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durante 30-90 segundos, dependiendo del relajante muscular

empleado, habitualmente consigue mejores condiciones.

Utilización de un estimulador de nervio

periférico durante la cirugía

Si se facilita la intubación traqueal mediante la administración de

succinilcolina, no debería administrarse más cantidad de relajante

neuromuscular hasta que reaparezca la respuesta a la estimulación

nerviosa o hasta que el paciente muestre otros signos de retorno

de la función neuromuscular. Si la actividad de la colinesterasa

plasmática es normal, la respuesta muscular a la estimulación del

nervio mediante TOF reaparece a los 4-8 minutos.

Cuando se emplea un fármaco bloqueante neuromuscular

no despolarizante para la intubación traqueal, por lo general se

sigue de un período de larga duración de un bloqueo neuromus-

cular intenso. Durante ese período de falta de respuesta a la esti-

mulación por TOF y de contracción única, el tiempo hasta el

regreso de la respuesta a la estimulación con TOF puede ser eva-

luado mediante el RPT (v.

fig. 37-5 )

.

Para la mayoría de los procedimientos quirúrgicos que requie-

ren relajación muscular, una depresión de la contracción cercana al

90% será suficiente, siempre que el paciente esté anestesiado de

manera apropiada.Si se emplea un relajante no despolarizante,pueden

sentirse una o dos respuestas de la estimulación del TOF. Sin embargo,

puesto que los músculos respiratorios (incluido el diafragma) son

menos sensibles a los agentes bloqueantes neuromusculares que los

músculos periféricos, el paciente puede respirar, tener hipo o incluso

toser con esta profundidad de bloqueo. Para asegurar la parálisis del

diafragma, el bloqueo neuromuscular de los músculos periféricos

debe ser tan intenso como para que el RPT en el pulgar sea cero.

Una ventaja añadida de mantener el bloqueo neuromuscular

a un nivel de una o dos respuestas de la estimulación del TOF es

que el antagonismo del bloqueo se facilita al final de la cirugía.

Utilización de un estimulador de nervio

periférico durante la reversión del bloqueo

neuromuscular

El antagonismo de un bloqueo neuromuscular no despolarizante

con un inhibidor de la colinesterasa como la neostigmina proba-

blemente no debería iniciarse antes de que puedan sentirse al

menos dos respuestas a la estimulación mediante TOF ni antes de

que existan signos clínicos obvios de recuperación de la función

neuromuscular. Ciertamente la reversión del bloqueo neuromus-

cular no se habrá acelerado y posiblemente se retrase al suministrar

neostigmina cuando no haya respuesta a la estimulación del nervio

periférico. De forma inversa, para conseguir una reversión rápida

(en 10 minutos) a una proporción del TOF de 0,7 en más del 90%

de los pacientes deberían estar presentes tres y preferiblemente

cuatro respuestas en el momento de la inyección de neostigmina

95 .

No es posible conseguir una proporción del TOF de 0,9 en todos

los pacientes empleando este método, aunque los episodios críticos

de bloqueo residual postoperatorio deberían ser un acontecimiento

poco frecuent

e 96

.

Durante la recuperación de la función neuromuscular,

cuando pueden sentirse las cuatro respuestas de la estimulación

mediante TOF, es posible realizar una estimación de la propor-

ción del mismo. Sin embargo, la evaluación manual (táctil) de la

respuesta a la estimulación mediante TOF (v.

fig. 37-8 )

no es lo

suficientemente sensible como para excluir la posibilidad de un

bloqueo neuromuscular residua

l 25,88,97 .

Se obtiene una sensibili-

dad mayor con una DBS

3,3

, incluso aunque la ausencia de amor-

tiguación manual en la respuesta de la DBS

3,3

no excluye un

bloqueo residual clínicamente significativo

27 .

Por consiguiente,

la evaluación manual de las respuestas a la estimulación ner-

viosa siempre debería considerarse en relación a síntomas y

signos clínicos fiables de bloqueo neuromuscular residual

( cuadro 37-1

).

Cuándo se utiliza un estimulador

nervioso periférico

En algunas instituciones, los estimuladores nerviosos se emplean

de rutina siempre que se administre un fármaco bloqueante neu-

romuscular. En la mayoría de los casos, la respuesta se evalúa

mediante el tacto y sólo en casos seleccionados se registran las

respuestas. Son muchos los anestesiólogos que no están de acuerdo

con un uso extensivo y que argumentan que pueden trabajar bas-

tante bien sin estos aparatos. Sin embargo, la cuestión no es con

qué poco puede desenvolverse un anestesiólogo experimentado,

sino más bien cómo asegurar que todos los pacientes reciban el

tratamiento óptimo.

1294

Control de la anestesia

III

Figura 37-20

 El diagrama muestra cuándo pueden emplearse los distintos modos de estimulación nerviosa eléctrica durante la anestesia clínica. Las

áreas

oscuras

indican un uso apropiado; las

áreas claras

un uso menos efectivo. Modalidades de estimulación nerviosa: estimulación mediante tren de cuatro (TOF);

recuento postetánico (RPT); estimulación de doble ráfaga (DBS); y el signo de interrogación (?), que indica que el TOF es menos útil en la reanimación a no ser

que se mida utilizando mecano, electro o aceleromiografía (v. texto para más explicaciones).