas con la temperatura.

Termorregulación normal

La termorregulación se basa en varias señales redundantes proce-

dentes de prácticamente todo tipo de tejidos. El procesamiento de

la información termorreguladora tiene lugar en tres fases:

informa-

ción térmica aferente,

regulación central

y

respuestas eferentes

.

Información aferente

La información de la temperatura se obtiene de células termosen-

sibles situadas por todo el cuerpo. Las células sensibles al frío son

distintas, desde los puntos de vista anatómico y fisiológico, de las

que detectan el calor. Los receptores de calor incrementan la

emisión de sus señales cuando sube la temperatura, mientras que

los receptores de frío lo hacen cuando ésta baja. Los receptores

cutáneos del calor no suelen despolarizarse a temperaturas cutá-

neas normales y probablemente sólo sean relevantes durante el

estrés por calor. Los receptores reales componen una clase de

receptores de proteínas del receptor potencial transitorio (TRP)

recientemente descubiert

a 1

.

Las señales del frío viajan sobre todo por medio de fibras

nerviosas A

d

y la información del calor por fibras C amielínicas,

aunque existe cierto solapamient

o 2

. Las fibras C también detectan

y transportan la sensación dolorosa, motivo por el cual el calor

intenso no se puede distinguir del dolor agudo. La mayor parte de

la información térmica ascendente atraviesa los tractos espinota-

lámicos en la parte anterior de la médula espinal, pero ningún

tracto espinal aislado es esencial para transportar la información

térmica. Por consiguiente, hay que destruir completamente la

parte anterior de la médula espinal para suprimir las respuestas

termorreguladoras.

El hipotálamo, otras partes del cerebro, la médula espinal, los

tejidos abdominales y torácicos profundos y la superficie cutánea

contribuyen cada uno en un 20% al total de la información térmica

que llega al sistema regulador central

3 .