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entorno térmico y del estado de termorregulación previos del

paciente, factores ambos difíciles de determinar en la clínica.

Después de la hipotermia inicial por redistribución, la tem-

peratura central suele decrecer durante 2-4 horas de manera lenta

y lineal. Esta reducción se debe simplemente a una pérdida de calor

mayor que su producción metabólic

a 56

y la velocidad de descenso

de la temperatura central depende de la diferencia y tamaño del

paciente. Después de 3-4 horas de anestesia, la temperatura central

generalmente alcanza una meseta y permanece casi constante

durante el resto de la cirugí

a 31

. La meseta de la temperatura central

puede representar simplemente un equilibrio estacionario térmico

(producción de calor igual a su pérdida) en pacientes que perma-

necen relativamente calientes. En otros, sin embargo, la fase de

meseta se asocia con vasoconstricción termorreguladora periférica

desencadenada por temperaturas centrales de 33-35 °C.

La vasoconstricción termorreguladora durante la anestesia

disminuye de forma significativa la pérdida cutánea de calo

r 44 ,

pero

esta disminución aislada suele ser insuficiente para producir un

equilibrio estacionario térmico. Además, ni los adulto

s 40

ni los lac-

tante

s 42

parecen ser capaces de aumentar la producción intraope-

ratoria de calor en respuesta a la hipotermia. Por tanto, un

mecanismo adicional debe contribuir a la formación de la meseta

de la temperatura central. Las pruebas sugieren que un factor prin-

cipal es la restricción del calor metabólico al compartimento

térmico central. En esta situación, la distribución del calor meta-

bólico (que se origina sobre todo a nivel central) se restringe al

compartimento central para mantener su temperatura. La tempe-

ratura tisular periférica, en contraste, continúa disminuyendo,

porque ya no recibe suficiente calor desde el centr

o 45

. La meseta de

la temperatura central resultante de la vasoconstricción termorre-

guladora no es, por tanto, un equilibrio estacionario térmico y el

contenido de calor corporal sigue disminuyendo, incluso aunque

la temperatura central permanezca casi constante.

Anestesia neuraxial

La termorregulación neurovegetativa se altera durante la anestesia

regional y el resultado suele ser una hipotermia central intraope-

ratoria. Es interesante ver cómo esta hipotermia no suele percibirse

de forma consciente por los pacientes, pero sin embargo desenca-

dena escalofríos. El resultado es con frecuencia una paradoja clínica

potencialmente peligrosa: un paciente que tirita, pero niega sentir

frío (v. caps. 41, 42 y 77).

Termorregulación

Tanto la anestesia epidura

l 57,58

como la espina

l 58,59

disminuyen los

umbrales para desencadenar vasoconstricción y escalofríos (por

encima del nivel del bloqueo) unos 0,6 °C

( fig. 38-10 )

. Es de

suponer que esta disminución no sea consecuencia de la recircu-

lación del anestésico local administrado en el neuroeje, porque la

alteración es similar durante ambas anestesia

s 57-59

, incluso si el

sitio y la cantidad del anestésico local administrado difieren de

forma sustancial. Además, la administración intravenosa de lido-

caína en dosis que produzcan concentraciones plasmáticas simi-

lares a las que se obtienen con la anestesia epidural no tiene efecto

termorregulado

r 60

. Por último, la administración en el neuroeje

de 2-cloroprocaína, un anestésico local que tiene una semivida

plasmática cercana a los 20 segundos, también altera el control

termorregulado

r 61

.

Los umbrales para la vasoconstricción y los escalofríos están

disminuidos de forma similar durante la anestesia regiona

l 59 ,

lo que

sugiere más una alteración en el control central que en el periférico.

El mecanismo por el cual la administración periférica de un anesté-

sico local altera la termorregulación central puede implicar una alte-

Regulación y monitorización de la temperatura

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Sección III

Control de la anestesia

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Figura 38-9

 Cambios en el contenido del calor corporal y en la distribución del

mismo en el cuerpo durante la inducción de anestesia general (a tiempo

transcurrido cero). Si se resta la variación en la temperatura corporal media del

cambio en la temperatura central (membrana timpánica), resulta que la

hipotermia central es atribuible específicamente a la redistribución. Por tanto, la

hipotermia por redistribución no es un valor medido, sino que se define por una

disminución de la temperatura central no explicada por la relativamente

pequeña disminución del contenido del calor sistémico. Tras 1 hora de

anestesia, la temperatura central había disminuido 1,6±0,3°C, donde la

redistribución contribuye un 81% al descenso. Incluso tras 3 horas de anestesia

la redistribución contribuyó en un 65% a la reducción total de 2,8±0,5°C de la

temperatura central. Los resultados se presentan como medias±DE.

(Modificada

de Matsukawa T, Sessler DI, Sessler AM y cols.: Heat flow and distribution

during induction of general anesthesia.

Anesthesiology

82:662-673, 1995.)

Figura 38-10

 La anestesia espinal aumentó el umbral para la sudoración,

pero redujo los umbrales para la vasoconstricción y los escalofríos. Por tanto,

el rango interumbral aumentó de modo sustancial. En cambio, el rango

vasoconstricción-escalofríos se mantuvo normal durante la anestesia espinal.

Los resultados se presentan como medias±DE.

(De Kurz A, Sessler DI,

Schroeder M, Kurz M: Thermoregulatory response thresholds during spinal

anesthesia.

Anesth Analg

77:721-726, 1993.)