ración en la información térmica aferente procedente de las piernas.
Aquí el factor clave está en que las señales frías tónicas predominan
en la información térmica respecto a las temperaturas cutáneas de
las piernas que existen en los ambientes habituales de quirófan
o 2. La
anestesia regional bloquea todas las señales térmicas de las regiones
afectadas que, en el caso típico, es sobre todo información de frío. El
cerebro puede entonces interpretar la menor información de frío
como un calentamiento relativo de las piernas. Éste parece ser un
proceso inconsciente, ya que no se percibe aumento de la tempera-
tur
a 62. Dado que la temperatura cutánea es un dato significativo para
el sistema de control termorregulador, el calentamiento de las piernas
reduce de forma proporcional los umbrales de vasoconstricción y
escalofríos. De acuerdo con esta teoría, se necesita una temperatura
cutánea de las piernas próxima a los 38 °C para producir la misma
reducción en los umbrales de respuesta al frío en una persona no
anestesiada que la producida por una anestesia regiona
l 63 .Además,
la reducción en los umbrales es proporcional al número de segmen-
tos espinales bloqueados
( fig. 38-11 ) 64 .Por tanto, una anestesia de
conducción considerable puede reducir los umbrales de vasocons-
tricción y escalofríos al producir una elevación anómala de la tem-
peratura
aparente
(frente a la real) de las piernas. Pese a todo, esta
explicación no deja de ser una mera especulación.
Debido a que la anestesia neuraxial evita la vasoconstricción
y los escalofríos en las regiones bloqueadas, no es sorprendente que
la anestesia epidural disminuya la intensidad máxima de los escalo-
fríos. Sin embargo, dicha anestesia también reduce la ganancia de
éstos, lo que sugiere que el sistema regulador es incapaz de compen-
sar la parálisis de la mitad inferior del cuerpo
( fig. 38-12 ) 26. Las
defensas termorreguladoras, una vez desencadenadas, son, por tanto,
menos eficaces que de costumbre durante la anestesia regional.
La anestesia neuraxial suele complementarse con fármacos
sedantes y analgésicos que alteran el control termorregulado
r 20,21,27.
Tal inhibición puede resultar grave cuando se combina con la alte-
ración intrínseca producida por la anestesia regional y otros facto-
res, incluidas la edad avanzada y la enfermedad preexistente.
Curiosamente, la hipotermia central durante la anestesia
regional puede no desencadenar una percepción de frí
o 57,65. La
razón es que la percepción térmica (regulación conductual) está
más determinada por la temperatura cutánea que por la central.
Durante la anestesia regional, la hipotermia central se acompaña
de un incremento real de la temperatura cutánea. El resultado suele
ser una percepción de calor continuo o incrementado, acompañada
de respuestas neurovegetativas termorreguladoras, incluidos los
escalofríos
( fig. 38-13 ) 57,65.
En conjunto, estos datos indican que la anestesia neuraxial
inhibe numerosos aspectos del control termorregulador. Los
umbrales para la vasoconstricción y los escalofríos disminuyen por
la anestesia regiona
l 57-59,63,64y aún más por los fármacos ad
yuvante
s 21,36y por la edad avanzad
a 10 .Incluso una vez activada, la
ganancia y la máxima intensidad de respuesta de los escalofríos son
aproximadamente la mitad de lo normal. Por último, la termorre-
gulación conductual está alterad
a 65 .El resultado es que las defensas
ante el frío se activan a temperaturas menores que lo normal
durante la anestesia regional, son menos eficaces una vez desenca-
denadas y los pacientes no suelen reconocer que están hipotérmi-
cos. Debido a que raramente se monitoriza la temperatura central
durante la anestesia regional, a menudo no se detecta una hipoter-
mia sustancial en estos paciente
s 66 .Balance calórico
La hipotermia es habitual durante la anestesia regional y puede ser
casi tan grave como durante la anestesia genera
l 67 .La temperatura
1306
Control de la anestesia
III
Figura 38-11
Número de dermatomas bloqueados (5 segmentos sacros, 5
segmentos lumbares, 12 segmentos torácicos) frente a la reducción del
umbral para los escalofríos (diferencia entre el umbral para el control de los
escalofríos y el umbral espinal para los escalofríos). El umbral para los
escalofríos se redujo más en los bloqueos espinales extensos que en los
menos extensos (
∆
umbral=0,74 – 0,06 [dermatomas bloqueados]; r
2
=0,58,
p
<
0,006). Las
líneas curvas
indican los intervalos de confianza del 95% para la
pendiente.
(De Leslie K, Sessler DI: Reduction in the shivering threshold is
proportional to spinal block height.
Anesthesiology
84:1327-1331, 1996.)
Figura 38-12
Consumo sistémico de oxígeno sin
(círculos)
y con
(cuadrados)
anestesia epidural. Las barras horizontales de desviación estándar indican la
variabilidad de los umbrales entre los voluntarios; aunque las barras de error
sólo se muestran una vez en cada serie, la misma variabilidad de temperatura
se aplica en cada punto de datos. Las pendientes de las relaciones entre el
consumo de oxígeno frente a la temperatura central
(líneas gruesas)
se
determinaron por regresión lineal. Estas pendientes definen la ganancia de
los escalofríos con y sin anestesia epidural. La ganancia se redujo 3,7 veces
desde –412ml/min/°C (r
2
=0,99) hasta –112ml/min/°C (r
2
=0,96).
(De Kim J-S,
Ikeda T, Sessler D y cols.: Epidural anesthesia reduces the gain and maximum
intensity of shivering.
Anesthesiology
88:851-857, 1998.)