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umbral aumenta ligeramente, sino que la ganancia y la intensidad

máxima también están bien preservadas. Por el contrario, los

umbrales para la vasoconstricción y los escalofríos están notable-

mente reducidos y además estas respuestas son menos eficaces de

lo normal, incluso después de haber sido activadas.

Desarrollo de hipotermia durante

la anestesia general

La hipotermia involuntaria durante la anestesia es, con gran dife-

rencia, la alteración térmica perioperatoria más frecuente. La hipo-

termia se produce al combinarse la alteraciónde la termorregulación

por los anestésicos con la exposición al ambiente frío del quirófano.

De esas dos causas, la alteración de la termorregulación es mucho

más importante.

Transferencia de calor

El calor se puede transferir desde el paciente al entorno por cuatro

vías: radiación, conducción, convección y evaporación. Entre estos

mecanismos, la radiación y la convección son los que más contri-

buyen a la pérdida perioperatoria de calor.

Todas las superficies con una temperatura superior al cero

absoluto irradian calor; de manera similar, todas las superficies

absorben calor radiante de las superficies circundantes. La transfe-

rencia de calor por este mecanismo es proporcional a la cuarta

potencia de la diferencia absoluta de temperatura entre las super-

ficies. Es probable que la radiación sea la principal forma de pérdida

de calor en la mayoría de los pacientes quirúrgico

s 48 .

La pérdida de calor por conducción es proporcional a la

diferencia de temperatura entre dos superficies adyacentes y a la

resistencia del aislante térmico que las separa. En general, las pér-

didas por conducción son inapreciables durante la cirugía, porque,

por lo general, los pacientes sólo están en contacto directo con el

almohadillado (un excelente aislante térmico) que recubre la

mayoría de las mesas de quirófano.

La pérdida de calor por conducción directa a las moléculas

de aire está limitada por la existencia de una capa de aire estático

adyacente a la piel que actúa como aislante. Cuando esta capa se

altera por corrientes de aire, las propiedades aislantes disminuyen

de modo sustancial, por lo que la pérdida de calor aumenta. Este

aumento se denomina convección y es proporcional a la raíz cua-

drada de la velocidad del aire; es la base del conocido factor «sen-

sación térmica». La velocidad del aire en los quirófanos, incluso en

aquéllos con tasas elevadas de recambio de aire, suele ser de unos

20 cm/s, lo que sólo incrementa la pérdida ligeramente en compa-

ración con la del aire estático. No obstante, la pérdida por convec-

ción es por lo general el segundo mecanismo en relevancia para la

transferencia de calor desde el paciente al entorno. Es de suponer

que la pérdida de calor por convección se incremente de manera

sustancial en quirófanos equipados con flujo laminar. Sin embargo,

el aumento real no ha sido cuantificado y puede ser menor de lo

esperado por el aumento de la velocidad del aire, puesto que las

sábanas quirúrgicas constituyen un aislante térmico considerable.

La sudoración aumenta la pérdida cutánea por evaporación

en gran medida, pero es infrecuente durante la anestesia. En ausen-

cia de sudoración, la pérdida por evaporación desde la superficie

cutánea se limita a menos del 10% de la producción de calor meta-

bólico en adultos. En contraste, los lactantes pierden una fracción

mayor de su calor metabólico por la transpiración de agua a través

de su delgada piel. El problema se vuelve especialmente agudo en

Regulación y monitorización de la temperatura

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38

Sección III

Control de la anestesia

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Figura 38-5

 La reducción de la temperatura central no supuso un

incremento del consumo de oxígeno (V

̇

O

2

) que podría indicar una

termogénesis sin escalofríos. Por el contrario, la hipotermia redujo el

consumo sistémico de oxígeno: V

̇

O

2

=0,83 (temperatura interna) – 23,3;

r

2

 =0,92. Las concentraciones plasmáticas de norepinefrina ([NE]) en el

intraoperatorio fueron variables pero no se modificaron significativamente en

función de la temperatura central. Los datos se presentan como medias±DE.

(De Plattner O, Semsroth M, Sessler DI y cols.: Lack of nonshivering

thermogenesis in infants anesthetized with fentanyl and propofol.

Anesthesiology

86:772-777, 1997.)

Figura 38-6

 Flujo de sangre en los dedos sin

(cuadrados)

y con

(círculos)

administración de desflurano. Los valores se calcularon en relación a los

umbrales (flujo en los dedos=1ml/min) en cada persona. Los flujos exactos de

1ml/min no se muestran, porque los flujos en cada persona fueron

promediados sobre incrementos de 0,1 o 0,05°C; cada punto de datos

incluye, por tanto, los flujos más altos y los más bajos. Las barras horizontales

de desviación estándar indican la variabilidad de los umbrales entre los

voluntarios; aunque las barras de errores se muestran sólo en flujos cercanos

a 1ml/min, la misma variabilidad de temperatura se aplica a cada punto de

datos. Las pendientes de las relaciones del flujo frente a la temperatura central

(1 a aproximadamente 0,15ml/min) se determinaron por regresión lineal. Estas

pendientes indican la ganancia de la vasoconstricción con y sin anestesia por

desflurano. La ganancia se dividió por 3, de 2,4 a 0,8ml/min/°C (

p

<

0,01).

(De Kurz A, Xiong J, Sessler DI y cols.: Desflurane reduces the gain of

thermoregulatory arterio-venous shunt vasoconstriction in humans.

Anesthesiology

83:1212-1219, 1995.)